Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: La
historia secreta de los Thyssen
Autor:
David R.
L. Litchfield -Con la colaboración de Caroline Schmitz-
Editorial: Ediciones Temas de Hoy, S. A.
Traducción: Redactores en Red
Edición: Primera edición, octubre de 2007
La
propuesta de hoy es un libro de los que gustan en la sección con
intrigas familiares, históricas y de clase social mediante la
crónica de una dinastía que es famosa por la vinculación del
apellido con el mundo de las artes y el universo de las colecciones
privadas. También la oportunidad de asomarnos la masa consumista a
una clase social en la cúspide de la pirámide donde los pifostios
de herencias, fideicomisos, divorcios, parentelas y los intentos con
sus trabajos de, en el caso de los Thyssen, borrar las huellas de la
dinastía y sus negocios en la Alemania nazi. Por si fuera poco,
asistimos a los estertores de la nobleza del Imperio Austro-Húngaro
donde lograr llevar el apellido Bornemisza se lograba, tal como
mandaban los cánones, a base de emparentar y dar aíre económico
para saldar deudas y mantener el tren de vida anterior a la I Guerra
Mundial. Ver como Heini y su familia pasaron las vicisitudes de la II
Guerra Mundial, es de lo que te hace pensar que ser multimillonario y
pertenecer a la jet-set
es estar libre de
convencionalismos, normas, dogmas y filosofía de vida que sufrimos y
padecemos el resto de los mortales de la masa silenciosa, obediente y
respetuosa con el Sistema amén de consumistas y el estilo de vida
que ello conlleva...
David R. L. Litchfield, escritor, editor, periodista y
documentalista, nació en Inglaterra, estudió en St. Clare y se
formó en Estudios Orientales en la Universidad Benghazi, en Libia.
Para escribir este libro, pasó catorce años realizando
investigaciones en Alemania, Estados Unidos, los Países Bajos,
Suiza, Mónaco, Bermudas y España.
Caroline Schmitz, diplomada en Ciencias con Licenciatura
en Humanidades, es investigadora y traductora. Nació en Alemania, se
educó en el Liceo Francoalemán de Friburgo y estudió Humanidades
en Berlín y Londres. Ha trabajado para Richard Rogers Partnership
(estudio de arquitectura británico), Wesideutsche Landesbank y la
BBC.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año
de edición pero en Internet podéis encontrar más datos de los
autores. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a su
apasionante lectura:
August Thyssen...
“Tras
cursar estudios en la escuela secundaria católica de Aachen, el
joven August, de diecisiete años, ingresó en la primera escuela
politécnica de Alemania en Karlsruhe, donde estudió dibujo técnico,
ingeniería, química y mineralogía. En 1861 se mudó a Amberes par
aprender comercio internacional y economía antes de regresar a
trabajar en el banco de su padre. Esto le brindaría un conocimiento
de la dinámica bancaria y de las finanzas corporativas que lo
situaría en franca ventaja con respecto a muchos de sus
contemporáneos. Por aquel entonces sólo había un sector en el que
August debía desarrollar sus habilidades si pretendía dedicarse a
cualquier empresa que requiriera un trabajo intenso; el relacionado
con la capacidad de liderazgo y el control de mano de obra numerosa.
Como el sector industrial estaba dando sus primeros pasos, la primera
generación de empresarios industriales sólo podía recurrir al
ejército prusiano en búsqueda de experiencia práctica en ese
sector. Al darse cuenta del valor comercial y social que eso tendría,
su padre pagó con gusto por el privilegio de que su diminuto hijo
católico ocupara un puesto en el Vigésimo Octavo Regimiento Eifel
del Ejército Imperial. Afortunadamente para August, era muy pequeño
para el combate y tenía demasiada educación como para que lo
utilizaran en alguna tarea de poca monta. Después de haber cumplido
un año de servicio, ya había alcanzado el rango de teniente y el
puesto de ayudante de campo del batallón (o administrador).”
Nazismo...
“Mientras
tanto, Fritz comenzaba a trabar amistad con gente afín a sus ideas.
En octubre de 1923, su amigo Heinrich Class, el imperialista y
antisemita presidente de la Liga Pangermánica, sugirió que fuera a
Munich para entrevistarse con el mariscal de campo Erich von
Ludendorf, héroe de la Primera Guerra Mundial y simpatizante nazi, a
quien Fritz ya había conocido durante la guerra en la finca de su
padre (August) en Landsberg. Fue Ludendorff quien le presentaría a
Adolf Hitler, el cual le revelaría sus planes de derrocar la
República de Weimar. Según Heini, Fritz consideraba que la
`debilidad´ de la República era la responsable de llevar a Alemania
a la anarquía. Es posible que también hablasen sobre otras personas
a las que también consideraban responsables de la caída de
Alemania, incluyendo a los comunistas, los liberales y los judíos,
ya que, por aquel entonces, Hitler había expresado sus opiniones en
varias reuniones públicas durante tres años y medio que habían
transcurrido desde su primera aparición en la Hofbräuhaus en
Munich. Aunque Fritz era demasiado esnob como para aceptar como
futuro líder del país a un ex- cabo, estaba lo suficientemente
impresionado por sus ideas como para darle a Ludendorff , que
colaboraba en la financiación del partido, 100.000 marcos de oro,
con lo que debió de haber sido consciente de que estaba financiando
el derrocamiento del gobierno estatal de Baviera.”
