The Adversiter Chronicle

martes, 23 de abril de 2019

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre


Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro: La Resistencia
Autor: Agnés Humbert
Editorial: R. B. A. Libros S. A.
Traducción: Mario Merlino
Edición: Noviembre 2008

Visitamos hoy el escenario de la ocupación alemana con el género de los diarios. Sin duda, nos viene a la mente cuando pensamos en diarios de la II Guerra Mundial el diario de Ana Frank, pero la obra que traemos hoy ocupa un lugar destacado al lado del ya citado. Veremos a través de los ojos de una mujer cuyas profundas convicciones políticas la llevan a desde el primer momento de la ocupación oponerse a la misma. Capturada, es enviada a trabajos forzados en Alemania y nos sumerge en el mundo del trabajo esclavo, del trato dado a trabajadoras que eran vitales en la industria y por tanto no se buscaba su exterminio aunque tampoco se hacía mucho para que sobrevivieran soportando el trato inhumano y caprichoso de sus guardianes...

Agnés Humbert (1894-1963), historiadora del arte, trabajó en el Museo Nacional de Artes y Tradiciones Populares. Formó parte de los fundadores del primer movimiento de resistencia en zona ocupada. Creó un diario clandestino, Resistance, durante los años 1940 y 1941, hasta que fue detenida. Humbert fue condenada a muerte pero su pena conmutó a cinco años de deportación. Vivió el presidio y los trabajos forzados hasta que fue liberada por la avanzadilla norteamericana y participó en la `caza del nazi´ en Wanfried en Hesse en 1945.
Datos sacados de la contraportada y sin más verborrea, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:

La autora del diario...
Agnés Humbert era, al estallar la guerra, una mujer de cuarenta y tres años, divorciada y con dos hijos. Culta e intelectual, licenciada en Letras con diplomas de posgrado en filosofía y en etnografía, con un libro publicado sobre el pintor Louis David, trabaja en el Museo Nacional de Artes y Tradiciones Populares. Es también una mujer de profundo compromiso político como militante antifascista. Imparte clases en la Universidad Obrera, colabora activamente -con pseudónimo- en la revista `La vie Ouvrière´ y tras un viaje a la URSS en el año 1939 se adhiere a la causa comunista. Pero como se podrá comprobar en el texto, Agnés Humbert es sobre todo una persona de fuerte carácter, enérgica, entusiasta, de extrema lucidez y de férreas convicciones.”

El caos de la derrota...
Vicq-sur-Breuil, 20 de junio de 1940
¡Han tomado París! ¡París es alemán! ¡Teníamos que asimilar ese hecho monstruoso, teníamos que comprender, porque era verdad...!
En la gasolinera militar de Limoges, esperamos turno durante varias horas. Pasaron encima de nosotros seis grandes bombarderos. Sabía muy bien lo que ocurriría si caía una bomba en este enorme depósito. Pero ahora todo me da igual, estoy demasiado cansada, con muy poco ánimo. Ya no siento nada, ni miedo ni recelo de ninguna clase. Estoy embotada. Estaciona, delante de nosotros, una ambulancia militar. Aún me quedan dos naranjas; ¿no tendrán sed los heridos? Por la portezuela entreabierta, veo el interior del camión sanitario. En el suelo, ropa de mujer y dos botellas de champán vacías. Una mujer está tumbada en la litera, con combinación de satén de crespón de color verde jade llena de encajes, su barbilla embadurnada de sudor y de maquillaje. Se la ve abotagada. Duerme. Está borracha, su compñaero gesticula y habla alto. Necesita gasolina ya, cuanto antes. Es lo que nuestras ambulancias transportan cuando nuestros heridos sucumben por falta de cuidados.”

Resistencia...
París, 23 de septiembre de 1940
Las cosas van aún mejor y más rápidas de lo que pensaba. ¡El misterioso ciclostil del que nos hablaba Cassou la semana pasada no era otro que el del museo del Hombre! Vio al doctor Rivet. `Trabajan´ en el museo del Hombre. Ya han difundido la muy hermosa carta abierta del doctor Rivet al mariscal Pétain, en la que todo lo que le reprochamos al mariscal se expresa de una manera elegante, mesurada y firme. Casson nos reparte un centenar de ejemplares de esta carta para que la distribuyamos inmediatamente. Me ha pedido cita para que hable con el doctor. El hecho de que mi despacho se encuentre en el palacio de Chaillot me facilita enormemente la tarea. Un teléfono interior conecta el museo de Artes y Tradiciones Populares con el museo del Hombre. ¡La ocasión es nuestra!”

