Suplemento fartón
cutre de The Adversiter Chronicle
La Taberna Zíngara
Calle Linares Rivas, 1, 33201 Gijón
Principado de Asturias -Spain
Dentro
de la categoría del menú
del día
podemos encontrar precios populares para clases populares pero
también es cada vez más frecuente la oferta de dicho producto en
garitos de mayor categoría. No hablamos de lujos o platos para
sibaritas, más bien de locales con personalidad propia que se
transmite hasta en los más pequeños detalles, sitios de carta de
temporada con productos frescos y de calidad; en suma algo que a
priori no cuadra con la idea popular del plato
del día.
Es por ello que aprovechando que el crucero a Guarrate, provincia de
Zamora, efectuaba escala en Gijón, decidimos ir de cata gastronómica
a un sitio muy recomendado entre el club de los fartones, en la zona
noble de la ciudad y clientela de escalafón superior a probo y
honrado agente comercial, puesto que la parroquia trabaja en el
sector servicios pero también necesitan comer fuera y comer bien y a
precios asequibles...
Los
detalles ya se palpan en los manteles que propician una reposada
lectura que propicia a su vez amenas conversaciones entre comensales
mientras sirven los platos. Negocio basado en la cocina mediterránea
y el trato profesional pero cercano del personal que lejos de tratar
de colar un plato, aconsejan si la elección está en época de
temporada y si no es, proponen alternativas. Tales conocimientos
fueron adquiridos por el equipo de cata gastronómica fisgando un
poco de reojo la mesa de al lado, pero sólo como prueba de que el
establecimiento cuida de sus clientes. Hay carta pero aquí vamos de
platos del día y que sean para fartones, así que elegimos el menú
donde se pidió de primero una crema de calabacín, plato en
apariencia sencillo que en manos inexpertas puede quedar insípido
pero en manos competentes la simpleza se vuelve bocado apetitoso;
también de primero solicitamos una ensalada de pasta, que en muchos
garitos supone una poca sabrosa sorpresa. Primeros sencillos en suma,
pero buena prueba de fuego porque se puede tener una carta sibarita y
luego caer en la ordinariez en el menú económico...
Presentación
original en la ensalada de pasta, sin caer en excentricidades o en
platos pequeños para minúsculas raciones pero tampoco en raciones
grandonas que ocultan falta de sabor y enjundia. Lo que en principio
parecía una correcta ración en todos los aspectos de ensalada de
pasta se convirtió en el paladar en una fanfarria de sabor donde
destacaba la frescura del pimiento, detalle que contagiaba al resto
de ingredientes. Cantidad adecuada, para abrir estómago sin cerrar
las mandíbulas por saturación, de quedar con esa tentadora gana de
más, marcador infalible de que se ha engullido un plato de grato
recuerdo en la memoria. En cuanto a la crema de calabacín, servida
en fuente como mandan los cánones y donde queda para repetir si se
tercia, sin que retiren la misma tras servir que hace que o bien
llenes el plato y luego no puedas seguir o por el contrario que te
sirvas poco y quedes con gana de más. No era el caso, muy bien de
textura y atractivo visual y que dejó una satisfacción total.
Excelentes
primeros para ser menú del día.
De
segundo hubo unanimidad en pedir la dorada a la espalda en detrimento
del cachopo, pero elegir la carne hubiera sido saturar el estómago
tras la grata experiencia con los primeros. Presentación digna de
garitos de alta estofa, con diseño original de los platos y una
presencia del plato que hace salivar con frenesí. Ración adecuada y
con guarnición de patatas fritas cortadas en daditos, pimientos de
Padrón, todo ello rodeado de una fina capa de aceite de oliva que
supuso otra grata y agradable sorpresa como el pimiento en el primero
de ensalada de pasta. En suma una experiencia gastronómica que hace
ver que el boca a boca no mentía sobre la publicidad del
establecimiento.
Sencillamente
exquisita.
El
postre no desmereció, con variada oferta dentro del menú, y
elegimos Tarta San Marcos, que estaba deliciosa aunque se echó en
falta que fuera postre casero, pero no es una falla, es sólo que la
experiencia embriagadora de los platos acostumbra el paladar rápido
a la misma, pero se devoró con placer pecaminoso porque estaba
riquísima. Ha sido una experiencia de grata satisfacción y sorpresa
en un lugar clásico de la ciudad pero sin clasismo, asequible al
bolsillo si se trabaja por la zona o bien para salir a comer o cenar
a la carta con una buena relación calidad-precio que se complementa
con la profesionalidad del personal que se traslada a los detalles en
la mesa, tanto es así que no pudimos refrenar la tentación de
meternos un chusco de pan de recuerdo, tal vez un vano intento de
prolongar una fartura como Dios manda y a once aurelios el menú...
Si
tenéis oportunidad, o hacéis escala de crucero a ninguna parte, en
Gijón, La Taberna Zíngara es un buen sitio para comer o cenar .The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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