Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: IBM
y El Holocausto
-La
alianza estratégica entre la Alemania nazi y la más poderosa
corporación norteamericana -
Autor:
Edwin Black
Editorial:
Editorial Atlántida S. A.
Traducción:
Rolando Costa Picazo
Edición:
Primera edición, 2001
La propuesta de hoy es un fascinante, también tenebroso
e inquietante, viaje a dos mundos que se conjugaron en la década de
los años treinta del pasado siglo. El mundo del capitalismo puro y
duro donde los negocios y ganancias superan la ética, la moral e
incluso los acuerdos internacionales con un genuino capitalista que
de una pequeña empresa levanta una multinacional poderosa que
monopoliza el negocio eliminando competidores. Y el mundo del
totalitarismo encarnado en el régimen nazi cuyo credo de superioridad
racial precisaba de una tecnología que le permitiera ejercer un
control total sobre la población, la economía, los transportes, la
guerra y el exterminio de quienes contaminan la raza superior. La
clave estaba en la tecnología de tarjetas perforadas y la `Máquina
Hollerith´ inventada en 1884 que podía realizar las operaciones
contables más tediosas. Para 1933 el monopolio de la tecnología de
tarjetas perforadas lo tenía una compañía estadounidense dirigida
por Thomas J. Watson llamada IBM y un cliente, el régimen nazi
recién llegado al poder que sabía del poder de control que sería
posible con la tecnología de las tarjetas perforadas...
La contraportada es parca en datos del autor, Edwin
Black, hijo de sobrevivientes del Holocausto y residente en
Washington y es el autor de las premiada investigación financiera
del Holocausto, The Transfer Agreement, y un experto en relaciones
comerciales con el Tercer Reich.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año
de edición y en Internet podéis encontrar más información sobre
el autor.
Y sin más dilación, unos breves pasajes que os inciten
a su apasionante lectura:
Una nueva tecnología...
"Todo
empezó décadas antes, en Nueva York, durante las últimas boqueadas
del siglo XIX, en una época en que el rápido crecimiento
industrial de los Estados Unidos estimulaba inventos para la
automatización de virtualmente todas las tareas manuales. Oleadas de
inmigrantes llegaban a las costas americanas para trabajar en largas
jornadas. Sin embargo, algunos soñaban con una forma mejor de ser
productivos, o al menos con una forma más rápida y barata. En todas
partes artefactos, mecanizaciones y aparatos patentados hacían girar
engranajes, accionándolos y ahorrando pasos en talleres y fábricas.
La denominada Segunda Revolución Industrial, potenciada por la
electricidad, estaba en pleno auge. En el cambio de siglo, los
Estados Unidos -confluencia de un comercio descomunal y una rápida
inventiva industrial- estaban en un momento perfecto para dar a luz a
la corporación más poderosa que ha conocido el mundo: IBM.
IBM
nació alemana. Su tecnología fue creada originalmente por una sola
razón: contar las personas como nunca habían sido contadas antes,
con una habilidad mágica para identificar y cuantificar. Antes de
mucho tiempo, la tecnología IBM; demostró que podía hacer más que
sólo contar gente o cosas. Podía computar, es decir, la tecnología
podía registrar datos, procesarlos, recuperarlos, analizarlos y
responder mecánicamente preguntas puntuales. En momentos, una labor
mecanizada ahora era capaz de lograr lo que sería imposible para
cualquier mortal en lápiz y papel."
Thomas J. Watson, un capitalista implacable...
