The Adversiter Chronicle

miércoles, 5 de junio de 2024

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí Kate

CUANDO CAMINANDO TROPEZAMOS CON INFANCIA JUGANDO CON UNA PELOTA

Llega el verano y el fin del curso escolar, aunque esta compostura del postureo también es necesaria en época de clases y mal tiempo aunque merece capítulo aparte ya que los fenómenos meteorológicos influyen a la hora de adoptar una compostura del postureo. Me ceñiré a la típica tarde de buen tiempo veraniego donde caminando de pronto estamos ante un patio de colegio improvisado con tierna infancia jugando con una pelota. Antaño eran los niños quienes jugaban a darle patadas a una pelota en medio de una acera amplia, una pequeña plazoleta o esa infancia peloteando mientras sus mayores disfrutan de un local hostelero, ahora las niñas también dan patadas a un balón. Vamos caminando tranquilamente cuando pasa un balón cerca nuestro y nos percatamos de que están jugando una pachanga un grupo de niños y niñas. La primera compostura del postureo que nos viene a las neuronas es la indignación de que osen ponerse a dar patadas a una pelota sin considerar a los viandantes, paseantes o simplemente caminantes a ninguna parte. Hay que tener cuidado con ponerse hecho una furia porque o bien los niños y niñas se quedan quietos y se asustan comenzando a soltar berridos y llantos que llama la atención de sus mayores y nos miran furibundos en el mejor de los casos o salir por piernas del improvisado campo de juego de patio de colegio. Los hombres de mediana edad o jóvenes ya talluditos con pedete lúcido pueden tener la ocurrencia de adoptar una compostura del postureo de coger la pelota parándola con el pie y demostrarles que quien tuvo retuvo para darles una lección de manejo de la pelota. Esta compostura del postureo puede propiciar que hagamos el mayor de los ridículos pegando al aire y cayendo de culo, torcer el tobillo por hacer el ganso regateando y en alguna ocasión dar una patada que mande la pelota a la acera de enfrente o golpea un coche para susto de la conductora o conductor, y de nuevo salir por piernas es la mejor compostura del postureo llegados a tales extremos. Quiero finalizar con la compostura del postureo cuando recibimos un pelotazo. Si es en zona genital y con el factor sorpresa, puede quedar el escroto a la altura del ombligo con dolorida bajada a su sitio mientras la infancia, pasado el segundo de pasmo, comienze a reirse contagiando a clientes de terrazas y fisgones de ventanas para ver lo que ocurre en el vecindario. Hacer la esfinge quedando quietos y tiesos puede ser una compostura del postureo que evite el choteo de infancia, usuarios de terrazas de hostelería y viejas del visillo, pero el dolor puede ser tal que seamos incapaces de mover las piernas mientras el escroto vuelve a su sitio entre sufrido dolor en silencio. La compostura del postureo con malas formas, acordarse de los progenitores de las criaturas y dar una patada o lanzar con la mano la pelota a tomar por el culo nos obligará a salir por piernas o rendir cuentas a la policía local cuando se persona en el lugar de los hechos. Ante la visión de infancia jugando a la pelota en un espacio público la mejor compostura del postureo es buscar rutas alternativas o que uno de los porteros coja el balón sin menoscabo de que durante los lances del juego haya momentos de parón del mismo que aprovechemos para pasar raudos antes de que se reanude el mismo. En resumen, el espacio público deja de serlo cuando una horda de niñas y niños deciden jugar una pachanga, la violencia no es una opción y sí adoptar una compostura del postureo apropiada a las circunstancias del momento.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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