Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
Kiko Matamoros confiesa
que se mete `tiza´ y de paso a
Makoke verbalmente atiza
Que
delicioso espectáculo para yonkis finos de la telemierda con el
polígrafo que se marcó Kiko Matamoros en la edición especial
dominical de Sálvame,
hay que rellenar hueco hasta la llegada de las galas dominicales del
formato de telerrealidad de turno y se ve que programar cine no es
suficiente para mantener niveles de audiencia. La trama tiene todos
los ingredientes que hacen disfrutar de este tipo de pifostio,
rencillas y rencores entre quienes fueron matrimonio con reproches,
pugnas dialécticas en sus respectivos programas, hijo que se hace
paladín de su madre renegando de quien fue segundo padre y giros en
la trama inesperados y suculentos como es la confesión que hizo Kiko
Matamoros en vivo y en directo de que es un coloquetas de la cocaína
desde los quince años...
En
realidad la trama es de sobra conocida, Kiko Matamoros y la inefable
Makoke que
fueron pareja y matrimonio conviviendo con el hijo de
Makoke y la hija que tienen en común. Kiko Matamoros nos engañó
durante lustros vendiendo una idílica imagen de pareja y que Makoke
tenía las mejores piernas del mundo. El caso es que se separan y
rompen matrimonio dedicándose desde entonces ambos a tirarse dardos,
puyas y patadas verbales en sus respectivos programas donde tienen a
bien ser colaboradores. Se le suma Javier Tudela, hijo de la Makoke y
al que Kiko Matamoros aceptó como uno más de la familia y todos
juntitos en el hogar familiar y que ahora es objeto de deudas y
pifostios con Hacienda. Es cierto que el Javier Tudela es bastante
botarate, recordado por esconder un móvil en sus genitales en un
concurso negando hacer tal cosa, pero el muchacho si bien no es rival
para Kiko Matamoros en una batalla de argumentos verbales sí que
tiene el don de irritar a Kiko Matamoros como se pudo comprobar una
vez más en su última entrevista y careo con el que fuera pareja de
su madre...
Hay
que recordar que esta fauna lleva tirándose los trastos desde hace
tiempo y salpicando al padre de Javier Tudela que interviene de vez
en cuando para defender a su hijo y atizar al Kiko Matamoros, pero
éste aceptó sentarse al polígrafo y la cosa fue anunciada a bombo
y platillo. Kiko Matamoros incluso propuso alguna de las muchas
preguntas espoleado por la indignación al escuchar y leer
manifestaciones de Makoke y su querido hijo. Pero el polígrafo
comenzó con la confesión, reafirmar lo que ya se sabía en realidad,
de que lleva desde los quince años metiéndose tiza, todo adornado
con argumentos de coloquetas perpetuo como que a él no le afecta con
estragos a su persona, que controla su consumo y que controla el
botón de parar cuando así lo desea, aunque lo cierto es que sonaba
al típico adicto que se argumenta a sí mismo que la tiza la domina
él y no al contrario...
Lo
de menos es el pifostio con Makoke, dos personas adultas que no son
capaces de verse
cara a cara para solucionar las cosas y mirar por el
bien de la hija en común pero sí se escupen previo pago en
exclusivas o formatos televisivos; la gracia está en la confesión
de Kiko Matamoros porque supone exponerse a que cuando se altere,
cuando tenga encontronazos con profusión de enfado y palabrotas o
simplemente cuando grite, tarde o temprano le dirán que va
demasiado puesto. La cosa ya se sabía más o menos pero dado sus
achaques de salud es verdad que la inmensa mayoría pensamos que
habría bajado el ritmo y que el consumo de tiza era cosa del
pasado...
Sin
entrar en la apología del consumo en un programa de gran audiencia y
siendo personaje público, lo cierto es que tanto Jorge Javier como
el resto del elenco colaborativo son bastante hipócritas a la hora
de abordar el tema de su adicción centrándose en su guerra con la
Makoke, el Javier Tudela, la hermanastra, el padre y resto de actores
secundarios Bob. Hemos visto sufrir vía crucis televisivo a
coloquetas destacados como Kiko Rivera o Alonso Caparrós, éste
último hasta niveles estratosféricos de entonar el mea culpa y lo
mala que es la droga, pero hasta el Caparrós se muestra indulgente
cuando con otras y otros coloquetas que pasan por el plató se dedica
soltar turras de coloquetas arrepentido argumentando para que se deje
la mala vida...
Con
Kiko Matamoros se la cogen con papel de fumar, cosa que el saborea y
disfruta para
sus adentros, y no hay los típicos discursos exigiendo
arrepentimiento. Kiko Matamoros sabe que está cerca de la tumba y
nos da la sensación de que quiere morir matando porque el
polígrafo y la confesión de tizero eran en realidad excusa para
atizar a Makoke: si él se metía tiza a makoke no le enseñó nada
nuevo; sí el tenía zapatos de piel de animal, ella tiene un abrigo
de animal de los caros regalo entre comillas de Julio Iglesias tras
convivir y fornicar con el mismo; que si fue infiel, la Makoke lo fue
primero...
Recomendamos
encarecidamente seguir esta deliciosa trama de venganzas entre
quienes fueron pareja y sus descendencias, siendo la siguiente cita
el próximo sábado donde se espera respuesta de Makoke que si es
lista dirá que el Kiko Matamoros sólo es un colgado más y él
mismo se ha retratado pero si sigue su tónica habitual es posible
que la Makoke embarre y enmierde más el asunto como suele ser su
norma. Mientras llega el día, semana de bajada de pantalones de la
fauna de Sálvame ante la adicción de Kiko Matamoros que cuenta con
aliados y pupilos en las personas del Antonio David y el Rafa Mora,
aventajados discípulos que tratan de seguir las enseñanzas de Kiko
Matamoros adquiriendo sus vicios televisivos.
La
realidad es que Kiko Matamoros ya sabe que no tiene nada que perder y
el cacareado
anuncio de que intentaron asesinarle desde el entorno de
Makoke se queda en historias de un coloquetas con su camello y del
mundo de la noche... Kiko
Matamoros es perro viejo y veterano de los Tercios de Flandes que
sólo aspira a morir matando la imagen y reputación de Makoke con
carta blanca y sin reproches de Jorge Javier y compañía, así de
simple.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
No hay comentarios:
Publicar un comentario