De poco tiempo acá todos
quieren, al menos pretenden porque aún hay poder de elección por el
usuario, que me subscriba para casi todo, ese todo que forma parte de
la rutina y que das por hecho, que te mantiene anclado a la realidad
y forma parte de tu rutina...
Así, son malos tiempos
para la lírica de ojear el periódico por Internet ya que tienes un
número limitado de noticias que puedes leer en abierto y cuando lo
pasas sólo puedes ver titulares porque hay que tener una
subscripción. El gobierno de gobiernos debería tomar medidas en esta
época de pandemia donde ya no se puede ir al garito habitual a leer,
ojear, la prensa. Tampoco a los telecentros porque si consigues
terminal te encuentras la barrera de la subscripción de marras...
Luego está el banco, que
me avisa de que a partir de tal fecha pasan a cobrar comisión por
casi todo, sin ventanilla presencial casi nunca y siempre dispuestos
a meterte algún producto financiero que te empufa un poco más, sin
llegar a la asfixia pero sí encadenado a la mansedumbre como
usuario. No importa que pretendas escapar a otra entidad porque
parecen ponerse de acuerdo para el tema de las comisiones al usuario.
Reconozco que poder gestionar desde un ordenador lo que antes llevaba
tiempo acudiendo a una sucursal es un avance pero también para los
bancos que pueden ahorrarse la ventanilla presencial para pensar
formas y maneras de atarte un poco más a la entidad con, eso sí, atención personalizada...
Es mala cosa que la
ciudadanía no tenga acceso a la información diaria y haya que pagar
por ello en su totalidad y es mala cosa que sea un banco quien dicte
los gastos al usuario, lejanos ya los tiempos en que se deshacían en
tentadoras ofertas para que abrieras una cuenta, sólo un recuerdo
cuando aún había poder sobre los dineros propios y que ahora en
este nuevo siglo que comenzó en marzo del pasado año obliga a que
sea un banco y tener cuenta en el mismo, requisito imprescindible
para afrontar ingresos, gastos, recibos y seguros...
Bancos y prensa escrita
explican con lujo de detalles que pagar subscripción es una fuente de
ventajas, un vergel de comodidades y el paraíso de la atención
personalizada cuando en realidad abren otra brecha más en una
sociedad ya estratificada hasta los límites por la crisis de crisis
sucesivas que llevamos sufriendo la masa usuaria...
Al final llegaremos a la
pérdida del dinero en soporte físico porque se irá todo en
subscripciones de variados tipos y pelajes, tendremos garantizados
todos los servicios, lujos y comodidades que antaño conllevaban
llevar dinero para atender los asuntos, sencillamente los asuntos
serán cobrados puntualmente y podremos consumir empufándonos,
trabajar sin desmayo libres de preocupaciones de gastos y disfrutar
del tiempo libre hasta que el tiempo libre sea también tiempo de subscripción...
Prefiero no pensar qué
ocurrirá con quienes no podamos hacer una subscripción.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
No hay comentarios:
Publicar un comentario