Libro: Un
capitán inglés
Autor:
Thomas WintringhamEditorial: Editorial Akrón, S.A.
Traducción: Luis Arias González
Edición: Luis Arias González, primera edición junio de 2009
Libro
interesante y sorprendente el que traemos hoy para tratar sobre uno
de los contingentes que participaron en la Guerra Civil española:
los brigadistas internacionales ingleses.
Antes
de que alguien huya despavorido hay que advertir que quien espere
encontrar la propaganda, buena y mala, sobre las Brigadas
Internacionales que todo el mundo ha visto y escuchado al menos una
vez en su vida, se trata de una obra centrada en el Batallón Inglés
y su diario de guerra
escrito por una persona de marcado carácter intelectual, ojo crítico
para consigo mismo y por tanto sobre la visión de la República y su
ejército, que tiene además la honestidad de huir del panfleto de
adoctrinamiento entre líneas para narrar con toda su crudeza lo que
era el día a día en la guerra para el Batallón Inglés, desde sus
carencias y vicios hasta su heroísmo y su valor pasando por
interesantes análisis sobre la nueva forma de hacer la guerra que se
vislumbraba en los campos de batalla españoles...
Sorprendente
por la deliciosa, amena, didáctica e instructiva introducción de
Luis Arias González, densa y profunda que ya merecería su lectura
como obra independiente pero que al servirnos de guía hace que
empecemos la lectura del libro ya situados y enmarcados geográfica y
políticamente, envueltos en el aroma acre y fondo gris de la
atmósfera común a toda guerra.
Interesante
porque veremos detalles de la historia que no se tratan en libros
sobre generalidades del conflicto u escritos para justificar a uno y
otro bando. Asesores alemanes que tratan de probar su teoría de la
guerra relámpago, la
defectuosa manera de encarar Franco las acciones militares que lejos
de la propaganda que le muestra como caudillo invencible dejan ver un
militar poco estratega basándose en lanzar masas humanas y picando
en los ataques señuelo de los que ya hemos leído en anteriores
libros en Lomo con tapas,
el déficit de material bélico de los demócratas frente al
potencial de las potencias fascistas, el futuro de los misiles y el
poder aéreo como apoyo táctico a la infantería.
Y
recomendable para la ciudadanía española que aún sigue
transmitiendo a las nuevas generaciones los tópicos sobre ambos
bandos contendientes y donde cada uno tiene la razón cuando la razón
de que siga siendo latente un conflicto que ya es historia es que no
quieren ver a la Guerra Civil en su contexto. Vemos ahora en Oriente
Medio guerras civiles donde se lucha por ideas como la religión y
almorzamos asombrados ante el televisor que nos escupe noticias de
ciudadanos europeos que van a Siria, Ucrania...; a combatir dejando
atrás una vida cómoda. Igual sucedió en la guerra fratricida donde
jóvenes de toda Europa acudieron a combatir por la democracia que
entonces representaba la República Española y una opción como era
el totalitarismo fascista.
Lejos
de ser un libro sobre el internacionalismo, es un homenaje a unos
ciudadanos-soldados británicos que regaron con su sangre la lucha
entre hermanos que, todavía hoy, sigue enfrentando a la ciudadanía
española debidamente azuzada por vividores del mito de Franco y
aspirantes a serlo del mito de la República.
Thomas
Henry Wintringham nació el 15 de mayo de 1898 en la localidad
inglesa de Great Grimsby, en la región de Lincolnshire. Obtuvo su
licenciatura universitaria en junio de 1920, en el Balliol College de
Oxford. Miembro del partido Comunista inglés desde 1923, vivió su
militancia de forma muy activa en los campos de batalla e
intelectual. Periodista, escritor, historiador y poeta, participó en
las dos guerras mundiales y, entre medias, en la Guerra Civil
española, peripecia que recoge detalladamente su libro Un
capitán inglés. Murió
de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1949.
Datos
de la contraportada y dejaros sin más con unos breves pasajes que os
inciten a su lectura:
¿Quiénes
eran esos ingleses luchando por la democracia?
“Estos
hombre eran los herederos de una secular tradición inglesa, pero
también eran parte de un nuevo individuo que iba apareciendo, cada
vez más a menudo, en Europa,
América y Asia: ese tipo de personas
que creían que nuestros pequeños y precarios principios de
civilización, que todo aquello que consideramos que promueve la
felicidad personal y la libertad social estaba siendo destruido por
el fascismo. Habían venido a España porque creían que la agresión
fascista debía ser resistida y rechazada, cuando fuera necesario,
con acero y plomo tanto como con la propaganda y las argumentaciones
teóricas. Habían acudido como hombres libres de toda Europa, y
también en buena proporción de los Estados Unidos de América, para
ayudar a la defensa de Madrid.”
