Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
exclusiva para The Adversiter
Chronicle
CREMA CATALANA ENVASADA
Atención
glotonas y glotones de la repostería industrial porque hoy tratamos
sobre un postre que sólo nombrarlo comienzan las papilas gustativas
a salivar, la crema catalana. Un plato clásico y popular de los
postres españoles y típico de Cataluña. Aprovechando las
circunstancias con el triunfo de España en la Eurocopa y que la
cadena de supermercados Lidl era patrocinador oficial de la misma
pues aprovechamos para degustar la crema catalana de La Fageda y toda
una novedad en la oferta de postres industriales. Pasemos pues al
análisis con la ayuda de nuestro querido experto el profesor T. A.
Rambaina...
-Con
la crema catalana sucede exactamente igual que con el resto de
alimentos industriales y envasados, es evidente que si se quiere una
buena fabada, unas buenas lentejas a la riojana o crema catalana en
el caso de hoy lo mejor es irse de visita gastronómica al Principado
de Asturias, a La Rioja o a Cataluña, sirve para todos los platos y
postres que jalonan la geografía española. Pero puestos a consumir
comida industrial se trata de elegir una marca o un fabricante
solventes. En la crema catalana que catamos hoy se aprecia un detalle
que puede resultar intolerable para sibaritas, aunque sean sibaritas
de laterío, precocinados o postres industriales. Se trata del
formato del envase que a diferencia de otras marcas no vienen en una
cazuela y es un formato de envase más propio de yogur, cierto que
dicho formato propicia cantidad a menos precio y se presenta en
formato de cuatro raciones de 127 gramos, pero se echa en falta la
cazuelita redonda que facilita una inmersión gastronómica. En
resumen que una crema catalana envasada ha de comerse con el mismo
ánimo que se consumen falsas gulas y al igual que ellas es la
imaginación y pagar un poco más para tener la sensación de comer
el original.
-La
crema no deja de ser una natilla más o menos espesa y edulcorada que
siempre nos fascina desde la infancia. Es verdad que esta
presentación en tarros tipo de yogur nos permite consumirlo como
quien consume una natilla vulgar y corriente, pero para ser
correctos hay que caramelizar la superficie. Hay que destacar que
este producto trae el caramelo en un elegante y práctico estuche que
aumenta la sensación de comer algo extraordinario. Hay que echar el
azúcar y dar tiempo a que fragüe aunque la apetencia aumenta cuanto
más tiempo transcurra hasta la ingesta dando tiempo a que caramelice
y quede a la vista como si se hubiera requemado el azúcar, pese a que
el formato quede un poco ortopédico comparado con la cazuelita de
otras marcas o del postre original y genuino de Cataluña.
-¡Cojonudo!
Una ingesta en plan glotón, y si el resto de la comida o cena es
acorde, garantiza unos picos de colesterol perjudiciales y este
formato de envase facilita engañar a la mente y a la salud comiendo
más de una crema catalana en el postre. Hay que ver este postre como
un postre especial fuera de la dieta de postre de yogur y fruta y por
tanto debe consumirse con moderación, que nos queden ganas para la
próxima ocasión. Tiene alto valor energético y en 100 gramos ya
ingerimos 109 kilocalorías, 3,1 gramos de grasas de las cuales 2
gramitos son saturadas; 17 gramos de hidratos de carbono de los
cuales 15 gramos son azúcares, 0, 11 gramos de sal y nada de fibra
aunque aportan 2,8 gramos de proteínas. En su elaboración se
utilizan aditivos ya asimilados por nuestro organismo de otros
alimentos industriales, en este caso el fabricante indica que el
origen de la leche es catalana aunque no menciona si las vacas
también lo son, el ya familiar jarabe de glucosa, aromas,
colorantes, espesantes, yema de huevo en polvo, almidón modificado
y, puede sonar algo exótico, goma garrofín y carragenanos. En
definitiva, nada extraño a nuestro estómago tras casi un siglo de
comida y repostería industrial.
-Pues
lo mejor es no pensar cómo lo hacen y si se paga como crema
catalana, tiene pinta de crema catalana y sabe a crema catalana lo
mejor es disfrutar del postre con una buena crema catalana envasada
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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Director Editorial: Perry Morton Jr.
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