"Más
que simpatía y comprensión por el régimen nazi, Watson en 1933
poseía una extraordinaria inversión en Alemania. Comenzó a
principios de la década de 1920. durante el auge de la exorbitante
inflación alemana de posguerra. Era un tiempo en que el dinero
alemán, carente de valor, se transportaba de un lugar a otro en
carretillas, y valía más como combustible que como moneda. En 1922,
la Dehomag de Willy Heidinger no era más que una concesionaria del
equipo de Hollerith. Sin embargo, la crisis monetaria alemana hizo
imposible que Dehomag pagara el dinero que le debía a la CTR de
Watson – que controlaba ahora las patentes de Hollerith- en
concepto de derechos y otros rubros. La deuda de Dehomag era de
$104.000, o en marcos, la astronómica suma de 450.000 millones. No había forma de pagarla
para Dehomag. Watson viajó a Alemania, e, implacable, le dio dos
opciones a Heidinger: declarar la bancarrota o ceder a Watson una
parte sustancial de Dehomag. Watson empezó pidiendo sólo el 51 por
ciento de las acciones, pero a medida que la posición financiera de
Dehomag se debilitaba, Watson de repente subió su exigencia al 90
por ciento. Heidinger se sintió acorralado, sin poder de elección:
cedió la compañía alemana a Watson, y Dehomag pasó a ser una
subsidiaria de CTR. Cuando CTR tomó el nombre de IBM en 1924,
Dehomag, por supuesto, siguió siendo una subsidiaria de IBM. A
Heidenger se le permitió retener aproximadamente el 10 por ciento de
las acciones. De esa manera, Dehomag todavía podía alegar que era
en parte alemana, para cubrir las apariencias."
Tecnología al servicio de la superioridad racial...
"Mientras
los fanáticos seguidores de Hitler marchaban, haciendo atronar las
calles de Nuremberg, en Berlín las máquinas Hollerith
desapasionadamente traqueteaban y zumbaban, haciendo pasar pilas de
tarjetas perforadas, identificando al enemigo para las próximas
medidas drásticas. En el transcurso de 1933, especialistas raciales,
respaldados por computaciones poblacionales e interminables
tabulaciones, proponían sus definiciones favoritas de lo que
constituía la naturaleza judía. Algunas teorías eran tan amplias y
generales que se remontaban a los antepasados más lejanos. Sin
embargo, la mayoría intentaban ser seudocientíficas y limitaban el
campo. Estas últimas tentativas incluían no sólo los judíos
completos, que profesaban el judaísmo o tenían cuatro abuelos
judíos, sino también los judíos denominados tres cuartos, mitad y
un cuarto, o judíos de menor linaje como tales. Personalmente, Adolf
Hitler estaba al tanto de los hallazgos preliminares de las máquinas
Hollerith, según los cuales, aunque sólo se habían registrado
medio millón de alemanes como judíos en el censo, por las venas de
muchos más corrían rastros de sangre judía. Y eran alrededor de un
millón más. Quería que se tomaran medidas con respecto a la
persistente presencia judía. Los judíos a los que Hitler temía más
eran los no aparentes. Der Führer había estado trabajando en la
largamente esperada definición racial durante varias semanas, pero
las fórmulas y los cálculos todavía no eran concluyentes."
Al servicio de la guerra...
"
Las máquinas Hollerith se ocupaban también de registros de combate,
según el memo de la primavera de 1940 de Schotte. Por ejemplo, las
misiones de la Luftwaffe estaban todas debidamente registradas para
el cálculo de los detalles del combate aéreo, especificaba el
informe. El memo de Schotte se jactaba de que las tarjetas perforadas
mantenían `un registro de cada vuelo de un aviador militar, para su
récord personal y el cálculo de las bonificaciones´. Además,
todas las heridas de guerra de los alemanes se analizaban mediante
complejos programas Hollerith, lo que permitía a los planificadores
del Reich llevar a cabo una compleja investigación médica en el
Archivo Central de Medicina de Guerra, en Berlín. Durante la Primera
Guerra Mundial fueron los análisis de heridas de la cabeza los que
ayudaron al Ejército austriaco a diseñar el casco de mayor
protección posible. El informe de Schotte de 1940 también se
refería a la `decodificación´ de despachos enemigos como una
importante aplicación del sistema Hollerith. A medida que
transcurrían los meses, las máquinas Hollerith tenían más que ver
con los movimientos de las fuerzas alemanas. Con el tiempo, el
sistema de tarjetas perforadas de IBM registraba cada orden combate,
cada bala y movimiento de tropas nazis."
Eichmann supervisa la solución final en Francia...
