Una sección de
Palomino Gargajo Bilioso
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
El ánimo estadista
choca con el populismo como planteamiento
Como
no podía ser de otra manera, Felipe VI ha propuesto al candidato
ganador de las pasadas elecciones generales, el señor Núñez
Feijóo, para presentarse a la investidura. La cantinela de que hay
que dejar gobernar a quien gana las elecciones no es una norma, era
un pacto no escrito que no deja de ser cortesía diplomática, pero
es legítimo que lo intente el ganador de las elecciones y si no sale
adelante su investidura que lo intente el segundo candidato más
votado. Ante la actual situación de crisis mundial y de nuevo una
guerra en Europa que peligra de propagarse y con un régimen en Rusia
que financia y alienta revueltas sociales y políticas en la Unión
Europea, los dos partidos mayoritarios deberían entenderse por el
bien común. Soplan vientos de populismo y ese ánimo estadista no
existe actualmente en el PSOE. El intento del señor Feijóo es
loable y lo esperado, VOX, como en su día PODEMOS y ambos terminarán
igual porque son las dos caras de la misma moneda, ha entrado en el
juego del poder y hay que asimilar su presencia. Es una lástima que
el cordón sanitario aplicado a VOX no se hiciera con PODEMOS y
posteriormente hasta el día de hoy a los extremismos regionalistas
disfrazados de Arcadia independentista pese a pasados sanguinarios e
intentona contra la Constitución.Una
vez más la llave de la gobernabilidad la tiene el PNV pero Bildu le
come terreno electoral y peligra su hegemonía gobernante en la
comunidad autónoma del País Vasco. Resulta evidente que un sector
del PNV observa con temor el ascenso al poder y el intento de llevar
a la práctica una política social populista que esperan se financie
con impuestos a las empresas y los empresarios. El corredor atlántico
que comunique con el AVE la Cornisa Cantábrica con Francia y el
resto de Europa debería ser una prioridad del PNV antes que
demagógicas propuestas al albur del populismo independentista de
Bildu y sus socios catalanes en vivir de falacias políticas. Saben
ambos extremismos fanáticos, con algunos dispuestos a provocar
accidentes que les convierten en simples delincuentes, que su tiempo
se acaba. La situación no mejora y la guerra en Ucrania está lejos
de terminar o de alcanzar un alto el fuego y la Unión Europea está
desenmarañando la conexión rusa con las algaradas socio-políticas
en sus Estados miembros. Tampoco hay petróleo que financie las
aventuras de corte izquierdista como en las repúblicas hispanas y, por
ahora, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional pondrán en
su sitio las promesas que el señor Pedro Sánchez haga a las
peticiones inasumibles de sus apoyos en la pasada legislatura y que
SUMAR intenta mediante subterfugios legales enmascarar dentro del
marco constitucional. Todos los actores lo saben pero ninguno se
atreve a decírselo a sus votantes que verían lo inútil y negativo
de malgastar energías, tiempo y ansias de vida.
En el
momento de escribir estas líneas, los intentos de Núñez Feijóo de
hacer política de Estado parecen llamados al fracaso y que Felipe VI
propondrá al señor Pedro Sánchez para la investidura y que éste
contará con los votos a favor de los apoyos de la pasada legislatura
tras ceder a unas peticiones muy hermosas de cara a su electorado
pero totalmente irrealizables como ellos pretenden. Si se sigue ese
guion, más pronto que tarde el PNV se verá obligado a retirar su
apoyo como hizo en su día con el señor Rajoy para otorgarlo al
líder de la oposición. Lo ideal sería un amplio pacto de Estado y
el PSOE no está por la labor. Y falla un elemento fundamental para
la defensa de la democracia que es la prensa, el cuarto poder que
brilla por su ausencia salvo honrosas y pocas excepciones.
El PSOE,
sus dirigentes, han malinterpretado el apoyo para evitar a VOX y
tender los mínimos puentes de entendimiento con el PP. Sea cómo sea, es la última oportunidad en este reinado de Felipe VI para quienes
aspiran debilitar, enfrentar y tratar de destruir a España como
nación. Unas minorías que el señor Pedro Sánchez ha elevado a la
influencia en la gobernanza y que se volverán en su contra aunque
sólo el PSOE puede frenar lo que ya es un evidente culto a la
personalidad...
Así
de simple y así de complicado.
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Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
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