Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
SELF CONTROL
(1984)
Hoy
quiero rendir homenaje a una canción que además de ser popular y un
mascarón de proa musical de los 80´s grabada a fuego en toda una
generación, sigue siendo objeto de culto y versionada hasta el día
de hoy. Es un tema con su pequeña historia, grabada originalmente
por el italiano Raffaele Riefoli, era su primer sencillo y alcanzó
el número uno en las listas de Italia y Suiza, en el orbe hispano
alcanzaría el sexto puesto en España. Pero la verdadera popularidad
y éxito rotundo imprescindible en la radio fórmula, en ventas y en
producción con su videoclip correspondiente se logró ese mismo año
de 1984 en la versión de la estadounidense Laura Branigan que la
versionó en su tercer LP y supuso todo un éxito internacional
eclipsando un poco la versión original de Raffaele Riefoli...
Laura
Branigan ya había gozado las mieles del éxito dos años antes, en
1982, versionando el tema Gloria de
Umberto Tozzi, que fue un éxito en 1979. Tenía pues experiencia
cantando versiones y era un rostro popular en televisión cuando pasa
a la historia con una versión redonda, como tienen que ser las
versiones adaptadas al intérprete de turno. Producción impecable a
todos los niveles que se ganó el favor del público. Es un tema
imprescindible en cualquier fonoteca de los 80´s que se precie de
ser tal y el sonido sigue vigente pese a que es inconfundible como
tecno pop de la primera mitad de la década. Laura Branigan sabe
modular para contar una historia donde te sientes identificado u
identificada y que forma parte de la banda sonora de toda una
generación. Que la canción es redonda lo demuestra la cantidad de
versiones, mezclas y misceláneas musicales de la que es objeto y que
sigue enganchando a nuevos oyentes.
El
videoclip es una gozada con hechuras cinematográficas, dinero en la
producción y las imágenes al servicio de la letra. Es un videoclip
clásico, anunciando un barroquismo decadente en la estética tecno
que llegaría en la segunda mitad de los 80´s, pero que visto hoy
con videoclips insustanciales resulta gratamente refrescante y hasta
sorpresivo, como la canción, si se visiona por primera vez. En
definitiva, una canción exponente de una década con una
interpretación sublime de Laura Branigan que siempre que se escucha
trae recuerdos y si la escuchas de nuevas te sigue sorprendiendo y
atrapando...
¡Y
que te guste la Laura Branigan no quiere decir que sea ñoño, que
conste!
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