Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje por la ventana en Nochebuena
El
viajero abre la ventana bien provisto de cafelito y de cigarrillo, ya
se ha puesto pijama y bata sin faltar las zapatillas. Nota la cena
de hace apenas un par de horas, en compañía familiar y el recuerdo de las ausencias. Ya en casa, donde el árbol de navidad parpadea
centelleante, quiere viajar por la ventana, despedirse de la noche y
las ausencias para recordarlas vivas y no ausentes, nada mejor que un
reconfortante descafeinado calentito para un viaje nocturno...
El
viajero observa más tráfico en la habitual avenida vacía de tráfico salvo alguna ambulancia a paso rápido y luces encendidas,
algún coche de policía que a veces pasa despacio y otras a toda
velocidad, depende de la noche. El tráfico es constante salpicado
por la distancia entre los coches, que pasan raudos a sus hogares, se
nota en el ruido ambiental que la noche transmite, sonidos que
durante el día pasan desapercibidos ahogados por otros ruidos
diurnos. También se ven personas abrigadas con bolsas en la mano que
vuelven andando, no son numerosos y en grupos de tres o cuatro a paso
alegre para escapar del frío nocturno...
El
viajero mira al cielo, libre de nubes en esta fría noche de
Nochebuena pero con la contaminación lumínica de las luces urbanas.
Le vienen al recuerdo otras noches de Nochebuena donde los ahora
adultos eran infancia y las ausencias protectoras y amadas estaban
presentes. No es un recuerdo triste y sí agradecido, barrunta el
viajero para sus adentros mientras le pega un sorbo al café,
cerrando los ojos y por un segundo viviendo el recuerdo. Pero el
viajero no se detiene mucho en la nostalgia, es buena compañera en
instantes y más tiempo del debido lleva a la tristeza metafísica,
no sabe el viajero si lo de metafísica es acorde y apropiado pero
considera que le queda bien y da un poco de enjundia, pensamiento
volátil como el humo que sale por la ventana...
El
viajero sale de su abstracción viajera por la ventana la noche de Nochebuena y se deja de metafísica y demás zarandajas porque el
café no da más de sí, el cigarrillo ya está apagado y se ve que
el frío le han despertado las ganas de orinar, lo que le vendrá
bien dado el volumen de bebida consumida en la cena, no para ponerse
pedo, que puede que algo también, y sí para que tras la sesión de
aguantar biruje en la ventana grite la vejiga clamando clemencia y
misericordia para ir al baño. El viajero echa un último vistazo a
la noche y siente que, pese a todo, le sigue gustando la Nochebuena y
se dirige al...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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