Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
SOLo
(O cómo ser Gianmarco Onestini sin parecer Rodolfo Langostini)
(O cómo ser Gianmarco Onestini sin parecer Rodolfo Langostini)
Sigue adelante este híbrido de telerrealidad, donde hay que pagar para poder fisgar, con la salida de un Maestro Joao que ha cumplido con creces lo que se esperaba de él, que no es otra cosa que su predisposición para apuntarse a un bombardeo, hacer cuchufletas o actividades. Joao ha sido un profesional que si bien es cierto que satura no es óbice para reconocer sus méritos durante las dos semanas que pasó en el contenedor-apartamento. El relevo es un personaje venido de Italia que alcanzó el famoseo gracias a su rollo con la dulce Adara, un tipo agradable a la vista pero que satura como diez platos seguidos de pasta y que extraña verle en un programa de encierro cuando se supone que iba a estudiar en Italia...
La sorpresa con el Maestro Joao vino de su pulcritud y orden, sobre todo comparado concomo lo tuvieron Anabel Pantoja primero y la Sofía Suescun después. Encimeras brillantes, suelo impecable, cojines en perfecta formación, cocina impoluta, horarios rutinarios y armario en perfecto estado de revista; sorpresa porque Joao nos ha mostrado a una persona maniática del órden de las cosas, incluso a la hora de comer y entre bocado y bocado, ordena el plato a golpes certeros y precisos de cuchara o tenedor. Pero pese a ser un maniático del orden, su paso ha sido irrepochable sin caer en el desánimo y gimoteos con abundancia de lloros. Entró, soportó el encierro y siempre tenía una palabra a la cámara y donde ser maniático le ha ayudado en su singladura en solitario...
Impecable y ganador del premio, si lo hubiera.
Y tenemos para fisgar el encierro de Gianmarco Onestini, otro famosillo de tercera fila pero que poco a priori puede ofrecer. Pasadas menos de veinticuatro horas desde su entrada en el contenedor-apartamento, basa su estrategia en hablar constantemente a la cámara, otra cosa que el Joao hizo a la perfección y sabiendo cuando imponer silencios. Otro detalle a destacar del italiano es que en una hora ya tenía las estancias como auténticas cochiqueras de adolescente en campamento vacacional: migas, restos de comida, ropa y calzado tirados por los suelos y un armario más digno de ser llamado bazar desordenado que armario donde se ordena la ropa...
No se puede negar que tiene su público pero de determinada franja de edad ya que, para audiencia veterana, resulta un tipo con grotesco bigotito, chulapo de camisa desabrochada mostrando pectoral y un aire a Rodolfo Langostino, el del legandario anuncio de Langostinos Pescanova. A Gianamarco le gusta gustar, pero no estamos seguros de que tenga la fortaleza mental necesaria para estar solo, hablar continuamente a la cámara sin pausa ni descanso le puede llevar a un agotamiento mental y cierto estrés que posiblemente acabe en lloros. Ha entrado de sobrao, de saber dónde se mete y cómo tiene que hacerlo aunque lo primero que debería hacer es poner algo de orden y pulcritud en su hábitat. Será difícil batir al Maestro Joao, lo hará mejor que la Anabel Pantoja y puede que se parezca un poco a Sofía Suescun...
Pero juraríamos que el mozo afirmó que se volvía a Italia a estudiar.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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