Un joven Heini solicitando la nacionalidad suiza...
“Pero
la conducta de Heini también era un poco más antisocial de lo que
él admitía y no causaba buena impresión a las autoridades suizas.
Esto quedó claramente establecido en un informe enviado por el jefe
de la policía de Friburgo a la Policía Federal en Berna el 9 de
agosto de 1948, en respuesta a la solicitud de Heini para obtener la
ciudadanía suiza: <<Dudamos del grado de asimilación del
solicitante Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, quien residió en
Friburgo desde mayo de 1940 hasta abril de 1946. Su comportamiento,
especialmente en la calle, dio origen a quejas y a varias protestas,
especialmente por parte del público>>. Esto incluía quejas
relacionadas con su derroche de combustible al conducir su coche a
alta velocidad por las calles, con cómo llevaba a las jóvenes de un
lado a otro, se burlaba de los guardias y policías locales haciendo
saludos nazis y hacía sonar a alto volumen su gramófono en el
balcón, para molestar a los vecinos. El informe continuaba así:
<<La conducta del joven Thyssen es soberanamente desagradable.
Tiene la idea de que por poseer un pasaporte diplomático puede
menospreciar las leyes básicas de cortesía hacia la gente del país
que lo hospeda. Desde el punto de vista político, no tenemos ningún
indicio de actividad por parte del joven Thyssen. Tampoco figura en
los registros legales de aquí. Por favor, analice lo anterior y
fórmese un juicio propio acerca de si la integración de este
caballero entre nosotros traerá algún beneficio para nuestro
país>>. Mientras Heini jugaba con la jóvenes y molestaba a
los vecinos, Pusch era testigo de primera mano de la guerra. Sus
desgarradoras cartas a Heini sobre los soldados heridos y muertos
fueron lo más cercano que él estuvo jamás de la acción militar.”
El arte como inversión...
“Hasta
ese momento Heini no había demostrado mayor interés en el arte, al
margen de su valor como parte de su herencia y de la apertura de la
galería al público como medio para evitar el pago de impuestos,
pero lenta y cuidadosamente Rudolf Heinemann comenzó a estimular su
participación activa en ese mundo. A pesar del clima de austeridad
de la posguerra, la inauguración de una muestra de arte holandés en
la Real Academia de Arte de Londres en 1952 fue un elegante
acontecimiento, lo que abrió los ojos a Heini sobre las ventajas
sociales implicadas en las exposiciones de arte. Aún más
socialmente seductora fue la inauguración de una prestigiosa muestra
en el Museo Metropolitano de Nueva York, tres años más tarde, para
la que Heini había prestado su Holbein, `Retrato de Enrique VIII de
Inglaterra´, y otros tres de antiguos maestros. Al tiempo que
compraba obras de sus hermanos, también había sido animado a
invertir en compras esporádicas para agregar a su colección y en
1956 hizo la que le gustaba considerar su primera adquisición
importante: `Retrato de un hombre´, de Francesco del Cossa. Si bien
no causó un gran revuelo en el mercado internacional de arte, atrajo
la suficiente atención y halagos como para incitar a Heini a que se
considerara un `coleccionista de arte´, un rótulo que le parecía
más socialmente aceptable que `empresario industrial´.”
Tita...
“Antes
de Lex Barker, Tita ya había conocido a Sinatra, Monroe, Newman y
Hudson, cuando visitó Hollywood y protagonizó dos películas.
Después de Lex, se casó con un productor de películas venezolano
llamado Espartaco Santoni, de quien admite que era totalmente
irresponsable pero `lo más divertido que conocí. Si no tenía
dinero tomaba el tuyo, pero si lo tenía, te lo daba´. Finalmente,
Santoni fue a prisión y se separaron. El matrimonio de Heini con
Tita nunca fue algo que la familia de él siquiera considerase
posible: `Con seguridad no tenían previsto que reemplazara
permanentemente a Denise. Groh le había dicho a Georg: Oh la señora
Barker la usamos hasta que se vaya Denise. ¡Se irá en cuanto
termine el divorcio (de Heini con Denise)´.”Groh debió de comenzar a dudar de la exactitud de su predicción en noviembre de 1983 cuando bautizaron a Borja, de tres años, en la catedral de Saint-Patrick en Nueva York. Sus padrinos fueron los amigos de Heini, el duque de Badajoz, Ann Getty y Alexander Papamarkou. Al año siguiente, Borja recibió el confuso apellido Bornemisza-Cervera y pronto resultó evidente que todos habían subestimado a la señora Barker´.”
Simples atisbos del contenido de un apasionante libro
donde hay de todo, desde ricos que también lloran a pifostios de
herencias, hijos naturales compitiendo con los legales y que sirve
para cuando se tiene oportunidad de visitar y observar las pinturas
de la colección Thyssen-Bornemisza y recordar las vicisitudes de su
compra siempre es un acicate más para disfrutar del arte. Cuidado de
regalar a la suegra que se empeñará en que le compremos las
revistas del corazón para saber la actualidad e ideal para
convalecencias, días de vacaciones o lectura reposada de mesita de
noche, que fisgar las miserias de los millonarios como que reconforta
al común de los consumistas, pero ojito con la suegra, ojito.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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