Una sección del
padre I. N. Mundicia en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Campanadas de
Nochevieja en el reloj parroquial
Queridos
feligreses, se acerca la última noche del año y por primera vez en
décadas será el reloj parroquial en combinación con las campanas
del campanario el encargado de anunciar la llegada del nuevo año
entrante. Como bien sabéis, el reloj ha sido reparado con fondos
europeos y personal contratado del paro, una de las condiciones para
acceder a la ayuda económica de la Unión Europea. Yo entiendo que a
la hora de contratar al personal sea la cosa política quien decida
la misma sobre contrataciones sin que las autoridades parroquiales
tuviéramos arte y parte. Sé por el confesionario que los operarios
y las operarias no eran muy duchos en temas relojeros, no se puede
decir lo mismo de sus artes para la albañilería, sus dotes para la
brocha gorda y la colocación de pladur, pero de relojes ni puñetera
idea...
Tengo
conocimiento de que la fachada del reloj ha quedado como Dios manda y
las agujas y números lucen recién pintados, pero la caja de
mecanismo no se ha tocado, cosa imposible porque tras una inspección
ocular he detectado la masiva presencia de palomas y sus
correspondientes excrementos. Por desgracia, hay que hacer a ese
reloj marcar las horas en perfecta armonía y coordinación con el
campanario o perderemos la ayuda europea teniendo que devolver lo
gastado y el obispado se pondrá hecho una fiera, y con razón. Por
lo tanto, he decidido llevar a cabo unos pequeños arreglos para que
parezca que el reloj funciona a pleno rendimiento. El monaguillo, que
tiene las manos pequeñas y le caben por uno de los agujeros del
mecanismo que da a la esfera y acceso a las agujas, será el
encargado de mover el minutero y el segundero de forma desapercibida
para el ojo humano y las autoridades europeas. Ceferino el campanero,
que aunque sordo desde hace años y que no oye nada, conserva ya
jubilado su maestría a la hora de mover el badajo, me refiero al de
la campana y no a sus atributos de fama legendaria en la comarca.
Como no oye, pero no oye nada de nada, se le dejará un móvil con la
aplicación de cronómetro y así atina a sincronizar con el
monaguillo.
Por
supuesto que espero y deseo, con ordeno y mando de forma que sea
voluntario pero obligatorio, vuestra participación para celebrar con
jolgorio y algarabía las campanadas de año nuevo. Que no se
repitan gritos de peticiones para que Ceferino mueva el badajo
acabadas las campanadas, comportamientos obscenos e impúdicos no
tienen lugar en territorio parroquial como es el reloj de la
parroquia. Las uvas, vasos de plástico y bebidas espirituosas
acordes al espíritu navideño pueden adquirirse en la tienda
parroquial y será el párroco auxiliar, padre Genaro, el encargado
del control de accesos para evitar la entrada en la celebración de
productos no parroquiales y procediendo a su decomiso y reciclaje
para posterior venta en la tienda parroquial. Quiero terminar
contestando a ciertos interrogantes sobre las medidas papales para
bendecir parejas del mismo sexo. Esta parroquia será vanguardia en
acatar el mandato de Francisco y queda establecido que el día de
bendición será el día de Santa Marmota, donde se traen las
mascotas para ser bendecidas. La elección de tal día evitará
enfrentamientos morales y éticos a la vez que se cumple el mandato
de Francisco. Ir en paz y todo el mundo a celebrar la entrada del año
nuevo en el reloj parroquial y con productos de la tienda parroquial
y no provoquéis con chanzas al Ceferino y se ponga a menearla al aire
en plena celebración, que sordo está como una tapia pero sigue
igual de lascivo siendo jubilado como cuando era monaguillo.
AMEN
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