CAOS INFORMÁTICO: ¿FALLO DE PROGRAMACIÓN O MANIOBRAS CON FUEGO REAL?
Con la
colaboración de Donald Al Harish Al
Shama Smith, ex-agente de la CIA expulsado por
tenencia, estorsión y líos de faldas, en exclusiva
para The
Adversiter Chronicle
Durante unas
horas parte del mundo conectado a la nube de Microsoft se sumió en
el caos: empresas, transportes, servicios públicos, servicios
sanitarios, aeropuertos, entidades bancarias y en definitiva
cualquier ordenador conectado al sistema. La normalidad vuelve poco a
poco pero millones de personas se han visto afectadas y se volvió a
la Era analógica por una horas tirando de papel y bolígrafo
mientras asistimos atónitos a la vulnerabilidad de lo que nos hace
vivir en la época de lo inmediato. La explicación al caos ha sido
rápidamente difundida en todo el orbe: una actualización de un
antivirus de la empresa encargada de proteger la nube, un simple
error en unas líneas de programación...
-¿Qué ha pasado para
que de repente un viernes de verano se convierta en un escenario de
caos mundial?
-Ha
sido un caos mundial pero muy focalizado en cuanto a lo perjudicado
porque no ha sido en general, está focalizado en la nube y los
sistemas de todo tipo conectados a la misma y ha perjudicado
principalmente a las democracias occidentales. La explicación
oficial nos da una respuesta coherente, creíble y realista. No ha
sido un ataque por parte de una potencia totalitaria o unos piratas
vulnerando un sistema como estamos acostumbrados a escuchar, ha
ocurrido en una de las arterias informáticas que sostienen nuestro
mundo digital. Ha tocado todos los sectores de la sociedad en todos
los ámbitos, pero sobre todo en los más sensibles como transportes
y sistemas de salud. Aparentemente todo ha sido `civilizado´ sin
causar estragos aunque las personas afectadas si los han sufrido en
sus viajes y en los servicios sanitarios de atención primaria,
además del resto de sectores. Desde luego ha sido, si lo ha sido,
una magnífica operación encubierta para poner a prueba la respuesta
de la masa social a un caos informático.
-¡Ya
empezamos! Suena un poco fantástico lo que sugiere...
-Imagine que una potencia totalitaria planeara un
ataque preventivo a determinado número de satélites que soportan el
sistema de Internet de las democracias occidentales. Era necesario
testar tanto los sistemas como a la sociedad ante un escenario de
caos informático temporal con interrupción del mundo digital tal y
como lo conocemos y vivimos. Imagine que ese ataque a los satélites
obligue a un nuevo confinamiento puesto que nada funcionará durante
al menos entre tres y siete semanas. Del confinamiento en la pandemia
se sacó una conclusión: es posible un confinamiento sin protestas
ciudadanas siempre y cuando sigan funcionando los servicios que nos
da Internet, desde compras a ocio y estar comunicados en video
conferencias, podemos soportar el confinamiento. Modelos de
inteligencia artificial arrojan que la sociedad podría aceptar un
confinamiento domiciliario por una causa debidamente justificada pero
sin servicios de Internet en tres semanas estallarían revueltas y
tumultos que las autoridades no podrían controlar y sería necesario
reprimir.
-¿Sugiere
que hemos sido cobayas?
-Hemos
asistido a unas maniobras de guerra con fuego real. Era vital el
factor sorpresa, se eligió un viernes y aunque fue un ataque a todo
el sistema en realidad hubo objetivos repartidos por todos los
países, en unos la banca sobre todo, en otros los transportes, en
otros la sanidad y así sucesivamente lo cual permitirá extrapolar y
suministrar datos reales a los modelos de inteligencia artificial que
computan un posible escenario. Es un aviso a las potencias
totalitarias de que el caos no será tal en su totalidad y como lo
imaginamos aunque acabaría degenerando en caos total si el ataque
pilla a las democracias occidentales desprevenidas. Ha sido un test
en tiempo real sin conocimiento de los participantes y la versión
oficial ha sido aceptada sin hacernos preguntas. Además la
corporación propietaria del sistema en la nube queda libre de culpa,
fue el guardián del sistema, lo cual salva a la corporación
propietaria de la nube.
-No
entiendo que puede ganar Microsoft con este simulacro que usted
sugiere...
-Eso
es lo mejor, el Windows 10 quedará obsoleto el próximo año y el
daño afectó a sistemas y ordenadores con ese sistema operativo, el
mensaje subliminal es que la corporación es fiable y digna de total
confianza y que el Windows 11 es la solución inmediata. Hablamos de
miles de millones de dólares con migraciones masivas de un sistema a
otro. Es el precio de montar estas maniobras con fuego real. No es un
símil, es fuego real porque Internet y la órbita de la Tierra ya
son nuevos escenarios de combate, comparable a una guerra de
submarinos, ajena la sociedad a este nuevo frente de batalla. Alguien dirá que un ataque a los satélites sería un acto de guerra,
suponga que Corea del Norte ha llegado a un punto intolerable hasta
para China y que se dejara a Corea del Norte realizar ese ataque.
Será condenando el régimen por toda la comunidad internacional sin
que Rusia o China se vean envueltas en un conflicto que sería
mundial. Para comprobar si ha sido una maniobra con fuego real sería
necesario hacer un listado por países y empresas, entidades,
organismos y organizaciones conectadas a la nube y analizar los pasos
dados desde los primeros fallos detectados en Australia, curiosamente
el fallo se propagaba en el sentido del reloj lo que ha permitido
recopilar datos de comportamiento social de manera escalonada, la
reacción, las consecuencias y la respuesta a los comunicados que
iban aclarando el motivo del fallo en el sistema de la nube. Por
supuesto, sólo es una hipótesis aunque bastaría hacer unas
comprobaciones de datos que ya están alimentando los modelos de caos
informático en futuros hipotéticos generados por la inteligencia
artificial.
-¿Es
posible que...? ¡Ha vuelto a hacerlo! ¡Desaparece sin avisar ni
despedirse!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
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