Andan las diputadas
ofendidas por diputados que les hacen, en su turno parlamentario en
la tribuna de oradores, comentarios machistas. Incluso ya suena un
nuevo vocablo, nombre y definición para tal agresión verbal:
violencia política...
No voy a discutirlo, hay
que cobrar sueldo y prebendas de diputada o diputado para permitirse
con la que está cayendo que se ofendan. Como ciudadano no sólo
recibo violencia política cuando representantes de los extremos
escupen, gritan y rebuznan argumentos que son un insulto a la
inteligencia. La violencia política la crean quienes se dedican a la
misma con violencia, al hablar, en los discursos, en las respuestas,
en las réplicas y en las declaraciones...
En este siglo de las luces
digitales, hay europeos que soportan y fallecen por temperaturas
gélidas el invierno porque un europeo ha decidido que retrocedamos a
la Guerra Fría y que manda sin dudar a la juventud rusa a morir o
matar...
La clase política sólo
se acuerda de la violencia política cuando les interesa, hay
colectivos que sufren esa violencia en sus carnes. El último caso es
una profesora que expulsa por tener una bandera en clase. La bandera
poco importa, siempre una bandera es molesta en algunas mentes, lo
que importa es que se reprime, se alienta desde jefaturas superiores
y se consiente sin rechistar pese a que la maestra no tolera que
toquen su bandera aunque sean ambas legítimas y de derecho...
Me declaro violentado
político, no porque disponga de suegra y su violencia con la sopa
boba, me declaro porque me siento violentado por la clase política y
sus castas, castizos y castigadores. Exijo disculpas públicas y
privadas, daños y perjuicios por engaño y estafa política...
¡Y que me anulen la
multas de aparcamiento en la zona azul!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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