The Adversiter Chronicle

jueves, 24 de junio de 2021

"Memorias de La Transición", de Antón Rendueles

Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Fin de curso

Era un estudiante mediocre, del montón, de esos que aprobaban en la horquilla entre el 5 y el 8, entre el suficiente y el notable según la nomenclatura de entonces, sin que se imaginara siquiera el concepto de progresa adecuadamente o los exámenes tipo test. Había que atinar con la respuesta y según el grado te puntuaban, pero cuando llegaba el fin de curso tan deseado por mí, todo aquello quedaba atrás, feliz en mi mundo.

Tras el frenesí de los exámenes finales y sin ninguna para recuperar, disfrutaba de cada instante y ese aire ausente que inundaba el colegio, con días muertos antes del gran día de salir y no volver hasta el próximo curso. Se abría un horizonte de jugar, cine, televisión y toda la liturgia de entretenimientos veraniegos. Además, mis padres me permitían exigir un regalo por pasar el curso y ansiaba llegar al escaparate de la juguetería y elegir algo que pudiera pedir. Mis padres, la mayoría de su generación en el entorno social, habían carecido de tales recompensas pero en aquellos años de Transición yo tenía, y me consta que no era el único caso, asimilado que era normal que te compraran algo por aprobar, salía en los tebeos como Zipi y Zape. Santa inocencia, supongo, pero era parte de la liturgia de fin de curso con las libretas llenas, los libros gastados por el uso y el resto de utensilios que se guardaban y me olvidaba de ellos...
Veo desde la ventana la salida de un colegio y por los gestos y movimientos del bullicio escolar supongo que la sensación sigue plenamente vigente en tiernas edades. Ahora hacen fiesta con los adultos merendando, música y alegría. Es una reconfortante sensación que, pese a las turbulencias de los cretinos políticos de turno, la infancia es feliz. No toda ni en todas partes, pero sí en esta esquina del planeta y eso significa que hay una sociedad que pese a todo sigue adelante pero a la vez no dejan que desaparezca la magia. Como cuando acabado el curso mi padre me llevaba al cine en sesión de noche y yo no era consciente que arañaba horas al descanso, o mi madre que siempre encontraba tiempo para atenderme y atender mis demandas, mi abuela con su trajín cotidiano y a la vez atendiendo a su pequeño nieto.
Es bonito recordar en días como hoy aunque ya sea en la atalaya final, pero qué mejor sitio que la altura para ver el camino andado y recorrido. Son tiempos turbulentos como eran aquellos y lo son siempre que se junta crisis con crisis pero ajenos los inocentes a las cuitas teñidas de lo que sea de turno como ha sido antes y tiene pinta de que será...
Antón Rendueles

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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