-Al
principio de la vida de un calcetín, la misma se presenta de color de
rosa y rabiosa de optimismo en el futuro, emparejado con tu par,
estrenado como prenda junto con los zapatos para algún tipo de
efemérides. Hasta los treinta lavados la cosa funciona pero a partir
de ahí se producen traumáticas separaciones de tu par, puedes
acabar siendo guante para zurcidos cuando no acabas enterrado en un
mueble o que te emparejen alguien que no es tu par, de distinto color
o dibujo... ¡Qué decir de los guarros que no se cambian los
calcetines y éstos acaban escleróticos con la zona de las dedas de
los pies tiesa como el hormigón soportando los efluvios nada
agradables de sudor de pies rancio de varias semanas! Pero somos
invisibles, insensibles, sólo tristes prendas de vestir que protegen
los pies pero nos ignoran como a los mismos, ni siquiera los
calzoncillos tienen tan mala prensa como los calcetines, ni los
calzoncillos donde hay auténticos dramas higiénicos.
-Se
dan muchos casos de suicidio donde se agranda ese pequeño agujero
donde el dueño sigue usando ese par de calcetines para uso
doméstico, sabiendo el par de calcetines que uno de ellos está
abocado a una muerte prematura tras perderse la sana costumbre de las
abuelas de remendar calcetines. En las clases populares aún se
remiendan y se usan para el laboreo, pero las clases pudientes son
las que más separaciones traumáticas de calcetines provocan. En las
donaciones de ropa, tan bien vistas por los dueños y dueñas de la
misma, de repente te encuentras un pie extraño, cuando no hasta
extranjero, con diferente aroma de pies, otras costumbres aunque en
higiene superan muchas veces a sus donantes y ex-propietarios del par
de calcetines. Una de las variadas y poderosas razones que provocaron
mi disidencia de SINCALMA es que las medias disfrutan de los logros
reivindicativos mientras los calcetines seguimos siendo segundones,
un clasismo de clases que me empujó a crear el PLADECA y donde hemos
logrado que se tome conciencia de nuestra problemática y buscar vías
de uso alternativo de los calcetines que se quedan sin par.
-Primero
el colectivo de personas con un solo pie, ya sea por amputación
terapéutica o traumática que no tienen porqué gastarse en un
calcetín que no van a usar aunque es cierto que tienen recambio,
pero puede suponer un desembolso que se asume mejor pagando un sólo
calcetín. En el mundo hispano la controvertida colonización
cultural anglosajona, con sus anglosajonas costumbres y tradiciones,
ha supuesto un nicho de negocio y de empleo para calcetines sin su
par como es, por ejemplo, el Santa Claus. Lejos de racismos
cromáticos donde se impone el calcetín rojo de invierno, en España
y sus repúblicas hermanas de América así como las repúblicas
fantasmas territoriales, han añadido una gota de color colocando en
la ventana calcetines de tonos y temas diversos. Se empaquetan los
calcetines solitarios bajo la marca de `Calcetines de Santa Claus´ y
el éxito ha sido tal que China ha impuesto aranceles a dichos
calcetines porque les arrebatan cuotas de mercado y divisas de los
chinos de las tiendas de los chinos. Es una salida digna donde el
calcetín cura su soledad con la seguridad que da el saber que se
cuenta con él en Navidad y el resto del año confortablemente
guardado en el armario.
-¿Qué
es lo más denigrante que, una vez el calcetín sin su par, puede
sufrir un calcetín por el trato de sus dueños?
-Que
te utilicen de filtro para café de pote. Es una muerte agónica,
completamente escaldado, petroleado de café y sabiendo que te van a
tirar a la basura en cuanto termine la función de filtro. Es un
atentado a los derechos calcetineros y que nadie, y mire que ahora
hay plataformas de defensa de lo más variopinto
y variopintas causas, pero nadie defiende la causa de que los
calcetines no son ni deberían servir de filtro de café de pote. En
los recientes disturbios callejeros en Barcelona hemos sido usados,
incluso pares de calcetines en perfecto uso, como contenedores de
objetos arrojadizos. Esto es un clavo en el ataúd de nuestros
derechos pisoteados que además propaga Hollywood en sus películas
cuando se nos usa introduciendo en nuestro interior bolas de billar
para liarse a hostias, escenas trepidantes de acción pero que logra
que se nos vea como arma mortal. En resumen, entre las películas y
las mentes calenturientas, se nos convierte en objetos de agresión
al Estado y así nos tratan después muchos dueños. Somos víctimas
de la política pero a nadie le importa, como si aguantando sus pies
en nuestras entrañas se nos hiciera un favor cuando el favor lo
hacemos nosotros a los pies.
-¡Mucho! ¡Mucho! ¡Pero ojo, tanto malos tratos
físicos como psíquicos y hasta morales! Ese dueño gañán y
garrulo que se compra una talla menos y estira por los calcaños
logrando que sus descuidados uñeros nos atraviesen cual cuchillas y
finalmente desgarrando el calcetín. Unos auténticos nazis, puede
creerme. Y voy a señalar algo de los que ustedes son culpables sin
atenuantes posibles: ponerse dos pares de calcetines uno encima de
otro. Es una de las mayores aberraciones y de maltrato moral a los
calcetines. No sabes quien está dentro de tí, si son pares sueltos
eso es un pie de Babel, luego te tiran o te siguen usando hasta que
estás tieso y duro. Es una vida de incertidumbre que no le deseo a
nadie, puede creerme.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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