Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
ENEMIGO PÚBLICO (1998)
¿Qué
hace que una película que es similar a otras películas sea especial
para que se siga viendo pese al paso del tiempo?
Ésta
podría ser la pregunta para definir la película que traemos en esta
ocasión y que es de fácil respuestas: por un lado el reparto, con
actores sólidos y queridos del espectador; luego las circunstancias,
tecnológicas en este caso, que son actuales, muy muy actuales pese a
la añeja época del rodaje, visto desde 2014, hace ya casi tres
lustros; y por último el oficio del director para tejer escenarios
reconocibles...
Producción
de 1998 dirigida por el siempre efectivo y en ocasiones demasiado
efectista del Tony Scott que sabe darle ritmo apoyándose en el
reparto para enseñarnos los familiares y acogedores rincones
cinematográficos de la mafia, las oscuras agencias gubernamentales
sin conocimiento del gobierno de sus tejemanejes para controlar a la
ciudadanía en nombre de la defensa nacional, el mundo pijotero de
los abogados y su american way of life que
de pronto se esfuma como por arte de encantamiento y ese miedo cerval
del ser humano ante una nueva tecnología sin faltar la escena del
satélite orbitando que parece más bien un paraguas o sombrilla
escapado por una escotilla de la ISS...
Y
es que para el espectador resulta muy relajante y hace meterse en la
historia, que el director si es bueno sabe aunar escenarios creados
por directores geniales, resulta imposible no sentir empatía y
agrado a ver aparecer a la mafia en su típico garito con sala donde
debía estar el cuarto trastero, al preboste funcionarial que se cree
el mejor capacitado para proteger la patria y los antiguos agentes de
inteligencia cuya época ha pasado y que se aíslan en su propio
búnker que no duda en hacer explotar si descubren que sigue en lo
suyo apropiado ya por otros.
En
ese sentido el trabajo del director creando un producto de acción
dirigido con pulso y repitiendo escenarios sin que resulte chirriante
es impecable.
El
reparto, visto ahora, es de lujo pese a que en la época de su
estreno eran caretos poco populares, pero que ya despuntaban, como
actores secundarios Bob...
Pero
hay que citar a cuatro.
Empezamos
por la actriz Lisa Bonet que ha conseguido la unanimidad del equipo
de cata cinematográfica de The Adversiter Chronicle. Tanto el
segureta como el de la limpieza y un servidor, humano y no
cibernético, recordamos cómo empezó y terminó su historia, al
menos para los espectadores de aquella...
Todo
empezó con una deliciosa muchacha afro americana que hacía de hija
del inefable Bill Cosby y su más inefable show. Era sencillamente
preciosa y al menos en nuestro caso, veíamos la serie de los cojones
por ver a la Lisa Bonet.
Enamoraba
a la cámara, seducía al espectador masculino y creaba tendencias en
el femenino, despertaba ocultas pasiones calificadas de obscenas en
algunos estados de la Unión y catalogados de pornografía depravada
en otros, tal era el estímulo neuronal ante su visión. Pero en EEUU
seguía la moralina mojigata y el sistema no perdonó que una de las
vírgenes de América en la pequeña pantalla diera el salto al
celuloide enseñando tetas y realizando obscenas escenas de fornicio
como hizo con Mickey Rourke , o cómo bowlings se escriba. No nos
ponemos de acuerdo en si también había alguna historia de drogas
por el medio, aunque verla aquí con su belleza prematuramente
marchitándose y algo demacrada nos hace pensar que sí. El caso es
que desapareció del celuloide y hoy ya nadie la recuerda salvo
quienes caímos enamorados de su belleza y juventud para caer en las
garras del onanismo compulsivo tras verla en El corazón
del ángel...
Compartiendo protagonismo masculino encontramos dos
estrellas arropando a otra en ciernes aún para la gran pantalla pero
caminando con paso firme hasta ser la estrella que es hoy en día: un
Will Smith con público ya ganado y fiel de antemano que no abusa de
sus muecas, una de sus grandes virtudes, y aunque sea algo
desconcertante verle de pijo abogado de piel negra en un mundo de
pieles blancas sin sus ropajes televisivos, y sale bien parado de las
escenas de acción.
Le arropa un solvente Jon Voight que a medida que
entraba en la vejez su percha se adaptaba a personajes malvados pero
siempre con esa sorna del Voight cuando hace de malo incluyendo una
coña a su papel de padre en la vida real cuando regaña a su hijita
-toca huevos -con el mando -de la tele-. Pero una mueca en su rostro,
un giro de mano y dar desdeñosamente la espalda ante su interlocutor
ya llena la pantalla y nos deja claro que es un tipo que no se anda
con bromas... pese a que su familia parezca toda años más joven que
él y hace pensar en su vigor y vitalidad para engendrar a su hijita
y satisfacer maritalmente a su esposa más allá de dejarla controlar
las finanzas por el portátil...
Otra de esas interpretaciones con coña del Voight.
Y el último, pero siendo el primer atractivo para ver
la película, el Gene Hackman. Uno de esos actores que se paladean en
cualquier papel, que se imponen al resto porque el espectador ya le
conoce y él a nosotros. Soberbio, cínicamente samaritano, idealista
quijotesco con malas administraciones a quien servir y gato escaldado
que se las sabe todas y termina por ser la última línea de defensa
de los derechos civiles y ciudadanos.
Genial como casi siempre y extraordinario como en todas.
Para finalizar un argumento atractivo que si podía ser
desasosegante en su estreno, ahora en 2014 ya es rutina y realidad
presente: aplicar la tecnología digital para monitorizar si llega el
caso vidas particulares y alterar su existencia si llega el caso y
dirigido todo ello por oscuros funcionarios de las agencias de
inteligencia de EEUU.
Lo que chirría, inevitablemente por otra parte, son los
cachivaches que han sido superados por los terminales móviles y si
el satélite de la película sólo tiene visión perpendicular, hoy
en día se interconectarían webcam callejeras y de vídeo vigilancia
sin hacer falta el helicóptero sustituido por drones de tamaño
minúsculo.
Y es que la principal razón para ver esta película si
ya la viste, más allá de disfrutar de un buen producto de acción,
es ver cómo se ha hecho realidad la capacidad de monitorizar a la
ciudadanía sin que nos demos por enterados y sobrecoge ver que el
sistema funciona para controlar a la propia población y se muestra
ineficaz para acabar con terroristas y sus políticas de mutilación
genital a las mujeres.
Pero todo el equipo de cata cinematográfica apagamos el
localizador GPS de nuestros teléfonos inteligentes tras el visionado
y nos miramos suspicazmente al terminar el turno de noche...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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