Detenciones...
París, marzo de 1941
Ya no hay dudas de que han detenido a nuestro amigo Ithier. Le ha escrito a la gerente del hotel, Mme. B., para que le envíe libros. Pillado seguramente en la frontera, con tres ingleses, unos documentos militares y la correspondencia, incluida la mía con Friedman. El caso de Ithier parece pintar muy mal. Estamos seguros de él, no hablará. Mis cartas llevaban el nombre y la dirección de Friedmann. Por consiguiente, él también aparece comprometido; sin embargo, lo que le escribo es inteligible sólo para él. Todos los nombres son falsos, nuestra organización se llama Cercle Alain Fournier, nombre con el que nos pusimos un día de acuerdo, por si los Fritz curiosos llegaban a preguntarse la razón de nuestras reuniones. Somos admiradores de Alain Fournier y queremos honrar la memoria del gran escritor de diversas maneras, especialmente publicando una recopilación de algunas cartas de él. La idea de dar este nombre a nuestra `cofradía´ surgió, naturalmente, del hecho de que nos reuníamos sobre todo en el despacho de los Émile-Paul, editores del Grand `Meaulnes´.”

La prisión de Cherche-Midi, 17 de abril de 1941...
El segundo día me pareció más largo, nada para leer. Ningún trabajo manual. Calculo que mi celda tiene 1,60 por 2,40 metros. Tumbada en el camastro, sueño despierta. Estoy con todos mis amigos. Hasta ahora, creo que no he dicho ninguna palabra que pueda perjudicarlos. He ahí mi única ambición: no causarles ninguna molestia. Invento falsas historias y preparo respuestas a las preguntas que puedan eventualmente hacerme. Todas mis invenciones parecen encadenarse y son bastante verosímiles. La falta de papel y de bolígrafo me irrita sobremanera, pero estoy casi segura de que mis `historias´se sostienen. Por cierto, nunca me quedo más de diez minutos seguidos tumbada. Cada vez que se acercan las botas a mi puerta, me levanto... Y surge cien veces la misma pregunta: ¿quién me interrogará? ¿Cuándo tendrá lugar el próximo interrogatorio...? Esta gimnasia física y moral me pone sin duda los nervios de punta. Oigo todas las voces del pasillo, las que puedo oir en el patio, ninguna responde al nombre de Yvonne Oddon. Evidentemente, no está en mi sección: ¿estará realmente en Cherche-Midi? ¿Dónde están Vildé, Lewitsky y Gosse? ¿Qué tormentos les hacen soportar?”

La justicia de la ocupación...
Prisión de Fresnes, 9 de enero de 1942
El mismo `juego´de ayer. Interrogatorio sobre la identidad de cada cual y presentación de los acusados al fiscal por parte del presidente. Le dice que tiene que juzgar a dieciocho `nacionalistas´ franceses. La palabra `nacionalista´ me resulta divertida. ¡Jamás pensé que oiría aplicar ese calificativo! El presidente destaca que, de los dieciocho, diez de nosotros tenían identidades falsas. Hace de los hombres un elogio sorprendente, especialmente de Vildé. Atrae la atención sobre el hecho de que Vildé ha tenido la fuerza moral de estudiar sánscrito y japonés desde que está en la cárcel. Volviéndose hacia nosotros, nos comunica sus sentimientos respetuosos para todos. Sabe, dice, que nos hemos comportado como buenos franceses y que su duro deber es dirigirse a nosotros en alemán. Añade que da por supuesto que en un año hemos podido juzgar por nosotros mismos la estima demostrada por el régimen que nos ha condenado a prisión... creo que todos nos hemos permitido, creo, poner en cuestión (mental, desde luego) dicha estima, ya que hasta ahora no hemos tenido conciencia de haber recibido un trato de favor.”

Trabajadora forzosa...
Krefeld, junio de 1942
Al pasar por la calle, dos chiquillos se sorprenden por nuestro aspecto miserable, y uno le pregunta al otro de dónde vienen estas pobres mujeres. Hemos oído al mayor de los niños responderle que su madre le había explicado que éramos refugiadas... a quienes les habían bombardeado la casa. Por el momento nos habían dado una ropa muy fea, pero trabajábamos en la fábrica y pronto tendríamos una ropa bonita y unos magníficos zapatos como todo el mundo... Esos chicos son raros. Si los adultos nos miran generalmente con bondad, los niños a menudo nos insultan y tiran piedras; de todos modos, hasta ahora no se ha dado ningún incidente serio...”

Breves pinceladas de un diario que abarca las vivencias de la autora hasta abril de 1945. Un viaje al sistema nazi de trabajos forzados y de las deportaciones a la vez que un manifiesto de fuerza moral y voluntad de la autora. Es una visión de la guerra mundial y de la ocupación alemana, de cómo gente corriente se alza contra el totalitarismo y se organiza, un sentimiento patriótico que logra dignidad en un sistema diseñado para arrebatar la misma y resignarse a una vida de esclavitud. Lejos de imágenes violentas, la violencia se palpa y se destila, la violencia de los guardianes, la violencia entre deportados y la violencia final en organizarse para cazar a los nazis responsables. Libro imprescindible para amantes de la historia de las guerras mundiales y manifiesto de fortaleza ante la adversidad cuando la muerte se convierte en algo cotidiano y la única salida aparente una vez entrabas en el sistema de trabajadores forzosos y las deportaciones.
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/
 

 
 
 

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