The Adversiter Chronicle

martes, 11 de febrero de 2020

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: Mujeres de dictadores
Perfiles de Fidel Castro, Augusto Pinochet,, Ferdinand Marcos, Alberto Fujimori, Jorge Rafael Videla y Slobodan Milosevic a través de los retratos de sus mujeres-
Autor: Juan Gasparini
Editorial: Ediciones Península
Edición: Primera edición, septiembre de 2002

Dicen que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, y el título de hoy nos habla de las mujeres detrás de los últimos dictadores del siglo XX, sin menosprecio de un delicioso preámbulo dedicado a las mujeres de los dictadores Salazar y Franco. Sin escabrosos datos ni truculentas historias, el autor nos pinta un retrato de las consortes de la dictadura, apoyo fundamental en algunos casos, apéndices más o menos del poder dictatorial e incluso convertidas en antagonistas de sus parejas dictadoras. Un trocito de intimidad conyugal de hombres que han pasado a la historia por su crueldad y falta de compasión hacia sus víctimas...

Juan Gasparini (Azul, Argentina, 30 de abril de 1949) reside en Ginebra desde 1980, donde colabora periodísticamente con `El Periódico de Catalunya´ (Barcelona), `El Universal´ (México), `Clarín´ (Buenos Aires), `El Tiempo´ (Bogotá) y `CNN en español´ (Atlanta). Es autor de diversos libros y ha sido galardonado con el Premio Rodolfo Walsh de Literatura de no ficción 2001 en la Semana Negra de Gijón. Es diplomado en periodismo en la Universidad de Friburgo (Suiza) y doctor en sociología en la Universidad de Ginebra.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, y sin más verborrea unas breves reseñas que os inciten a su apasionante e interesante lectura:

Mujeres de dictadores...
"La vida privada de los dictadores, si bien es abundante y rica en efectos novedosos, es muchas veces imprevisible. Las mujeres que estuvieron bajo su cobijo compilan un catálogo de humillaciones y perversos equilibrios. Pululan en un universo afectivo opaco, en un clima enrarecido de pasión, dulzura y crueldad donde suele resultar quimérico y absurdo señalar víctimas y verdugos. Preámbulos de dolor y epílogos de sublevación o dominación, carencias, culpas y mecanismos de sumisión, se enzarzan en la fauna y flora de los dictadores. El egocentrismo, la arrogancia, el desamor y la manipulación, adornan el follaje...
...El fanatismo de las mujeres que se han plegado a los peores causas de sus maridos también marca ciertos derroteros en una espiral de autodestrucción en que suelen reparar estas páginas.”

Fidel Castro...
Existen otros romances pasajeros de Castro durante su estancia en México, a pesar de la vorágine en que lo envolvían el armado de la expedición en el yate `Granma´ y la mítica insurrección guerrillera. Uno de ellos surgió en la casa del Ché Guevara, quien se había casado con Hilda Gadea, el 18 de agosto de 1955. Fidel era un asiduo visitante y allí conoció a Lucila Velázquez, amiga de Hilda, durante una reunión de despedida ofrecida en su honor, ya que se marchaba a Estados Unidos a fin de recaudar fondos que necesitaba el movimiento revolucionario. Lucila era muy atractiva y se inclinaba por la poesía. Tuvo varios encuentros con Fidel y, evidentemente, se enamoró de aquel cubano locuaz y de verbo encendido. Gadea, ahora fallecida, contó que la joven una vez le preguntó: `Hilda, dime, ¿cómo fue que tú hiciste para capturar a Ernesto?´. El Ché, que escuchaba la conversación, respondió con una de sus ironías: `Fue así: me estaban buscando en Guatemala para meterme preso y ella estuvo en la cárcel por no revelar mi paradero. Me casé con ella en señal de reconocimiento´. No se sabe a ciencia cierta la nacionalidad de Lucila pero, los vestigios que perduran, la ubican como una amiga mexicana de la esposa de Guevara.”

