Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
GRAN HERMANO 17:
¿FRACASO DE JORGE JAVIER?
Se
esperaba con expectación, toda la expectación que es capaz de crear
la maquinaria de Tele5 en sus distintos contenedores, el estreno de
esta nueva edición de Gran Hermano que presenta la gran
novedad de que la maestra de ceremonias de estos últimos años,
Mercedes Milá, dejaba el programa y su sustituto sería el otrora
mejor presentador de mierda televisiva, el casi irreconocible de
Jorge Javier.
Habrá
tiempo para destripar concurso y concursantes, pero en la primera
gala y estreno todo quedó eclipsado por el presentador, un tipo que
teníamos en el altar de los dioses pero que últimamente está casi
irreconocible. Al día siguiente de la gala presentó la edición
nocturna de Sálvame y se
confirmaron las peores sensaciones. Como si de repente, en un proceso
de año y medio, fuera consciente de que es un comunicador de éxito
y eso conlleva una responsabilidad, una fuerza de opinión que ven en
sus palabras una guía por el Valle de las Sombras. Pero en vez de
pedir la baja y pasarse a la segunda cadena pública a presentar
documentales y programas de difusión cultural, sigue ganando sus
buenos aurelios presentando formatos en los que ya no cree y lo que
presenta le produce hartazgo y, por la imagen que transmitió en
Sálvame Deluxe, hasta
asco.
Ciñéndonos
al concurso parecía que le podía la tensión y el lógico
nerviosismo. Su abrazo a Mercedes en el relevo oficial de maestros de
ceremonias, sonaba a falsete, a esos abrazos que se reparten en los
platós dentro del circo televisivo y sus cánones. Después, ya en
harina, parecía por momentos que estaba presentando como en Sálvame
y de repente el talante
presentador era el de Tengo una carta para tí mas
en ningún momento se le vio un talante presentador acorde al
formato, sin costumbre de tratar con gente anónima y de espíritu
juvenil sin edad.
Y
había algo más en el ambiente de la gala que se apreciaba incluso
entre el público, ex-concursantes y colaboradores: la evidencia de
que algo estaba fallando. Si algo tiene este formato de concurso es
que la entrada en la casa sigue unos ritos casi inalterados desde
ediciones atrás, pero incluso ahí fallo el presentador como si los
concursantes fueran protagonistas de segundo plano porque, tal vez
influído por su faceta de actor aficionado, está acostumbrado a
llevar el peso de la obra, se erigió en protagonista y no en jefe de
pista que da paso con gracejo y dinamismo a las conexiones con la
casa.
Jorge
Javier tiene su público, tiene sus fieles pero no son en principio
quienes gustan de Gran Hermano. Mercedes
Milá tuvo el talento y el oficio de aunar el espíritu de juventud
con una presentación que engarzaba con las distintas edades de los
seguidores, pero Jorge Javier no se preparó, al menos esa sensación
queda, para una nueva experiencia en un nuevo formato para él. Ser
seguidor del concurso no capacita para presentarlo y tratar de llevar
el tempo de otros formatos, tal vez por no saber qué hacer, sólo
lleva a las odiosas comparaciones con su predecesora...
Si
pensamos mal, diríamos que Tele5 quiere, de manera disimulada, acabar
con una estrella de la cadena que en las entrevistas se sale del
interés mierdoso y se hace preguntas y a los invitados casi
metafísicas, de propagar campañas anti maltrato animal. Pasar del
guión para arengar a las masas contra los toros en el momento de
máxima audiencia no es políticamente correcto para una cadena de
televisión generalista que se nutre de todos los públicos y presume
de ser entretenida y, por otra parte como siempre sucede en estos
casos, tarde o temprano Jorge Javier hará arengas políticas. Que la
petarda de Belén Esteban proclame amor a la monarquía sólo induce
al choteo, que un presentador de éxito arengue con ir a una
manifestación es muy peligroso para el sistema.
¿Nervios?
¿Inadaptado al formato del concurso? ¿Trampa para hacerle fracasar?
Como siempre que se acaba una época, todas las teorías parecen
factibles y con evidencias, pero nosotros pensamos que sencillamente
Jorge Javier ya no cree en el producto que vende, los invitados y
concursantes parece como si le dieran grima con sus problemas y
vicisitudes sin ninguna trascendencia cuando el mundo hierve de
matanzas, hambrunas, guerras y calamidades. Quiere instruir tanto a
público como invitados en su nueva filosofía vital, el Dr.
Frankenstein atribulado porque hace monstruos pero no puede cambiar
la sociedad...
Su
presentación ha sido una mierda, logró hacer una mierda de entrada
de los concursantes y lo que nos gusta es la mierda televisiva, no
una mierda de programa por parte de alguien que parece ciego a su
propia imagen en la televisión. Esto ya viene de antes y no nos
pilla por sorpresa, pero incluso leales entre leales, renegamos de
Jorge Javier en este plan de atribulado ser humano que trabaja
presentando mierda. Nos gusta la telemierda porque el mundo es una
mierda y la mierda ajena consuela de la mierda propia, pero para
hacer mierdas hay que apreciar las mismas...
Y
Jorge Javier parece tener asco de la mierda que se trae entre manos.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario