The Adversiter Chronicle

viernes, 8 de diciembre de 2023

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje al supermercado una lluviosa mañana de diciembre

El viajero tiene que abrir el paraguas antes de pisar la acera bajo el soportal. Es una lluvia fina y constante, desde la ventana daba la impresión incluso de que no llueve, que cambia de intensidad por momentos y que moja, con humedad en el ambiente y menos frío que la jornada anterior aunque ya no está para andar sin abrigo. El viajero mira con suspicacia el paraguas al que la lluvia golpea sin piedad y sin pausa. Se lo dieron como obsequio, de buenas dimensiones pero cierta fragilidad a primera vista del viajero en varillas, que se mueven cuando deberían estar quietas y con peligro de que si pilla una ráfaga de viento saldrá deformado. No hay viento y el viajero se siente más confiado en la solidez del paraguas y emprende camino al supermercado...
El viajero disfruta del ambiente urbano, pocos viandantes y tráfico ralentizado por la climatología aunque sin atasco, fluidez de tráfico parecido a una ola de lava que avanza lentamente. Es jornada laboral entre festivo y se nota en cierta calma, cierta merma en el latido urbano, sin escolares ni bachilleres, sin la gente habitual en trajín diario. Se ven muchos carritos de la compra como el que lleva el viajero, fiel escudero en tareas de carga y transporte que se va mojando y parece mirar al viajero suplicando que le amparen bajo el paraguas de la incesante lluvia...
El viajero camina tranquilo y relajado, con esa alegría de que al día siguiente es festivo en lugar de jornada laboral para unos y rutina para otros. Al enfilar la calle del supermercado, extensa en longitud para el coche de san Fernando, aumenta el flujo de gente que va y viene de compras. No se ve gente joven y la mayoría son pensionistas, en edad de jubilación a la vista....
Pasa el viajero por delante de unos de sus abrevaderos cuando va a la compra, se ve gente por los cristales, la mayoría en las mesas y alguno en la barra, un local que invita a techarse de la lluvia y tomar un reconfortante cafelito. Pero el viajero decide no entrar, en contra de su costumbre de tomar el cafelito de la compra; lleva el carro y el paraguas mojados a conciencia y se imagina el charco que provocaría el carrito y, de todas formas, ya añora estar en casa a resguardo de las inclemencias del tiempo decidiendo que mejor acaba la compra y regresa raudo, ya se tomará el cafelito en casa o, mejor aún, ya de regreso en su abrevadero del barrio habitual...
El viajero observa que hay afluencia de compradores en el supermercado y tiene que cerrar el paraguas antes de entrar y siente en el cogote las gotas de lluvia, que ha bajado en intensidad pero constante sin prisa ni pausa. Aún se moja al cerrar el paraguas para dejarlo en el carrito, hay un paragüero a rebosar, puede apreciar con la vista por el interior mientras cierra el endeble paraguas de endebles varillas que tal vez no soporten una ráfaga de viento, y entra sin mirar al pedigüeño habitual en la entrada del supermercado; al menos es el mismo de las últimas compras , a veces hay un pedigüeño joven de piel morena. El pedigüeño es un hombre ya entrado en años, sin apariencia de pordiosero y que habla por el móvil con una mano mientras la otra sujeta un pequeño recipiente de plástico para dejar las monedas, es de plástico y se aprecian tres o cuatro monedas de color cobrizo con unas cuantas de color dorado...
El viajero entra y busca con la mirada si hay sitio para aparcar el carrito de la compra y va recto hacia...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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