The Adversiter Chronicle

lunes, 24 de junio de 2024

"El sermón de la pradera", por el padre I. N. Mundicia

Una sección del padre I. N. Mundicia en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Duración de las homilías y medidas anti ronquidos consiguientes

Queridos feligreses, plural que incluye a las feligresas, como ya sabréis aunque sólo sabéis lo que os interesa, el Papa Francisco en su sabiduría infalible ha pedido que las homilías no duren más de ocho minutos a fin de prevenir que los asistentes a la misa se queden dormidos. Es un problema que esta parroquia lleva sufriendo años, tantos como desde mi llegada a la misma, y sufriendo en silencio como a partir de la cuarta fila de bancos el escuchar ronquidos, resoplidos y hasta ruidos de ventosidades es algo habitual en cada misa. Por tanto he decidido tomar medidas acordes a los designios de Francisco. Se implementarán desde ya y entran en vigor en la próxima misa que se celebre. Respecto a la duración de las homilías será el monaguillo el encargado de cronometrar las mismas y me advertirá de forma sutil si me excedo en los ocho minutos de rigor papal. A su vez, el párroco auxiliar, padre Genaro, será el encargado de gestionar el sistema anti ronquidos que ha tenido a bien diseñar para la parroquia el Aurelio, aficionado a los trenes eléctricos y que se ha puesto gentilmente al servicio de la parroquia con un sistema de su invención, que ahora jubilado de sexador de pollos se ve que le ha dado por jugar con trenecitos...

Notaréis a partir de la cuarta fila de bancos que se han instalado unos sensores estratégicamente situados de forma que al sentaros os queden las nalgas a ambos lados del dispositivo, a la altura del culo para hablar claro, de la mitad del culo más exactamente. Pues bien, cuando el padre Genaro, que fue vigilante de pasillo durante su etapa de seminarista y sabe de estas cosas, detecte que un feligrés o una feligresa se quedan dormidos, el padre Genaro pulsará un botón que producirá una descarga eléctrica en las nalgas del feligrés o feligresa que hará que despierten ipso facto. Aurelio me asegura que, debido a zarandajas de reflejos condicionados, tras una sesión de tres a cuatro descargas eléctricas el feligrés o feligresa evitarán quedarse traspuestos e incluso aguantarán las ganas de expulsar ventosidades. He de advertiros que poner aislantes bajo la ropa interior no evitará las descargas porque el sistema permite al padre Genaro mantener el pulsador de tal forma que la corriente acaba por calcinar ropa, ropa interior e incluso aislantes llegando a chamuscar la epidermis del culo. Un sistema sencillo pero sumamente efectivo inspirado, por Gracia Divina diría yo, en los pastores eléctricos que el Aurelio ha logrado convertir en eficaz sistema para acatar el mandato de Francisco. El padre Genaro, entusiasmado con la idea y a la espera de probar su eficacia en misa, ha sugerido enviar un informe al Vaticano para que Francisco valore su implantación en todos los templos de la Cristiandad, lo cual sería motivo de orgullo para la parroquia.

Quiero terminar advirtiendo que la presentación de informes médicos que justifiquen que un feligrés o feligresa pueden quedarse dormidos o pearse no tendrán validez. Tampoco quiero excusas de que no se puede uno sentar por almorranas o similares, quienes quieran estar de pie se colocarán al fondo con cuidado de no arrimarse a las paredes, derribar figuras o valerse de taca-taca, que sois capaces de dormiros de pie como los caballos. Si hay algún feligrés o feligresa que sufra de incontinencia en las ventosidades, se colocará también al fondo y cerca de la puerta de forma que los efluvios intestinales salgan al exterior, hay a la venta en la tienda parroquial unos prácticos ventiladores de bolsillo a pilas, de las pequeñas, que es ideal para una vez soltada la flatulencia ésta sea empujada al exterior del templo. Así que estáis avisados de las nuevas normas acordes a lo estipulado por Francisco. Ir en paz y dejar el ir de francachela nocturna para estar por la mañana despiertos y bien atentos a la misa. No quiero acabar sin una advertencia que me ha hecho el Aurelio, que nada de sentarse a partir de la cuarta fila de bancos feligreses o feligresas con marcapasos, infancia hasta los cinco años y feligreses y feligresas en edad avanzada propensos a crisis cardiacas por electrocución. Ir en paz y venir despiertos y despiertas, que a nadie le gusta que le achicharren las posaderas.
AMEN

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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