Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor: Leonie Frieda
Editorial: Siglo XXI
Traducción: Ofelia Castillo
Edición: Primera edición, marzo de 2006
Viajamos hoy a la Francia del siempre apasionante siglo XVI de la mano de Catalina de Médicis, plebeya que esposa de un rey de Francia y madre de otros tres. Esposa devota y amante fiel, ignorada durante mucho tiempo y vilipendiada por sus contemporáneos, logró tras la muerte accidental de su esposo mantener el reino para sus hijos ejerciendo el poder real y siempre luchando por preservar la estirpe de los Valois.
Libro
delicioso por la maestría de la autora de esta biografía que lejos
del pesado estilo didáctico y más alejado aún del mamotreto lleno
de fechas y nombres, los hay pero suavemente engarzados en un viaje
apasionante a la corte francesa con sus intrigas y luchas por el
poder, la omnipresente sombra de Felipe II o las tretas de Isabel de
Inglaterra sin olvidar al papado. Pero cuando nos damos cuenta, datos
y fechas son dulce complemento, nombres y hechos parte de la historia
para terminar con esa agradable sensación de finalizar la lectura de
un libro casi sin darnos cuenta...
Leonie
Frieda es sueca de nacimiento pero educada en Gran Bretaña, Alemania
y Francia, hablando cinco idiomas. Esta obra ha sido muy elogiada por
la crítica y la prensa, siendo traducida a más de diez idiomas.
Poco más que decir por la parquedad de datos de la contraportada
pero seguramente en Internet encontraréis más información, pero
sin más, unos breves pasajes que os induzcan a su lectura:
Nacimiento
de una niña florentina...
"Caterina
María Romula de Medici nació alrededor de las once de
la mañana
del miércoles 13 de abril de 1519. Su padre, Lorenzo II de Médicis,
duque de Urbino, vástago de la por entonces gobernante casa de
Florencia, había desposado a su madre, Magdalena de la Tour
d´Auvergne, el año anterior. Su casamiento con la condesa francesa,
de sangre real y heredera de una gran fortuna, era una unión
brillante para los Medicis, a quienes en Francia muchos consideraban
meros comerciantes y nuevos ricos. Pero, a partir de la magnífica
boda -cuyo anfitrión había sido un pariente de la novia, el rey
Francisco I de Francia- y el gozoso retorno a Florencia, los motivos
de regocijo escasearon. El embarazo de Magdalena, anunciado en el mes
de junio de 1518, progresaba bien, pero el joven duque, cuya salud
había sido mala desde hacía algún tiempo, cayó enfermo en el
otoño de ese mismo año. Las fiebres intermitentes que le afectaban
y los temores por su salud le impulsaron a abandonar Florencia, donde
los recién casados llevaban una vida principesca. El duque, que
probablemente sufría de sífilis y tal vez también de tuberculosis,
se trasladó a la campiña próxima en busca de aires más
saludables. Allí esperaría el nacimiento de su hijo. Cuando regresó
a la ciudad para el parto de su esposa, agonizaba.”
Madre
prolífica...
"Gracias
a su magnífica constitución física, Catalina sobrevivió a nueve
partos, en una época en que las mujeres de clase alta disfrutaban
del dudoso privilegio de ser atendidas por médicos y parteras. Era
una práctica corriente que los experimentados y nerviosos dedos de
las parteras desgarraran la carne de la vagina lo suficiente para que
pudiera salir un bebé que se demoraba. Ese desgarramiento y la
subsiguiente exploración interna ( en la que con frecuencia se
arrancaba la placenta junto con el niño) contaminaban la sangre,
causaban hemorragias graves y otros daños que solían provocar la
muerte de la madre. Si la parturienta sobrevivía, los tratamientos
recomendados por los expertos atentaban contra su ya debilitado
organismo. Por lo general, se indicaba que, una vez nacida la
criatura, la paciente debía permanecer en cama, en una habitación
caldeada y a oscuras. Sólo se le administraría una alimentación
líquida durante un periodo bastante prolongado.”
Aficiones
de la reina Catalina...
“La
persistente adhesión de la reina a la astrología y la nigromancia
fie excepcional aun
para su época, y posteriormente influyó para
consolidar la mala reputación que la historia y muchos de sus
contemporáneos le forjaron. Tampoco ayudó a su imagen la figura de
su `parfumier´, el italiano `máitre´ René, quien llegó a ser muy
temido por sus pócimas y polvos, y por los legendarios guantes y
lápices labiales envenenados, con los que supuestamente habría
llevado a mucha gente a la tumba, cuando estuvo a las órdenes de
catalina durante su viudez. Apasionadamente interesada por las
personas con don profético, se murmuraba que ella misma era vidente.
Muchos de sus íntimos afirmaban que solía despertarse gritando y
profetizando, por ejemplo, la temprana muerte de un ser querido.
