Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor:
Eduardo Pons Prades
Editorial:
La Esfera de los Libros, S.
L.
Edición:
2003
En las crónicas y documentales de la II Guerra Mundial
siempre se olvidan, cuando se acuerdan es casi de manera anecdótica,
de los españoles que combatieron en la misma y en ambos bandos. En
el caso de la División Azul el régimen dictatorial de Franco
necesitó relegarles al término de la contienda y lavar su pasado de
apoyo al nazismo y el fascismo italiano. En el caso de los
republicanos que salieron por Francia al término de la Guerra Civil
Española y quienes se refugiaron en la URSS no interesaba a los
victoriosos aliados enemistarse con el dictador español porque en la
Guerra Fría que ya se palpaba interesaba más una dictadura que una
posible república afín a la URSS. La propuesta de hoy es un
magnífico libro acerca de la participación de republicanos
españoles encuadrados en las fuerzas aliadas. Tratados como
apestados perdedores por las autoridades francesas en 1939, su
veteranía en combate, disciplina y arrojo les convertirán en
paladines de la derrota del fascismo en Europa, serán los primeros
en entrar en París y que anhelaban la victoria para acudir raudos a
combatir la dictadura franquista. Lejos de ser un ejemplo de la
ideología como arma, el autor nos ofrece una crónica digna de la
mejor tradición literaria donde relata con testimonios y
documentación las vicisitudes, los campos de batalla y los relatos
en primera persona de los protagonistas donde luchaban juntos
republicanos, socialistas, comunistas, libertarios y anarquistas que
aparcaron sus diferencias para proseguir la que fue la primera
batalla de la II Guerra Mundial, en España, de 1936 a 1939 cuando de
una rebelión militar se pasó a guerra civil con apoyo para los
sublevados de Italia y Alemania así como de la URSS a la República
abandonada a su suerte por las democracias europeas...
Eduardo Pons Prades (Barcelona, 1920-2007), en 1937,
después de colaborar en el Consejo Económico de la Madera
Socializada (CNT), se alistó en el Ejército Republicano y combatió
en Madrid, en el Segre y en el Ebro. Fue herido en Barcelona en 1938
y pasó a Francia al año siguiente, para sumarse a su ejército. En
1942 se integró en la Resistencia y estuvo al mando de un
destacamento volante de guerrilleros franceses y españoles en los
enfrentamientos por la liberación del Aude contra las tropas
alemanas. También realizó dos viajes clandestinos a España
(octubre de 1944 y diciembre de 1945). Fue detenido el 5 de enero de
1946 pero logró fugarse tres semanas después. Tras su etapa en
Francia (1948-1964) regresó a España. Miembro fundador de la
editorial Alfaguara, además de colaborador en distintas
publicaciones periódicas y ha participado como guionista en la
realización de varios cortometrajes españoles y franceses así como
autor de varios libros.
Datos sacados de la contraportada y en Internet podéis
encontrar más información sobre el autor y su obra, y sin más unas
breves reseñas que os atraigan a su apasionante lectura:
Pasar a Francia tras la derrota en palabras de Emilio Álvarez Canossa...
"Pasé
la frontera el 11 de febrero de 1939 (todos los puestos fronterizos
estaban ya ocupados por el enemigo) por Coustuges, en la zona de
Vallespir, al mando del Batallón Divisionario de la 46ª división
(ex-`El Campesino´). Todavía conservo los estadillos de todo el
personal que pasamos la frontera, así como el del armamento que
depositamos al entrar en territorio francés, que pongo a tu
disposición. Nos encerraron en un cercado de un pueblo más
importante: Saint-Laurent-de- Cerdans. Luego fuimos enviados al campo
de concentración -de `selección´ lo llamaban- de Septfonds. A
principios de julio de 1939 me condujeron esposado al Castillo de
Collioure, donde después de las consabidas palizas me entregaron al
siniestro Antoine, un ex- legionario de origen húngaro. En efecto,
tuve el `privilegio´ de pertenecer a la Sección Especial, en la que
estábamos, al decir de los franceses. Los elementos más peligrosos
del Ejército Republicano español. Nunca supe con qué criterios
establecieron las cribas y la selección... Después de varios meses
de encarcelamiento, con un régimen penitenciario de auténtico
presidio, fui enviado al campo de Bram, cerca de Carcasona, que tú
conoces bien, donde trabajé en la Panificadora. Desde allí fuí a
parar a las minas de oro de Salsigne, en la Montaña Negra del Aude.
La `continuación´ ya la conoces: en uno de mis viajes, en nuestro
afán de reorganizar a las gentes, fui denunciado a la policía
francesa y detenido en la estación de Saint-Charles de Marsella.
Tras los interrogatorios de rigor, en Marsella y en Montpellier, fui
enviado al campo disciplinario de Vernet d´Ariége. De allí me
evadí junto con otros dos compatriotas a las pocas semanas, yendo a
trabajar a la cuenca minera de Provenza. Denunciado de nuevo, me vi
obligado a marcharme a la región de Burdeos -en zona ocupada- y a
principios de 1943 pasé a militar en la Resistencia de la Dordogne,
en cuyas tierras actué, con las armas en la mano, hasta la
Liberación."
