Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
– Perfiles de Fidel Castro, Augusto Pinochet,, Ferdinand Marcos, Alberto Fujimori, Jorge Rafael Videla y Slobodan Milosevic a través de los retratos de sus mujeres-
Autor: Juan Gasparini
Editorial: Ediciones Península
Edición: Primera edición, septiembre de 2002
Dicen
que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, y el título de
hoy nos habla de las mujeres detrás de los últimos dictadores del
siglo XX, sin menosprecio de un delicioso preámbulo dedicado a las
mujeres de los dictadores Salazar y Franco. Sin escabrosos datos ni
truculentas historias, el autor nos pinta un retrato de las consortes
de la dictadura, apoyo fundamental en algunos casos, apéndices más
o menos del poder dictatorial e incluso convertidas en antagonistas
de sus parejas dictadoras. Un trocito de intimidad conyugal de
hombres que han pasado a la historia por su crueldad y falta de
compasión hacia sus víctimas...
Juan
Gasparini (Azul, Argentina, 30 de abril de 1949) reside en Ginebra
desde 1980, donde colabora periodísticamente con `El Periódico de
Catalunya´ (Barcelona), `El Universal´ (México), `Clarín´
(Buenos Aires), `El Tiempo´ (Bogotá) y `CNN en español´
(Atlanta). Es autor de diversos libros y ha sido galardonado con el
Premio Rodolfo Walsh de Literatura de no ficción 2001 en la Semana
Negra de Gijón. Es diplomado en periodismo en la Universidad de
Friburgo (Suiza) y doctor en sociología en la Universidad de
Ginebra.
Datos
sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, y sin
más verborrea unas breves reseñas que os inciten a su apasionante e
interesante lectura:
Mujeres de dictadores...
"La
vida privada de los dictadores, si bien es abundante y rica en
efectos novedosos, es muchas veces imprevisible. Las mujeres que
estuvieron bajo su cobijo compilan un catálogo de humillaciones y
perversos equilibrios. Pululan en un universo afectivo opaco, en un
clima enrarecido de pasión, dulzura y crueldad donde suele resultar
quimérico y absurdo señalar víctimas y verdugos. Preámbulos de
dolor y epílogos de sublevación o dominación, carencias, culpas y
mecanismos de sumisión, se enzarzan en la fauna y flora de los
dictadores. El egocentrismo, la arrogancia, el desamor y la
manipulación, adornan el follaje......El fanatismo de las mujeres que se han plegado a los peores causas de sus maridos también marca ciertos derroteros en una espiral de autodestrucción en que suelen reparar estas páginas.”
Fidel Castro...
“Existen
otros romances pasajeros de Castro durante su estancia en México, a
pesar de la vorágine en que lo envolvían el armado de la expedición
en el yate `Granma´ y la mítica insurrección guerrillera. Uno de
ellos surgió en la casa del Ché Guevara, quien se había casado con
Hilda Gadea, el 18 de agosto de 1955. Fidel era un asiduo visitante y
allí conoció a Lucila Velázquez, amiga de Hilda, durante una
reunión de despedida ofrecida en su honor, ya que se marchaba a
Estados Unidos a fin de recaudar fondos que necesitaba el movimiento
revolucionario. Lucila era muy atractiva y se inclinaba por la
poesía. Tuvo varios encuentros con Fidel y, evidentemente, se
enamoró de aquel cubano locuaz y de verbo encendido. Gadea, ahora
fallecida, contó que la joven una vez le preguntó: `Hilda, dime,
¿cómo fue que tú hiciste para capturar a Ernesto?´. El Ché, que
escuchaba la conversación, respondió con una de sus ironías: `Fue
así: me estaban buscando en Guatemala para meterme preso y ella
estuvo en la cárcel por no revelar mi paradero. Me casé con ella en
señal de reconocimiento´. No se sabe a ciencia cierta la
nacionalidad de Lucila pero, los vestigios que perduran, la ubican
como una amiga mexicana de la esposa de Guevara.”
Pinochet...
