Finalizaba
el pasado fin de semana uno de los eventos deportivos con millones de
aficionados en todo el planeta y con retransmisión a nivel mundial
como es la Eurocopa de selecciones nacionales, sin olvidar la Copa
América. La imagen que ha dejado España por medio de su selección
ha sido extraordinaria con la selección haciendo las delicias de
todo el mundo y sacando de nuevo el orgullo de ser español, con un
Felipe VI ejerciendo una representación institucional pero también
un Felipe VI humano donde el desparpajo adolescente y juvenil del
jugador Lamine Yamal saludando al Rey como se hace actualmente entre
los jóvenes y no tan jóvenes simbolizó una imagen de país de
acogida y oportunidades para quienes buscan en España salir de la
miseria, la guerra o la persecución en sus países de origen y
simbolizó el saludo a toda la afición española en Felipe VI.
Una
imagen retransmitida a todo el mundo dando la verdadera imagen de
España. Si además todo viene coronado por el triunfo deportivo se
propicia una explosión social de comunión con quienes representan a
España en el deporte, una gana intrínseca de celebrar sin
distinción alguna, hermanados porque los deportistas nos hacen
sentir orgullosos. Una imagen que contradice la versión de los
nacionalismos que tratan de presentar a España como un Estado
fallido que impone y no atiende a razones de la realidad vulnerando
los derechos de los españoles que reniegan de ser tales para vender
su nacionalismo excluyente. Esa versión de la realidad salta hecha
añicos cada vez que en un podio hay deportistas españoles y suena
el himno nacional...
Como
no podía ser de otra forma, el triunfo deportivo español del pasado
fin de semana, sin olvidar a Carlos Alcaraz y su triunfo en
Wimbledon, ha hecho pupa a los aliados del señor Pedro Sánchez
anclados en el trasnochado nacionalismo independentista, los partidos
políticos Bildu y ERC. La formación heredera del legado sangriento
y asesino de ETA parece que, conseguidas todas las regalías posibles
y negociando las ahora imposibles por parte del señor Pedro Sánchez
y el PSOE, vuelve de nuevo a tácticas etarras como es el
señalamiento de quienes no acatan su nacionalismo excluyente y cada
vez más étnico. Es lo sucedido con el jugador Oyarzabal,
protagonista marcando el tanto que dio la Eurocopa a España, donde
la localidad de origen de su madre apareció con una pancarta
indicando que hay que renegar del triunfo y señala con una esvástica
los nombres del jugador y su compañero de selección el jugador
Merino. Parece que el señor Otegi y sus acólitos vuelven a quitarse
la máscara democrática señalando a quienes consideran traidores en
su asesino credo nacionalista e independentista.
Y del
otro lado hemos visto en el Congreso al portavoz de ERC en su habitual
pose chulesca y desafiante afirmar uno de los comentarios más
cretinos que se han escuchado en la historia parlamentaria española de
mano de un portavoz en su turno de palabra. Carentes ya de argumentos
coherentes y digeribles, el señor Rufián se lanza a decir que el
triunfo deportivo y su celebración es cosa de fascistas y que en
realidad lo que se vio fue a vascos y catalanes de pura raza y cepa
lograr hacer goles y jugadas de las que se aprovechan el resto de
jugadores que no tienen pureza racial vasca o catalana. Dejando
aparte la percepción del señor Rufián que sólo son ganas de
irritar e incordiar a unos y seguir manteniendo ante los otros, que
le llaman traidor, que el señor Rufián sigue siendo ese joven
político independentista azote del Estado español que desafía
cualquier autoridad para soltar su discurso, que ya alcanza niveles
delirantes para evitar más fugas de votantes a su utopía
independentista. El señor Rufián ha hecho el ridículo y en ese
extranjero que el independentismo secesionista catalán trata
desesperadamente de ganar para su causa, sencillamente ha hecho el
ridículo y quedando el señor Rufián en otro político que vive de
la causa y que tira de demagogia populista señalando cualquier cosa
que implique el triunfo de España en cualquier ámbito de la vida.
Preocupante que vuelvan los señalamientos etarras y ridículo del
portavoz independentista que se aferra a su poltrona aunque sea a
base de decir sandeces de cretinos argumentos.
Al
final fue una final con fiesta de un triunfo deportivo que pegó a
todo un país al televisor y transistores para estallar de júbilo y
alegría patriota, porque el patriotismo no es manifestar exaltación
por símbolos y salvaguardas de la patria, pobre patria que tenga
salva patrias, el patriotismo es identificarse con quienes nos
representan, salvo a nivel político que logran con sus políticas y
sus consecuencias que el Gobierno no sea el de todos y para todos.
Una vez más se alza la figura representativa de Felipe VI que anula
a una clase política que reniega de lo que fuimos y somos como
nación. El señor Rufián y las tácticas etarras no podrán borrar
los triunfos deportivos y ya es hora de que esos señalamientos sean
atajados con todo el peso de la Ley. Lo del portavoz de ERC se
retrata a sí mismo y alguien debería hacer notar al portavoz que
sus puestas en escena ya ni convencen a los suyos ni irritan al
resto. Lo que está claro es que la amnistía a la carta no tiene
resultados de reciprocidad y con la vaca casi extenuada para dar más
leche, el independentismo radical vasco y catalán vuelven a querer
que tropecemos en la misma piedra...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
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