Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
Duelo crepuscular de egos entre Jorge Javier y Mª Teresa Campos donde pierden ambos
Todo indica que estamos ante el fin de un ciclo de la histeria televisiva con una decadencia evidente en la galaxia de Sálvame y sus programas satélites orbitando, cada vez más, en propiciar enfrentamientos entre el elenco colaborador de periodistas y analistas diversos. En uno de los duelos más mierdosos que se recuerdan, la cosa ha llegado al paroxismo con dos protagonistas indiscutibles de la televisión contemporánea como son el presentador Jorge Javier y la ya venerable periodista Mª Teresa Campos. Un descenso a los infiernos de la telemierda con broncas, reproches, insultos, horas de debate televisivo en los distintos contenedores y duelos al sol cada semana con las inefables hermanas Campos, la madre, el presentador, antiguos subordinados de la periodista en sus programas, la nieta y hasta el Caparrós metiendo baza, caña, mofa y befa para deleite de yonkosos de la telemierda...Eclipsado por los acontecimientos, por fortuna para él, la cosa comenzó en realidad por
culpa del Antonio David que para salvar el culo de la que le estaba cayendo por sus hazañas extramatrimoniales en váter de discoteca y aledaños, lanzó un misil a las Campos sobre un hermano que tienen y del que nadie sabíamos nada. La cosa degeneraba por los cauces normales en estos embrollos cuando hace quince días la Mª Teresa Campos se planta en el plató de Sálvame Delux imponiendo condiciones desde el inicio ante un Jorge Javier que en apariencia se lo tomaba a cuchufleta y aguantaba el progresivo chaparrón de exigencias, reproches, indirectas e insultos que le soltaba la periodista venida a personaje televisivo. Y es que hay que hablar un poco de ambos para intentar entender este delicioso sainete en tiempo real donde todas y todos tienen algo que decir. La decadencia de Jorge Javier como presentador inicia hace dos temporadas televisivas y agudizado desde que es actor de teatro. El presentador fue dejando a cada presentación el título de tal para ir degenerando a un tipo que, como presentador, se le nota que no le gusta lo que presenta y ha ido implantando un método, ya plenamente operativo, donde hace pseudomonólogos donde suelta retazos de su ideología política, turras filosofando sobre el tema a tratar donde interrumpe a quien ha otorgado el turno de intervención a los treinta segundos para seguir con sus parrafadas. Es cierto que todas y todos parecen tener miedo de quejarse del robo del turno de intervención, otras veces se queda como ausente y deja que se convierta todo en un gallinero con Rafa Mora como gallina mayor del cacareo. Luego el rollo de que actúa, trata de, ante la cámara con gestos, muecas y mohínes, algo espantoso que hace farragosa de digerir la tarde televisiva...Lo de Mª Teresa Campos seguramente se estudie a medio plazo en las facultades
universitarias sobre el tránsito de periodista con pedigrí que ha hecho historia de la televisión, incluyendo medalla reconocedora de su labor, pero que se ha convertido en personaje más de la farándula que orbita Sálvame, con la inestimable colaboración de sus inefables hijas y sumando a su nieta, cuya juventud ya peca de los males del famoséo de nueva hornada en base a viceversos y viceversas. La imagen que nos queda de la matriarca es la de una persona con un ego profesional que la convertía en una tirana de los platós, pero son testimonios que dan la impresión de apuntarse al akelarre. Si tuvieran las Campos tanta dignidad televisiva, pues se irían de la cadena y que le den, pero siguen participando los fines de semana lo cual brinda a la audiencia fermosos duelos verbales que son contestados a lo largo de la semana en Sálvame y vuelta a empezar...Sarna con gusto dicen que no pica y al final pierden ambos, ellas porque ya son personajes
encasillados pese a sus pasados profesionales y un Jorge Javier que muestra síntomas de algo depresivo, pesadito como la mierda con el tema de que tiene cincuenta años. Lo malo es que llega un momento en que cansan, son cansinos. Unas amenazando y luego amagando, el otro parasitando el minutaje a costa de cortar el ritmo al programa y soltar uno de sus vaticinios, aunque como pitoniso tiene menos acierto que el Maestro Joao u el Paco Porras en sus tiempos de gloria y verduras. Un ocaso, en suma, de todo un género televisivo que tiene pinta de extinguirse por implosión de sus principales personajes. Así que a disfrutar de un enfrentamiento entre dos viejos pìstoleros donde una ha ejercido siempre una fascinación sobre él que ha terminado como el rosario de la Aurora, beata meapilas que un día se le cayó el rosario en la túrmix y éste acabó convertido en zumo, zumo indigesto como no podía ser de otra forma, pues lo de estos dos, igual.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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