Hasta su hija Margot fue testigo de que Catalina había vaticinado
acertadamente una muerte por haberla soñado.”
El
protestantismo de afianza en Francia...
"Calvino
había extendido desde Ginebra una organización dedicada al
proselitismo mucho más eficiente que la de los primeros
protestantes; sus agentes pasaban a Francia y difundían la nueva
doctrina. Entre las medidas represivas, figuraba la pena de muerte,
sin derecho a apelación, para los predicadores y los que llegaran
desde Ginebra y distribuyeran propaganda protestante. Abarcaba
también a todo aquel que fomentara disturbios por causa religiosa.
Al mismo tiempo, Enrique le había solicitado autorización al Papa
para crear una Inquisición francesa. Para encabezar este nuevo
organismo, fueron elegidos tres cardenales......Pero Enrique tuvo dificultades con los magistrados, que desafiaban la autoridad de los inquisidores. Entonces se les confirieron poderes adicionales a los tribunales seglares para que actuaran contra los calvinistas, pero los juicios se demoraban por la confusión respecto a cuál de los cuerpos legales tenía jurisdicción para aplicar las durísimas nuevas medidas. Algo quedó completamente claro, sin embargo: para detener el deterioro que invadía el reino, Enrique necesitaba la paz, que era lo único que le permitiría poner en práctica el edicto y librar su guerra contra la herejía.”
Su hija Isabel, esposa de Felipe II de España...
“El
30 de enero de 1560, en Guadalajara, España, Felipe conoció a su
esposa y declaró su `completa felicidad´. Poco después, Isabel le
dijo a su madre por carta que era la joven más afortunada del mundo
por tener semejante marido. Aunque la muchacha era alegre y de buen
carácter, resulta difícil imaginar cómo pudo Felipe despertar en
ella tanto entusiasmo. Hosco, seco y pedante, el rey de España se
regía por su sentido del deber y la fría convicción de que su
destino era salvar al mundo de la herejía. Para él no había ningún
detalle, ni siquiera el más insignificante que no fuera digno de ser
examinado, ponderado y discutido. A medida que pasaban los años,
Catalina, cuya vida transcurría en una tortuosa combinación de
preocupaciones dinásticas y maternales, llegó a ser una especie de
maldición para Felipe. Por el momento, y en parte gracias a los
buenos oficios de Isabel, la relación entre Francia y España pasó
por una breve fase de entendimiento sin precedentes. Felipe mantuvo
la promesa que le había hecho a Enrique II de que, si el monarca
francés moría, él tomaría Francia bajo su protección. Pero el
rey español era reacio a ver el país vecino lleno de herejes que
podrían infestar su propio reino, y esa circunstancia mantuvo
cordiales las relaciones entre ambos países.”
Matanza de hugonotes la Noche de San Bartolomé...
"Mientras
Enrique estaba encerrado junto con su primo, sus camaradas eran
asesinados, víctimas fáciles, entrampados en el corazón mismo de
la fortaleza enemiga. Nançay, capitán de la guardia real, dirigía
a sus hombres mientras éstos iniciaban su horripilante tarea. Cuando
comenzó la matanza, la mayoría de los hugonotes dormían. Fueron
arrancados de sus lechos y degollados antes de tener la más mínima
posibilidad de defenderse. Mientras los gritos de terror resonaban
por los pasajes, escaleras y confusos laberintos de corredores que
formaban parte del castillo, que había sido muy reformado, los
sobrevivientes corrían desesperadamente, tratando de esconderse de
las bandas de asesinos. Como no encontraron dónde hacerlo, muchos
fueron cazados en el gran patio del palacio del Louvre. Allí,
esperándolos, estaban los arqueros del rey, que empujaron a hombres
y mujeres hacia las alabardas de los guardias suizos, quienes, con
siniestra eficiencia, cobraron sus indefensas piezas.”
Unas breves pinceladas en suma que espero os inciten a
descubrir una biografía apasionante de una mujer en un mundo de
hombres, el mundo del siglo XVI, pero que la autora logra mostrarnos
con sus matices, de una reina y madre de reyes que sobrevivió a sus
enemigos y tuvo la penitencia de ver como sus hijos resultaron
incapaces de mantener el legado de su padre y de su abuelo que les
precedieron en el trono y que Catalina de Médicis supo mantener
aunque finalmente la casa de Valois perdería el trono, todo ello con
el trasfondo de las guerras de religión que desangraron Francia y
dividió a sus habitantes en el marco histórico de la
Contrarreforma.
Ideal para lectores de novela histérica que descubrirán
que la realidad siempre es más apasionante, turnos tranquilos de
noche, convalecencias, vacaciones así como lectura de mesita. Aunque
parece tocho se lee de un tirón y por supuesto prohibido para la
suegra que podría maquinar tácticas florentinas para librarse de
nosotros...
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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