“El
viernes 21 de marzo de 1980 Lucía se embarcó junto a su marido y su
hija Lucía, el canciller Hernán Cubillos y una numerosa comitiva
rumbo a Filipinas. El dictador Ferdinand Marcos había invitado a
Pinochet en visita oficial a su país. Se trataba de un
acontecimiento especial, ya que el Jefe de Estado chileno y su esposa
sólo habían salido de América en una sola oportunidad, en
noviembre de 1975, al concurrir a los funerales del generalísimo
Franco en España. El largo viaje incluía varias escalas en el
Océano Pacífico. A pocas horas de haber despegado de Santiago,
Pinochet fue notificado de que la visita había sido cancelada. Hasta
hoy es un misterio la causa por la cual Marcos decidió, a última
hora, no recibir a su homólogo chileno. Algunas versiones indican
que el gobierno filipino había sido fuertemente presionado por el
presidente norteamericano, el demócrata Jimmy Carter que había
emplazado a Pinochet a penalizar al general Manuel Contreras y a la
cuadrilla que bajo sus órdenes asesinó en Washington a Orlando
Letelier, el ex-ministro de Allende el 21 de septiembre de 1970, en
un atentado con explosivos en el corazón de la capital
estadounidense.”
Imelda Marcos...
“Ferdinand
Marcos sedujo y casó a Imelda Romuáldez en once días, al cabo una
especie de carrera contrarreloj, ventilada hasta el hartazgo por las
crónicas del sentimentalismo barato y el romanticismo cursi. Doce
años mayor, intrépido para el flirteo, el incisivo diputado ilocano
no reparó en el exceso de naturalidad, la falta de refinamiento y
los dejos de tosquedad de la joven. Al unísono obedeció al astuto
cálculo político de unirse con una mujer cuyo apellido acarrearía
a su caudal del norte los votos del sur, y se dejó guiar por el
estado de encantamiento en que lo puso la aparición de Imelda en el
despacho de su primo, el presidente de la Cámara, aquel 6 de abril
de 1954. relajada y en sandalias, despreocupada por el recinto,
comiendo pepitas de melón y lamiendo un helado, fastidiada por los
mosquitos, a ella el encuentro con el legislador liberal la tomó
desprevenida. Su noviazgo con Ariston Nakpil se mantenía incólume,
no obstante la lentitud para que se disolviera el casamiento que le
había costado una velada de ebriedad al promisorio aristócrata
formado en Europa y Estados Unidos. Para marcos el flechazo fue
devastador. La cortejó de inmediato, haciéndole llegar dos rosas,
una en prueba del amor naciente, la otra en testimonio de la
eternidad de sus sentimientos.”
Susana Higuchi...
“El
24 de julio de 2000 Susana Higuchi retornaba a la política en un
ambiente caldeado. Su ex-marido se apoderaba por tercera vez de la
presidencia del Perú a través de un proceso electoral preñado de
irregularidades, con falsificación de firmas en la inscripción de
su candidatura y un despliegue mediático sin precedentes. Con
recursos del Estado se financiaron órganos de prensa que abrumaban a
la opinión pública con páginas policiales y noticias escabrosas,
que informaban preferentemente acerca de obras asistenciales del
gobierno para paliar la miseria y desprestigiar a los adversarios
democráticos. Según la Constitución de 1993, elaborada durante el
primer gobierno de Fujimori, el presidente sólo puede ser reelecto
una vez de manera consecutiva, lo cual quiere decir que puede
gobernar durante dos periodos, cada uno de cinco años. Sin embargo,
en 1997 y antes de que concluyese su segundo mandato, Fujimori logró
que la mayoría favorable de la que disponía en el Congreso
`interpretara´ la ley electoral, estableciendo que recién en el
2000 postulaba por segunda vez, anulando el primer mandato de 1990 a
1995, trastocado por el autogolpe de Fujimori de 1992, que suspendió
las garantías constitucionales, disolvió el parlamento y enmudeció
a la justicia.”
Unas
breves pinceladas de botón de muestra de una obra interesante por
cuanto es asomarnos a una parte desconocida de hombres que han pasado
a la historia de las dictaduras pero que también eran humanos,
cegados por el poder y la ambición, pero que tenían vida privada y
sentimental. Unas veces meras comparsas y otras cómplices de la
represión, violencia y ostentación de sus maridos sin menoscabo de
disfrutar de los privilegios. Lectura para convalecencias gripales,
guardias nocturnas o noches en vela al calor de la luz de la mesita
al pie de la almohada. Cuidadín de regalar a la suegra que igual se
le cruza el cable y piensa que el dictador de su difunto marido aún
rige los destinos de la casa y las raciones de sopa boba que tanto
nos calienta en los rigores invernales...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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