The Adversiter Chronicle

viernes, 21 de febrero de 2020

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

PASSENGERS (2016)

Agradable sorpresa, de las que te hacen avisar al resto de colegas del turno de noche para que dejen mocho y caja de herramientas, se hagan con pistachos y birras frías de las máquinas expendedoras y nos sentemos en francachela para velada cinematográfica: género de ciencia ficción con argumento interesante, más interesante dirección, solvencia de actores y actriz de nueva hornada más la siempre reconfortante presencia del Lauren Fishburne, al que conocimos haciendo la mili en Apocalypse Now, y al que vemos envejecer en otro de esos papeles de tipo individualista y medio tarado en la metafísica profunda que hace de abuelo Cebolleta que da sabios consejos y convertido ya en venerable estrella de Hollywood...

Hay que destacar el firme y socarrón pulso del director, aunque divida la trama en dos partes, que sabe engarzar los diversos temas que trata de reflejar sin que haya desequilibrios, si acaso se puede presentar queja de que se hace corto el metraje para un mayor desarrollo de los mismos pero sí en dosis suficiente para dejar satisfechos y que nos preguntemos imaginando posibles desarrollos. Una nave interestelar transporta cinco mil pasajeros a una de las colonias donde empezar una nueva vida. La nave está en vuelo programado y tanto pasaje como tripulación permanecen hibernados durante la mayor parte del viaje. Pero un meteorito daña los sistemas y por error despierta a un viajero que busca una nueva vida como mecánico en un nuevo mundo. Tras tomar consciencia de su soledad y condena a vivir solo, decide despertar a una pasajera de la que se ha enamorado a base de contemplarla hibernar y fisgar en sus archivos de audio y vídeo. Cuando ella se entera de la faena de despertarla pilla un berrinche digno de activista feminista extremista...

No destripamos más porque es una película completa, dentro de sus limitaciones, que aborda temas clásicos como la soledad, la relación ocultando la verdad a la pareja e incluso el dilema de la inteligencia artificial aplicada a la robótica y la interactuación con el ser humano. Hay dos partes claras en el metraje y si bien la segunda peca de cierta precipitación y pequeños errores de tiempo en la acción, aquí el rescate y resucite del protagonista es una bisagra que chirría y hace que el gusto final en el paladar sea, si no amargo, sí improcedente en lo que era un buen brebaje que estaba dejando buen sabor de boca. Hay que destacar los homenajes a títulos como El resplandor o Naves silenciosas que son auténticos guiños a espectadoras y espectadores cinéfilos. Pequeños detalles que suplen las carencias con creces para degustar un título que se gana su sitio propio en el género y que gana con los años ante rivales de más enjundia, presupuesto y taquilla.

Ha sido refrescante ver a la Jennifer Lawrence en un papel ajeno a la sobrevalorada y ñoña saga de Los juegos del hambre, en una interpretación rica de matices y una ascendente sensualidad pese a que se note en falta que se desarrollara su proceso de aceptación de estar condenada a vivir en la nave como se hizo con el protagonista masculino, pero exigiría alargar en exceso el metraje aunque posiblemente mejoraría el producto final. Además vemos una sensualidad en las escenas que se cortan a tiempo dejando en los machos alfa ese dulce objeto del deseo sin caer en tetas al aire o culos caminando, una sábana envolvente o unos tacones mientras se despoja del vestido pueden ser tan traumáticas como lo fue en sus tiempos el guante de Gilda para toda una generación. Verla sensual hizo que volaran latas y pistachos entre aullidos hasta que el Lauren Fishburne nos cortó el rollo despertando de la hibernación...

Chris Patt ya nos había enamorado en Guardianes de la galaxia con sus dotes para teñir sus personajes de tintes de comedia y de seriedad de una forma natural, sabedor de la potencia de sus gestos faciales y estilo en sus movimientos. El proceso desde que despierta de la hibernación, toma consciencia de las connotaciones existenciales que conlleva y el proceso total que dura un año largo, se logra con la barba que le va poblando el rostro y sus gestos, muecas, sonrisas. Todo ello sin que suene a falsete o verle fuera de tono, un arsenal de recursos interpretativos que logra que se coma la cámara y nos creamos el personaje. Es difícil, incluso en actores de relumbrón de nueva hornada, aguantar el tipo a actores como el Fishburne o estar a la altura de la belleza controlada de la Jennifer y tanto una como otro, si saben no descarrilar en su carrera, van camino de futuras estrellas consagradas. Ambos nos gustaron, uno ya con gusto previo y la otra ha logrado que se nos quitara la saturación de su personaje de las hambrunas juguetonas.

Y lo mejor para el final con el homenaje a El resplandor y cuarto protagonista de la película, un encantador e inquietante Michael Sheen interpretando al barman robotizado del salón bar y que nos hace pensar si en realidad no será la nave la que ha tomado el control. Uno de los mayores aciertos de la película es lograr esa inquietante atmósfera del local y su robotizado camarero que nos hace sonreír cuando le casca a la chica que el chico la despertó adrede para tenerla de nueva Eva en el paraíso enlatado de la nave...

La recomendamos si os gusta el género y que tiene la magia de esas joyitas de la ciencia ficción que logran aunar entretenimiento, cine dentro del cine y hacernos preguntar por el futuro tanto a nivel de raza planetaria llamada a expandirse por otros mundos como a nivel social, con futuros de colonias espaciales a donde van a parar obreros, especialistas, buscavidas y buscadores de segundas oportunidades. Se ve bien, chirría en el último tramo pero soplo de aire fresco comparado con colosos que se transforman, súper héroes convertidos en carne de series como churros y películas realistas del espacio que son un tostón sin gravedad, sin sonido y sin pelambreras que no flotan ingrávidas...
Hay que verla si os gusta el género de ciencia ficción.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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