Este fin de semana se
oteaba desde el acantilado una verbena de barrio, de esas que no son
de grandes orquestas, atracciones del copón y asistencia
multitudinaria. Son unas fiestas de barrio periférico del centro de
la ciudad, donde un puñado de vecinos se afanan porque sea una
verbena digna de tal nombre. No le falta una noria que ilumina la
noche en combinaciones coloristas de neón, hay un tiovivo y un
escenario para orquesta cuyo sonido llega al acantilado cuando el
viento arrastra el mismo desde la verbena, otras veces el sonido se
atenúa cuando el viento sopla para otro lado y en ocasiones viene el
sonido a ráfagas de viento de dirección cambiante...
La verbena se otea todos
los años desde el acantilado y es una sensación que por algún
extraño arcano me reconforta, de que las cosas siguen en su sitio,
de que aún queda gente que se preocupa de esas cosas insignificantes
hasta que captamos su significado; algo así me ha ocurrido este año,
posiblemente buscando un refugio familiar y reconfortante ante la
mierda que nos envuelve como una atmósfera que se extiende por todo
el planeta, por todas partes y en todo...
Supongo que mañana,
cuando ya es lunes tras otro fin de semana, todo el aparataje y
montaje de la verbena desaparecerá de nuevo como cada año por estas
fechas mientras sigue la mierda, adquiriendo un aire macabro de
ausencia, de perdida aún sabiendo que el año que viene por estas
fechas se oteará la verbena desde el acantilado y sentiré
reconfortante sus sonidos, la noria y el tiovivo que solapen por un
fin de semana los sonidos del populismo y la demagogia que nos llevan
a un inevitable enfrentamiento que ya está teniendo lugar...
Supongo que cuando se
suspendan las verbenas nos daremos cuenta tarde.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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