Fue entonces, al mirar las esquelas, que vi su nombre pero los apellidos, comunes por otra parte entre los indígenas de aquellos lares, no me decían nada y además no figuraba su apodo, una abreviatura de su nombre...
Sin embargo, cuando vi que había muerto en su localidad que carece de hospitales, dispensarios y casa de socorro ya supe que era él, algo me decía que era mi kameraden de batallas, de tertulias a la luz de las estrellas con los parroquianos, de cenas los viernes noche entre risas, veras, pitos y flautas...
Era un tipo solitario en el sentido de que vivía solo en su casa, de destartalada fachada, poblada de sombras del pasado y de los fantasmas que le acompañaban. Era mi mano derecha y yo era su izquierda aunque para nuestros antagonistas ambos éramos siniestros...
Sé que la muerte de seres de su entorno le había provocado entrar en los páramos de la soledad y la distancia siempre es distancia aunque la última vez que hablé con él por teléfono ya le noté jodido del alma, su voz no tenía la vitalidad de antaño y la charla terminó siendo lúgubre contando las bajas que había tenido...
Posiblemente era más yo su amigo que él mío aunque era una buena amistad pero no pude, aunque creo que sabía, ayudarle ni serle de compaña una vez terminada la campaña...
Quiero pensar que estuvo de tertulia bajo las estrellas, que se acostó al llegar a casa y tuvo la plácida visita de la muerte mientras plácidamente dormía, pero no lo sé salvo que le encontraron ya fiambre...
Suena David Bowie y puedo ver su rostro que se aleja con un hasta luego porque nunca nos dijimos adios...
Aunque supongo que, en cierta forma, ambos sabíamos que no correríamos más aventuras la última vez que hablamos.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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