Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor:
Carlos Dávila
Editorial:
La Esfera de los Libros S.
L.
Edición:
Primera edición, enero de
2004
Advierte el autor en el prólogo que la propuesta de hoy
es un libro de experiencias, de experiencia y de historias. Y es que
nos encontramos ante el testimonio de un periodista que nos permite
acceder a sus recuerdos, creando un ambiente de tertulia entre amigos
contando anécdotas de una época que abarca desde la agonía del
dictador Francisco Franco hasta el nacimiento de la telebasura y su
cohorte de personajes singulares, pillos y aspirantes a ser alguien
en la televisión. Si bien el autor no esconde ni oculta sus fobias,
logra con precisión de cirujano mostrar aspectos de las
personalidades de las personas a las que ha conocido como periodista
tanto en prensa escrita como en televisión...
Carlos
Dávila, periodista, dirigió y presentó entre septiembre de 1997 y
abril de 2004. Trabajó en ABC, primero en la sección de Deportes y
más tarde en las de Cultura y Ciencia. Fundó las Páginas Médicas
de este diario y, posteriormente, fue designado cronista político,
puesto desde el que vivió los más grandes acontecimientos de la
Transición. En 1983 ingresó en el Grupo 16 como corresponsal
político de Diario 16
y como columnista de Cambio
16. También ha sido
director de las revista médica profesional Consulta
Semanal y de los
gabinetes de Comunicación del Insalud y del Instituto Español de
Emigración. Desde 1984 ha participado en la radio como analista
político, primero en la tertulia La
espuela (Cadena COPE y
luego Cadena Ibérica) y más tarde en los programas matinales y
nocturnos de RNE. Comenzó su trayectoria en televisión como
contertulio habitual en los Desayunos
de TVE. Ha recibido
importantes premios, tanto en su faceta inicial de periodista
científico -Premio Nacional de Periodismo Científico y Premio
Albareda, entre ellos-, como por su dedicación informativa en la
radio y la televisión: Premio Antena de Oro, Premio de la Asociación
Española de Espectadores de Radio y Televisión, Premio de la
Agrupación de Espectadores y Oyentes, Premio Micrófono de Oro entre
otros. Autor de varios libros, ha sido profesor en los cursos de
verano de El Escorial y de la Universidad Menéndez Pelayo de
Santander.
Un currículum impresionante de un periodista de raza y
en Internet podéis encontrar más información, y sin más verborrea
unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:
Agonía de un dictador...
“Desde
que Franco sufrió el primer infarto, el día 15 de octubre, hasta la
difusión del primer parte médico pasaron seis interminables días,
seis días en los que se libró una enorme disputa en la casa oficial
del caudillo. La confrontación era entre los partidarios de informar
rápidamente a la opinión pública, entre ellos el mencionado médico
de cabecera, Vicente Pozuelo, y los que, fuertemente influidos por el
yerno, el marqués de Villaverde, éste por la esposa del denominado
Generalísimo, y ella por el Jefe de la Casa Civil, un funcionario
que hacía las compras a doña Carmen Polo de Franco (`ese tapiz me
gusta, Fernando´, `Qué bien me sienta esta joya, Fernando´), se
negaban, en frase de un ayudante militar, a `preocupar a la nación´).
Pero la nación, más que preocupada, estaba expectante. Franco no
ayudaba en nada a los clínicos: en cuanto éstos volvían la
espalda, su ayuda de cámara, su fiel Maximino, lo incorporaba de una
cama realmente alta, había que subirse a ella prácticamente de
un salto, y le ayudaba a ponerse el uniforme de general, como si aún
estuviera en la guerra.”
Adolfo Suárez legaliza el PCE...
“El
día 9 de abril de 1977 la Brigada Acorazada Brunete no tenía ni
munición, ni suministros. Así, como se cuenta. En el núcleo de
este secreto estratégico (sería demasiado rimbombante denominarlo
`militar´) estaban únicamente Suárez, el teniente general
Gutiérrez Mellado y, quizá, no es seguro, el ministro del Interior,
Rodolfo Martín Villa. Suárez, que había preparado con esmero, con
puntillosidad, la legalización de los comunistas, pensó en algún
momento que el Ejército podía reaccionar con alguna violencia a la
noticia de la legalización. Luego sucedió que, sencillamente, hizo
notar su protesta, pero Suárez no las tenía todas consigo. Así
que, días antes de aquel Sábado Santo, la Brigada Acorazada recibió
la orden de iniciar maniobras. Se fue al campo y en los ejercicios
agotó toda la munición. Es lo que Suárez esperaba. Ahora mismo, en
los comienzos aún del siglo XXI, el incidente puede calificarse
hasta de chusco, de hilarante, de ridículo también, pero así
sucedían las cosas en los primeros tiempos de la Transición o, por
lo menos, así las preparaban los artífices de la misma.”
Relevo en el Ministerio de Interior...