"En
julio de 1942, Eichmann llegó a París con órdenes directas de
Himmler. Todos los judíos de Francia -extranjeros o nativos- debían
ser enviados de inmediato a los campos. Eichmann empezó a supervisar
en persona la deportación sistemática de los judíos. Berlín había
asignado 37.000 vagones de carga, 800 de pasajeros y 1.000
locomotoras a la Francia Ocupada. Sucedía, sin embargo, que las
autoridades locales constantemente se quedaban cortos con los cupos.
El 15 de julio, un tren no pudo partir a horario. Eichmann estaba
indignado, calificando el hecho de que el tren no hubiera salido como
`vergonzoso´, en vista de todo el esfuerzo puesto en la confección
de los horarios. Un oficial nazi asignado a la solución de la
cuestión judía recordaba el momento: Eichmann amenazaba -recordaba
el oficial- con que quizá deberían declarar a `Francia como un país
que debía ser evacuado por completo´. El acosado nazi le prometió
a Eichmann que ningún otro tren volvería a partir fuera de horario.
Los desesperados funcionarios locales hacían todo lo posible por
obedecer las exigencias obsesivas de Eichmann con los judíos. De ahí
que pronto se dejaran de lado todas las tentativas de los
ultraconservadores franceses por crear una jerarquía de exenciones,
como para mujeres o niños, o ciudadanos franceses o veteranos de
guerra."
IBM recupera sus propiedades en 1945...
"
Recobrar Dehomag fue un proceso largo y complicado que empezó a los
pocos días de la capitulación de Alemania. El 18 de mayo de 1945,
IBM NY envió tres cartas a la División de Problemas de Guerra del
Departamento de Estado. En la primera se explicaba que IBM era dueña
de una compañía llamada Dehomag que instalaba equipo en Alemania.
Por cierto, gran parte de ese equipo había sido trasladado a otros
sitios durante los últimos días del Tercer Reich. IBM quería que
el Departamento de Estado ayudara a localizar cada una de las
máquinas. Desde enero de 1937 -se decía en la carta de IBM-
Dehomag ha dejado de proporcionarnos una información detallada de
las instalaciones en Alemania. En consecuencia no conocemos la
ubicación exacta de las máquinas. Acompañamos una lista de los
lugares donde, según sabíamos en una oportunidad, estaban
localizadas las máquinas´. En una doble columna se enumeraba 88
ciudades alemanas donde se habían instalado máquinas Hollerith. Se
hacía referencia al desconocimiento de las direcciones a partir de
1937, a pesar de que IBM había contribuido a preparar la Guía
civil, que incluía direcciones actualizadas hasta 1944 de
numerosas instalaciones importantes de maquinaria Hollerith. La
segunda carta de la compañía a la División de Problemas de Guerra
incluía las direcciones de dos propiedades residenciales
administradas por el abogado impositivo de IBM. IBM quería el dinero
de los alquileres. `sin dudas, él ha acumulado una suma importante
de dinero de los alquileres de los edificios´. Una tercera carta
sólo le recordaba al Departamento de Estado que podía obtenerse
una lista de la ubicación precisa del equipo trasladado con sólo
establecer comunicaciones con Dehomag."
Lectura apasionante para comprender cómo el régimen
nazi controló a la población de Alemania y el uso de la tecnología
en la guerra ahora que el totalitarismo utiliza la tecnología
digital para los mismos fines de control y librar una guerra en
Internet alterando procesos electorales y difundiendo propaganda para
desestabilizar a las democracias. También el hecho irrefutable de
que IBM fue vital para la política de superioridad racial,
identificar y por último exterminar a judíos, gitanos y cualquiera
que fuera catalogado de enemigo del Estado y la raza, continuando
siendo útil para los aliados tras la victoria. También un ejemplo de
capitalismo puro y duro y de dependencia de una tecnología que pocas
veces se aborda en documentales salvo imágenes fugaces de las
tarjetas perforadas. Un libro apasionante, inquietante y en ocasiones
sobrecogedor, perfecto para lectura de verano, mesilla de noche o
convalecencias hospitalarias y cuidado de la suegra que igual se
emparanoia y se dedica a romper cualquier tarjeta ya sea de visita o
comercial, cuidadín.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
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