Cuando se habla del
estigma en las personas con problemas de salud mental, suele
recurrirse al sensacionalismo de los medios ante un suceso
protagonizado por una de esas personas o reportajes breves mostrando
a la audiencia lo grotesco de la vida y la vivienda de esas personas.
Pero duele más, y mata, que ocurra entre los y las profesionales de
la cosa mental...
La paciente ingresó
voluntaria por una dolencia ajena a la salud mental, pero manifestó
que oía ruidos y fue donde firmó su sentencia de muerte sin saberlo
porque el estigma se manifestó en forma de juzgar en base a que un
familiar padece esquizofrenia y oir cosas es signo inequívoco de
delirio...La muy inocente, manifestó su deseo de coger el alta y ante tal insubordinación y dada su supuesta condición de loca, inapelable para el personal médico que la atendió, su ingreso se transformó en involuntario y fue amarrada a la cama de pies y manos. Desconozco si la dejaron desnuda a la vista de todo el mundo, si pasó sed, si gritaba pidiendo ser escuchada...
La tuvieron en el eufemismo de contención mecánica 75 horas y pasado ese tiempo, estresada, desorientada y asustada, la paciente murió atada como un ciervo al capó de un coche, amarrada de pies y manos sin que nadie quisiera escuchar como decía desesperadamente que no estaba loca, que era otra cosa...
Miro el humo del cigarrillo y una lágrima se desliza en algún lugar de la oscuridad.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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