Gestapo...
"En
los albores de 1943, para la Gestapo y sus sicarios franceses está
resultando de una insolencia inaudita que los hombres de Ponzán
sigan actuando a sus anchas. Y como el dinero corre a espuertas no
les es difícil encontrar un traidor. Roger Neveu, llamado `El
Legionario´, recién incorporado al `Réseau´, delataría a los
`clientes´ del Hotel de París, y a los dueños del establecimiento
en primer lugar. El 20 de febrero, a las seis de la mañana, los
coches de las policías francesa y alemana acordonaron la manzana con
sus agentes uniformados y descargaron el lote de inspectores
encargados de ocupar y vaciar el hotel. El registro no dio ningún
resultado, pero detuvieron a los esposos Mongelard y a varias
personas sospechosas denunciadas por Èl Legionario´, que asitió a
la operación. Monsieur Mongelard pasaría por varios campos de
exterminio alemanes: Sarrebruck, Buchenwald, Dora-Dora, Helrich,
Hartzungen y Nordhausen, siendo ejecutado en éste último, junto con
otros 2.000 deportados, el 6 de marzo de 1945. Era el comienzo de `la
gran liquidación final´ que los nazis decretaron ante el avance,
por tierras de Alemania, de los Ejércitos aliados. Otro punto de
apoyo fue descubierto por la policía gracias a `El Legionario´ el
del sastre judío Paul Ullmann, que no solamente confeccionaba
prendas para los fugitivos (labor en la que colaboraba toda la
familia Ullmann), sino que ofrecía a menudo su hogar como refugio y
a veces hasta acompañaba a los fugitivos por Tolouse. Cuando
se preparó la fuga de Ian Garrow fue él quien, en pocas horas, le
confeccionó un uniforme de oficial de la guardia móvil. Paul
Ullmann fue detenido y desapareció del mundo de los vivos, sin que
nadie supiese nunca dónde ni cómo había muerto. Su esposa se salvó
durante unos meses y tomó el relevo de su marido, con una abnegación
admirable, en la confección de prendas y `disfraces´ para los
resistentes. Fue detenida más tarde, deportada y gaseada en un campo
de exterminio alemán, como tantos cientos de miles de judíos."
Españoles republicanos en la Legión Extranjera...
"Los
alistamientos en la Legión Extranjera afectaron sobre todo a hombres
jóvenes, y no en pocos casos menores de veinte años. Algunos, como
los supervivientes de las quintas del `biberón´ (1941) y del
`chupete´(1942), recién cumplidos los dieciocho años. El
alistamiento de los jóvenes tuvo dos características claras: la
primera, su escasa formación política -por llamarlo de forma
inequívoca-, y, por tanto, el no poder comprender, porque no se les
alcanzaba, el significado que tenía resistir en los campos de
concentración de Francia, hasta que los franceses se decidieran a
otorgarnos las mínimas consideraciones a que cualquier ser humano
tiene derecho. Extremando el análisis, los jóvenes de 1939 podrían
replicar que `lo esencial era salvar el pellejo individual, para
reemprender el combate colectivo más tarde´. La otra razón de los
alistamientos era proseguir, en suma, un combate frustrado: el que
empezó con la batalla del Ebro. Si a muchos se nos hubiese dicho que
unos meses más tarde (mayo-junio de 1940) íbamos a conocer el
desastre que se produjo en las filas de los Ejércitos aliados, lo
que en cierto modo coronaría y `mejoraría´ nuestra derrota en la
batalla de Cataluña en el invierno de 1938-1939, probablemente más
de uno nos hubiéramos quedado donde estábamos, bien quietecitos.
Pero no eran esas nuestras previsiones. La inmensa mayoría teníamos
la certeza de qe, de alguna manera, íbamos a desquitarnos, frente a
los alemanes e italianos, de la ayuda que éstos habían aportado a
nuestros enemigos durante la Guerra Civil."
Pequeñas gotas de un voluminoso libro que se lee de un
tirón e imprescindible como crónica de las vicisitudes, batallas y
lucha en La Resistencia, en todos los teatros de operaciones de la
guerra en Europa pasando antes por los desiertos del norte de África
y como tropas de vanguardia encuadrados en las fuerzas aliadas. Ideal
para amantes de las hazañas bélicas, turistas de los frentes de
combate y para amantes de la Historia. También un homenaje a quienes
fueron olvidados tras la victoria y cuyas tumbas, anónimas muchas,
jalonan lo que fueron escenarios de combate. Quienes piensen que se
hace apología política pueden leer el libro tranquilos ya que se
trata de narrar, y no de adoctrinar, los hechos bélicos de
españoles, hombres y mujeres, que siguieron combatiendo el fascismo
tras ser derrotados en la Guerra Civil y que dieron ejemplo de coraje
y valentía con España siempre en el pensamiento...
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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