Pinochet...
El viernes 21 de marzo de 1980 Lucía se embarcó junto a su marido y su hija Lucía, el canciller Hernán Cubillos y una numerosa comitiva rumbo a Filipinas. El dictador Ferdinand Marcos había invitado a Pinochet en visita oficial a su país. Se trataba de un acontecimiento especial, ya que el Jefe de Estado chileno y su esposa sólo habían salido de América en una sola oportunidad, en noviembre de 1975, al concurrir a los funerales del generalísimo Franco en España. El largo viaje incluía varias escalas en el Océano Pacífico. A pocas horas de haber despegado de Santiago, Pinochet fue notificado de que la visita había sido cancelada. Hasta hoy es un misterio la causa por la cual Marcos decidió, a última hora, no recibir a su homólogo chileno. Algunas versiones indican que el gobierno filipino había sido fuertemente presionado por el presidente norteamericano, el demócrata Jimmy Carter que había emplazado a Pinochet a penalizar al general Manuel Contreras y a la cuadrilla que bajo sus órdenes asesinó en Washington a Orlando Letelier, el ex-ministro de Allende el 21 de septiembre de 1970, en un atentado con explosivos en el corazón de la capital estadounidense.”

Imelda Marcos...
Ferdinand Marcos sedujo y casó a Imelda Romuáldez en once días, al cabo una especie de carrera contrarreloj, ventilada hasta el hartazgo por las crónicas del sentimentalismo barato y el romanticismo cursi. Doce años mayor, intrépido para el flirteo, el incisivo diputado ilocano no reparó en el exceso de naturalidad, la falta de refinamiento y los dejos de tosquedad de la joven. Al unísono obedeció al astuto cálculo político de unirse con una mujer cuyo apellido acarrearía a su caudal del norte los votos del sur, y se dejó guiar por el estado de encantamiento en que lo puso la aparición de Imelda en el despacho de su primo, el presidente de la Cámara, aquel 6 de abril de 1954. relajada y en sandalias, despreocupada por el recinto, comiendo pepitas de melón y lamiendo un helado, fastidiada por los mosquitos, a ella el encuentro con el legislador liberal la tomó desprevenida. Su noviazgo con Ariston Nakpil se mantenía incólume, no obstante la lentitud para que se disolviera el casamiento que le había costado una velada de ebriedad al promisorio aristócrata formado en Europa y Estados Unidos. Para marcos el flechazo fue devastador. La cortejó de inmediato, haciéndole llegar dos rosas, una en prueba del amor naciente, la otra en testimonio de la eternidad de sus sentimientos.”

Susana Higuchi...
El 24 de julio de 2000 Susana Higuchi retornaba a la política en un ambiente caldeado. Su ex-marido se apoderaba por tercera vez de la presidencia del Perú a través de un proceso electoral preñado de irregularidades, con falsificación de firmas en la inscripción de su candidatura y un despliegue mediático sin precedentes. Con recursos del Estado se financiaron órganos de prensa que abrumaban a la opinión pública con páginas policiales y noticias escabrosas, que informaban preferentemente acerca de obras asistenciales del gobierno para paliar la miseria y desprestigiar a los adversarios democráticos. Según la Constitución de 1993, elaborada durante el primer gobierno de Fujimori, el presidente sólo puede ser reelecto una vez de manera consecutiva, lo cual quiere decir que puede gobernar durante dos periodos, cada uno de cinco años. Sin embargo, en 1997 y antes de que concluyese su segundo mandato, Fujimori logró que la mayoría favorable de la que disponía en el Congreso `interpretara´ la ley electoral, estableciendo que recién en el 2000 postulaba por segunda vez, anulando el primer mandato de 1990 a 1995, trastocado por el autogolpe de Fujimori de 1992, que suspendió las garantías constitucionales, disolvió el parlamento y enmudeció a la justicia.”

Unas breves pinceladas de botón de muestra de una obra interesante por cuanto es asomarnos a una parte desconocida de hombres que han pasado a la historia de las dictaduras pero que también eran humanos, cegados por el poder y la ambición, pero que tenían vida privada y sentimental. Unas veces meras comparsas y otras cómplices de la represión, violencia y ostentación de sus maridos sin menoscabo de disfrutar de los privilegios. Lectura para convalecencias gripales, guardias nocturnas o noches en vela al calor de la luz de la mesita al pie de la almohada. Cuidadín de regalar a la suegra que igual se le cruza el cable y piensa que el dictador de su difunto marido aún rige los destinos de la casa y las raciones de sopa boba que tanto nos calienta en los rigores invernales...
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 


 
 
                                                        



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