En la milicia...
“El
grupo de las barracas de Sarriá era como una mezcla perfecta, una
especie de muestra coleccionable de todas nuestras gentes tal y como
las podéis encontrar en cualquier autobús inglés. Incluía también
a uno o dos irlandeses y a un hombre -Arnold Jeans- cuya nacionalidad
original ninguno de nosotros conoció nunca a ciencia cierta. La
mitad de estos diez o de esta docena de chicos y de hombres eran
estudiantes o `intelectuales´. Uno, que trabajaba de administrativo
en una oficina de empleo, se había visto forzado -por la pobreza de
sus padres- a renunciar a la beca que había ganado para ir a la
universidad. Otro, Lorimer Birch, era un científico de calidad y con
renombre. Todos ellos estaban agobiados por la inactividad que se
respiraba en los barracones, donde apenas había instrucción alguna
y sufrían el suplicio de Tántalo que suponía el continuo retraso
de la fecha señalada para dirigirse hacia el frente. La mayoría de
este grupo caería muerto antes de que el Batallón `inglés´ se
formase.”
Discurso a los reclutas...
“la
posibilidad de que Franco pusiera un pie en Madrid a través de la
Ciudad
Universitaria se convirtió en una posibilidad muy seria para
nosotros; así que nuestra segunda Brigada se la sacó de la posición
donde había atacado y se la envió a bloquear el camino exterior, al
noreste de la Ciudad Universitaria. Muchos de los hombres de esa
Brigada, cuando dejaron el Cerro de los Ángeles sin tomar, podían
haber pensado que fracasaron, pero su ataque a los nudillos de Franco
fue quizás la mejor cosa que el Gobierno había hecho hasta
entonces; en parte, porque debido a ello nosotros todavía mantenemos
la carretera Madrid-Valencia y Madrid continúa estando abastecido.
Si alguna vez participáis en un ataque que parece haber fracasado,
recordad este hecho, recordad a nuestra segunda Brigada.”
La cobardía...
“¡Pobre
O.! Un tonto, un romántico, un falsario que quería ser valiente
pero que había vivido hasta entonces demasiado fácil y demasiado
cómodo. Cuánto daño nos hizo y que yo no conocí hasta después de
que la batalla hubo acabado. No puedo estar enfadado con él ahora;L
aunque lamento todavía las vidas desperdiciadas por su cobardía.
Después de todo, también fue culpa nuestra en parte. Por su propia
seguridad y por la del Batallón, deberíamos haber tenido más en
cuenta su superficial engreimiento y autosuficiencia y tendríamos
que haberle degradado poniendo a Copeman en su lugar. Macartney, yo
mismo, Springhall, todos nosotros ya habíamos visto en Madrigueras
lo que daba de sí O. Deberíamos haber revisado nuestra capacidad
para valorar y enjuiciar a los hombres.”
Cruzando el Ebro...
“El
Batallón inglés cruzó el Ebro sin tener casi bajas. Ellos conocían
perfectamente dónde estaban, y sabían dónde y cómo estaban
desparramadas las Compañías del enemigo. El total de la XV Brigada
cruzó en unas pocas horas. El principal trabajo de este cruce -hubo
varios pasos distintos sobre el río- fue dirigido por Malcolm
Dunbar, el Jefe de Estado Mayor de la Brigada, y por Hugo Slater, el
Jefe de operaciones, que lo llevaron a cabo con total satisfacción;
los ingenieros, con respecto al puente, siguieron fielmente lo
planeado. El inglés y otros Batallones se dirigieron hacia delante
al mismo tiempo, efectuando una infiltración profunda en las
dispersas líneas enemigas compuestas por granjas fortificadas,
trincheras construidas a medias y reductos provisionales.”
Libro para amantes de las hazañas bélicas, guardias livianas en urgencias o estancia hospitalaria, para quienes profundizar en la realidad de la Guerra Civil española y homenaje a los jóvenes británicos que lucharon en la antesala de la guerra mundial contra el fascismo y por la democracia más allá de sus motivaciones ideológicas y para la ciudadanía española donde una parte parece no enterarse de que unos perdieron en 1945 y otros en 1989, pero ambos, sistemas totalitarios.
Libro para amantes de las hazañas bélicas, guardias livianas en urgencias o estancia hospitalaria, para quienes profundizar en la realidad de la Guerra Civil española y homenaje a los jóvenes británicos que lucharon en la antesala de la guerra mundial contra el fascismo y por la democracia más allá de sus motivaciones ideológicas y para la ciudadanía española donde una parte parece no enterarse de que unos perdieron en 1945 y otros en 1989, pero ambos, sistemas totalitarios.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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