Una sección del
padre I. N. Mundicia en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Duración de las
homilías y medidas anti ronquidos consiguientes
Queridos
feligreses, plural que incluye a las feligresas, como ya sabréis
aunque sólo sabéis lo que os interesa, el Papa Francisco en su
sabiduría infalible ha pedido que las homilías no duren más de
ocho minutos a fin de prevenir que los asistentes a la misa se
queden dormidos. Es un problema que esta parroquia lleva sufriendo
años, tantos como desde mi llegada a la misma, y sufriendo en
silencio como a partir de la cuarta fila de bancos el escuchar
ronquidos, resoplidos y hasta ruidos de ventosidades es algo habitual
en cada misa. Por tanto he decidido tomar medidas acordes a los
designios de Francisco. Se implementarán desde ya y entran en vigor
en la próxima misa que se celebre. Respecto a la duración de las
homilías será el monaguillo el encargado de cronometrar las mismas
y me advertirá de forma sutil si me excedo en los ocho minutos de
rigor papal. A su vez, el párroco auxiliar, padre Genaro, será el
encargado de gestionar el sistema anti ronquidos que ha tenido a bien
diseñar para la parroquia el Aurelio, aficionado a los trenes
eléctricos y que se ha puesto gentilmente al servicio de la
parroquia con un sistema de su invención, que ahora jubilado de
sexador de pollos se ve que le ha dado por jugar con trenecitos...
Notaréis
a partir de la cuarta fila de bancos que se han instalado unos
sensores estratégicamente situados de forma que al sentaros os
queden las nalgas a ambos lados del dispositivo, a la altura del culo
para hablar claro, de la mitad del culo más exactamente. Pues bien,
cuando el padre Genaro, que fue vigilante de pasillo durante su etapa
de seminarista y sabe de estas cosas, detecte que un feligrés o una
feligresa se quedan dormidos, el padre Genaro pulsará un botón que
producirá una descarga eléctrica en las nalgas del feligrés o
feligresa que hará que despierten ipso facto. Aurelio me asegura
que, debido a zarandajas de reflejos condicionados, tras una sesión
de tres a cuatro descargas eléctricas el feligrés o feligresa
evitarán quedarse traspuestos e incluso aguantarán las ganas de
expulsar ventosidades. He de advertiros que poner aislantes bajo la
ropa interior no evitará las descargas porque el sistema permite al
padre Genaro mantener el pulsador de tal forma que la corriente acaba
por calcinar ropa, ropa interior e incluso aislantes llegando a
chamuscar la epidermis del culo. Un sistema sencillo pero sumamente
efectivo inspirado, por Gracia Divina diría yo, en los pastores
eléctricos que el Aurelio ha logrado convertir en eficaz sistema
para acatar el mandato de Francisco. El padre Genaro, entusiasmado
con la idea y a la espera de probar su eficacia en misa, ha sugerido
enviar un informe al Vaticano para que Francisco valore su
implantación en todos los templos de la Cristiandad, lo cual sería
motivo de orgullo para la parroquia.
Quiero
terminar advirtiendo que la presentación de informes médicos que
justifiquen que un feligrés o feligresa pueden quedarse dormidos o
pearse no tendrán validez. Tampoco quiero excusas de que no se puede
uno sentar por almorranas o similares, quienes quieran estar de pie
se colocarán al fondo con cuidado de no arrimarse a las paredes,
derribar figuras o valerse de taca-taca, que sois capaces de dormiros
de pie como los caballos. Si hay algún feligrés o feligresa que
sufra de incontinencia en las ventosidades, se colocará también al
fondo y cerca de la puerta de forma que los efluvios intestinales
salgan al exterior, hay a la venta en la tienda parroquial unos
prácticos ventiladores de bolsillo a pilas, de las pequeñas, que es
ideal para una vez soltada la flatulencia ésta sea empujada al
exterior del templo. Así que estáis avisados de las nuevas normas
acordes a lo estipulado por Francisco. Ir en paz y dejar el ir de
francachela nocturna para estar por la mañana despiertos y bien
atentos a la misa. No quiero acabar sin una advertencia que me ha
hecho el Aurelio, que nada de sentarse a partir de la cuarta fila de
bancos feligreses o feligresas con marcapasos, infancia hasta los
cinco años y feligreses y feligresas en edad avanzada propensos a
crisis cardiacas por electrocución. Ir en paz y venir despiertos y
despiertas, que a nadie le gusta que le achicharren las posaderas.
AMEN
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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