The Adversiter Chronicle

viernes, 23 de octubre de 2020

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle


A LA CAZA (1980)
(Cruising)

Hay todo un subgénero dentro del cine policiaco que no es otro que el de los topos o infiltrados, agentes honestos de policía que aspiran a tener un sitio como inspectores de paisano, alejarse de las patrullas a pie y de la inmundicia de las calles para pasar a resolver asesinatos. Y si hay un actor representante del subgénero, sin duda Al Pacino es el referente, todos recuerdan Sérpico pero también la propuesta de hoy, producción de 1980 pero con la textura, el color y la sordidez de las pelis de los 70´s. Es además un fresco, una cápsula del tiempo donde vemos de fondo desfilar las calles y la sociedad de la década ya pasada en la fecha de su estreno...

Es una película que fue no muy bien tratada por la crítica y quienes la vieron en su estreno,
o en vídeo posteriormente, la recuerdan con cierta aspereza aunque vista hoy en día se aprecia una película que trata de la sordidez del ser humano. Al Pacino interpreta a un joven agente de policía que aspira en secreto a lograr la placa dorada de inspector. Llamado por su superior, un decente policía que sabe que está rodeado de mierda con agentes de patrulla que extorsionan a maricas para que se la chupen en el coche patrulla. Porque estamos en 1980 pero la sociedad no aceptaba la homosexualidad y los jefes de policía no dan crédito a testimonios de maricas, se les interroga sin piedad en busca de la verdad, se les llama casi a escondidas para que den chivatazos, pero son considerados como enfermos que cometen actos atroces y depravados sin saber cómo ni porqué, porque son maricas, se les tolera en sus barrios, en sus bares de ambiente, pero son ciudadanos de segunda a ojos de la Ley.

El joven agente convertido en topo debe infiltrarse en el ambiente de los homosexuales a los que les va el rollo sado y masoquista, de chupas de cuero, látigos y gorras de policía. Se han cometido una serie de asesinatos y aparición de cuerpos desmembrados flotando en el río, pero el superior y reclutador de Al Pacino está convencido con olfato de sabueso de que todos los crímenes están relacionados, que puede que sean maricas las víctimas, pero hay un asesino suelto en la ciudad y tanto su puesto como el de su mentor político dentro del cuerpo dependen, antes de las elecciones, de que Al Pacino logré dar caza al asesino de maricas...

La película es desde el principio sin concesiones, el ambiente sado-maso se muestra como
bacanales romanas, puños con vaselina, mamadas y pezones pellizcados, para el joven detective supone un mundo nuevo pero durante el día descubre que los homosexuales tienen vida propia como él, con sueños de futuro, parejas sentimentales que no les comprenden, pero al llegar la noche, cuando debe infiltrarse, poco a poco le cambia, le supera y sin embargo algo le atrae, no puede evitar su instinto de policía aunque por el camino se quede su relación de pareja. Un gran Al Pacino que logra una interpretación solvente, su rostro ligeramente maquillado, sus contoneos con el pañuelo rojo en el bolsillo trasero, su iniciación cuando no puede evitar por más tiempo que alguien le saque a bailar, pero a cada nuevo día, algo de él se rompe.

Firme pulso de dirección de Willian Friedkin así como de Paul Sorbino cuyo rostro al final nos llena de su congoja e incertidumbre cuando, detenido el psicópata, aparece otro marica brutalmente asesinado. Película sin el glamour de otras posteriores dentro del subgénero donde Al Pacino no recuerda para nada a Sérpico salvo en cierto idealismo común a todos los dispuestos a ser topo. También una óptica de cómo se veía la homosexualidad, el confortable escenario de la ciudad de Nueva York y un reparto solvente a su vez. Carece de acción trepidante y tiroteos, peleas o mamporros. Hay planos, escenas, diálogos que logran condensar una infinidad de matices que no se supieron apreciar ni valorar en su estreno. Por supuesto es imprescindible si os gusta Al Pacino como actor que ya mostraba entonces todos los valores interpretativos que le han hecho, además de estrella de Hollywood, un actor que nunca defrauda, que puede que alguna película no nos haya gustado, pero no por él que una vez más lograr dar a una película un toque de excelencia que la convierte en una pequeña joyita a descubrir.

Ideal para la juventud del siglo XXI y que sepan que la libertad que ahora se disfruta en la sexualidad es un bien y un logro que deben mantener pero también recordar cuando eran ciudadanos de tercera y condenados y condenadas quienes eran no heteros a las catacumbas de la nocturnidad y la clandestinidad...
Ideal para ver ahora que hasta el Papa reconoce el derecho a las uniones de parejas homosexuales y que, aunque ahora vivimos tiempos de incertidumbre y turbulencias, hemos avanzado y mejorado desde 1980.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

 

theadversiterchronicle@hotmail.es

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