“Cuando
ganó el PSOE las elecciones de 1982 -Rosón y Barrionuevo amigos los
dos de los tiempos en que uno y otro pertenecían al oficial
Sindicato español Universitario, falangista según se recordará-,
Rosón entregó a su sucesor socialista la caja fuerte con diez
millones de pesetas en efectivo y cinco en diversa moneda extranjera,
y la cuenta del Banco de España en la que quedaban, a la sazón,
algo más de veinte millones. Rosón relató al nuevo ministro, en el
curso de las conversaciones que prolongaron el tránsito de un
Gobierno de la agonizante UCD al triunfante PSOE, que el que fue
delegado del Gobierno en el País Vasco, el general Sáenz de
Santamaría, había contado, además, con más de mil millones, pero
que esa cantidad nunca fue, ni tenía por qué serlo, justificada.
Sobre el general corrían, y corrieron después, rumores y leyendas
de sus disparatados afanes lúdicos pero nadie mostró interés por
conocer ni el fondo de la cuestión ni, desde luego, la financiación
de aquellas aficones, si es que realmente existieron. Rosón se llevó
muchos secretos a la tumba. Uno de ellos -nada tiene que ver con este
epígrafe de los fondos reservados- es, pasados los años, una verdad
contrastada. En las elecciones del 28 de octubre de 1982, UCD ni
siquiera obtuvo en Madrid el escaño que se le adjudicó a Landelino
Lavilla. El escaño le pertenecía a Luis Carlos Croissier, número
dieciocho en la lista del PSOE. Alfonso Guerra y Rosón negociaron el
arreglo; a Croissier se le prometieron posteriores compensaciones.
Las tuvo: fue ministro de Industria, primero, y presidente, primer
presidente, después, de la Comisión Nacional del Mercado de
Valores.”
Recuerdos de los inicios de la telebasura...
"Jesús
Mariñas siempre me ha parecido el periodista cardiaco más solvente
del país.
Guarda para eso dos condiciones: la primera, que posee información de primera mano porque periodista es, desde luego, y trabaja bastante más que muchos de sus colegas -¡qué decir de los intrusos e intrusas!- que pululan, entre insultos, inclemencias, berridos y mentiras, en la profesión; la segunda, porque nadie ha desmentido ninguna de sus más importantes exclusivas. Una vez, fui culpable de que lograra un éxito de primera importancia. Fue con ocasión del idilio, que ahora ya parecerá del Pleistoceno, entre marta Chávarri y uno de los millonarios `Albertos´: Alberto Cortina. Resultó que un amigo íntimo sorprendió a los amantes en actitud comprometida en un lugar en las afueras de Madrid, y que me comentó el suceso que entonces tenía más relieve financiero que erótico. Cortina, hijo del embajador y ex ministro Cortina Mauri -el hombre que murió sin contar por qué las noticias que tenía sobre el asesinato de Carrero Blanco no las transmitió a Madrid desde París-, estaba aún casado a la sazón con una d ellas riquísimas hermanas Koplowitz, por lo que una eventual separación, tras la consiguiente infidelidad, trastocaba la programación económica de una gran parte de la arquitectura bancaria española. El caso es que Mariñas comprobó detalladamente que la información de mi amigo era rigurosa, la transmitió en el programa 'Mitad y mitad' que, junto con Alejo García, hacía la Cadena Ibérica, y se organizó el definitivo revuelo nacional. En esa ocasión, supe que Mariñas trabajaba sobre seguro.”
Guarda para eso dos condiciones: la primera, que posee información de primera mano porque periodista es, desde luego, y trabaja bastante más que muchos de sus colegas -¡qué decir de los intrusos e intrusas!- que pululan, entre insultos, inclemencias, berridos y mentiras, en la profesión; la segunda, porque nadie ha desmentido ninguna de sus más importantes exclusivas. Una vez, fui culpable de que lograra un éxito de primera importancia. Fue con ocasión del idilio, que ahora ya parecerá del Pleistoceno, entre marta Chávarri y uno de los millonarios `Albertos´: Alberto Cortina. Resultó que un amigo íntimo sorprendió a los amantes en actitud comprometida en un lugar en las afueras de Madrid, y que me comentó el suceso que entonces tenía más relieve financiero que erótico. Cortina, hijo del embajador y ex ministro Cortina Mauri -el hombre que murió sin contar por qué las noticias que tenía sobre el asesinato de Carrero Blanco no las transmitió a Madrid desde París-, estaba aún casado a la sazón con una d ellas riquísimas hermanas Koplowitz, por lo que una eventual separación, tras la consiguiente infidelidad, trastocaba la programación económica de una gran parte de la arquitectura bancaria española. El caso es que Mariñas comprobó detalladamente que la información de mi amigo era rigurosa, la transmitió en el programa 'Mitad y mitad' que, junto con Alejo García, hacía la Cadena Ibérica, y se organizó el definitivo revuelo nacional. En esa ocasión, supe que Mariñas trabajaba sobre seguro.”
Aunque el libro abarca hasta el año 2004, su lectura
es, entre otras cosas, una recopilación de recuerdos del autor que
sabe transmitir con estilo ágil ambientillos de la época,
personalidades desconocidas de los protagonistas y la evolución de
un país y una sociedad que cambiaba con los tiempos, anécdotas que
arrancan una sonrisa pero que en su época tuvieron una importancia
fundamental. Lectura ideal para amantes de los entresijos del oficio
de periodista, convalecencias y momentos de lectura antes de dormir.
Se lee de un tirón y, salvo las generaciones digitales, el lector
encontrará que algunas premoniciones que surgían en la época son preocupante realidad casi dos décadas después de su
publicación...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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