Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a la peluquería
El
viajero mira la hora, esa hora maldita de la tarde donde aún es
temprano y no parece tarde. Pero gusta el viajero de llegar un poco
antes para ojear la prensa y comerse un caramelo que tiene siempre
para sus clientes el peluquero...
Ha
cambiado el tiempo y de cielo despejado en la víspera se ha pasado a
cielo encapotado, vestido de tonos grises y bajada de las
temperaturas, como si el invierno librara una última escaramuza
antes de rendirse a la primavera. Hay obras en el pavimento, poca
gente de paseo, pocos parroquianos en la cafetería donde el viajero
devora un churro recién hecho que le han puesto con el cafelito.
Está calentito y bañado en azúcar y siente el viajero en su
paladar el sabor de antaño, de aromas a churros y fritanga con la
música de las atracciones de fondo, donde el viajero no es tan alto
y le acompañan rostros que ya no están en este mundo. Se maravilla
el viajero una vez más de cómo el sentido del gusto y del olfato
atrapan los recuerdos, más nítidos que ver una fotografía,
dinámicos lo cual aumenta ese pequeño instante de desasosiego
cuando el viajero vuelve a la realidad, rodeado de extraños en un
extraño bar, piensa el viajero mientras apura el cafelito y se quita
la tristeza, al menos se la guarda porque siempre le acompaña...Apura el peluquero la faena del cliente mientras el viajero se aposienta, se mete un caramelo en la boca y se dispone a mirar una de las múltiples revistas que hay a disposición del cliente en la mesa, situada acogedora junto con un sofá de dos plazas, logrando un micro ambiente de agradable sala de espera. No le da tiempo al viajero a detenerse en un artículo concreto de la revista cuando es llamado a sentarse para su corte de pelo. Lo de siempre pregunta el peluquero sabedor de la respuesta del viajero, que se mira al espejo tratando de notar deterioro en el rostro, pero es el deterioro de siempre que nunca es el mismo, parece escupir al viajero el espejo a modo de reproche. ..
El peluquero es jornalero de su oficio, poco hablador si el cliente no habla, dicharachero si hay conversación, siempre atento y nunca impertinente, pero el viajero no es de hablar, sabe poco de fútbol, sabe mucho de nada y a veces se olvida de lo que pasa, abstraído en sus pensamientos. Cuando se da cuenta, tiene el viajero su cabeza en remojo y antes de darse cuenta ya está en manos del secador. El peluquero es atento con sus clientes y, tras dar un rápido cepillado, amablemente acerca la chaqueta para que el cliente meta las mangas, trato dieciochesco piensa el viajero, que sale a la calle con su nuevo corte de pelo, que es el viejo corte de siempre, con algo más de frente...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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