Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: La
Resistencia
Autor:
Agnés Humbert Editorial: R. B. A. Libros S. A.
Traducción: Mario Merlino
Edición: Noviembre 2008
Visitamos
hoy el escenario de la ocupación alemana con el género de los
diarios. Sin duda, nos viene a la mente cuando pensamos en diarios de
la II Guerra Mundial el diario de Ana Frank, pero la obra que traemos
hoy ocupa un lugar destacado al lado del ya citado. Veremos a través
de los ojos de una mujer cuyas profundas convicciones políticas la
llevan a desde el primer momento de la ocupación oponerse a la
misma. Capturada, es enviada a trabajos forzados en Alemania y nos
sumerge en el mundo del trabajo esclavo, del trato dado a
trabajadoras que eran vitales en la industria y por tanto no se
buscaba su exterminio aunque tampoco se hacía mucho para que
sobrevivieran soportando el trato inhumano y caprichoso de sus
guardianes...
Agnés
Humbert (1894-1963), historiadora del arte, trabajó en el Museo
Nacional de Artes y Tradiciones Populares. Formó parte de los
fundadores del primer movimiento de resistencia en zona ocupada. Creó
un diario clandestino, Resistance,
durante los años 1940 y 1941, hasta que fue detenida. Humbert fue
condenada a muerte pero su pena conmutó a cinco años de
deportación. Vivió el presidio y los trabajos forzados hasta que
fue liberada por la avanzadilla norteamericana y participó en la
`caza del nazi´ en Wanfried en Hesse en 1945.
Datos
sacados de la contraportada y sin más verborrea, unas breves reseñas
que os inciten a su apasionante lectura:
La
autora del diario...
“Agnés
Humbert era, al estallar la guerra, una mujer de cuarenta y tres
años, divorciada y con dos hijos. Culta e intelectual, licenciada en
Letras con diplomas de posgrado en filosofía y en etnografía, con
un libro publicado sobre el pintor Louis David, trabaja en el Museo
Nacional de Artes y Tradiciones Populares. Es también una mujer de
profundo compromiso político como militante antifascista. Imparte
clases en la Universidad Obrera, colabora activamente -con
pseudónimo- en la revista `La vie Ouvrière´ y tras un viaje a la
URSS en el año 1939 se adhiere a la causa comunista. Pero como se
podrá comprobar en el texto, Agnés Humbert es sobre todo una
persona de fuerte carácter, enérgica, entusiasta, de extrema
lucidez y de férreas convicciones.”
“Vicq-sur-Breuil, 20 de junio de 1940
¡Han tomado París! ¡París es alemán! ¡Teníamos que asimilar ese hecho monstruoso, teníamos que comprender, porque era verdad...!
En la gasolinera militar de Limoges, esperamos turno durante varias horas. Pasaron encima de nosotros seis grandes bombarderos. Sabía muy bien lo que ocurriría si caía una bomba en este enorme depósito. Pero ahora todo me da igual, estoy demasiado cansada, con muy poco ánimo. Ya no siento nada, ni miedo ni recelo de ninguna clase. Estoy embotada. Estaciona, delante de nosotros, una ambulancia militar. Aún me quedan dos naranjas; ¿no tendrán sed los heridos? Por la portezuela entreabierta, veo el interior del camión sanitario. En el suelo, ropa de mujer y dos botellas de champán vacías. Una mujer está tumbada en la litera, con combinación de satén de crespón de color verde jade llena de encajes, su barbilla embadurnada de sudor y de maquillaje. Se la ve abotagada. Duerme. Está borracha, su compñaero gesticula y habla alto. Necesita gasolina ya, cuanto antes. Es lo que nuestras ambulancias transportan cuando nuestros heridos sucumben por falta de cuidados.”
Resistencia...
“París,
23 de septiembre de 1940
Las
cosas van aún mejor y más rápidas de lo que pensaba. ¡El
misterioso ciclostil del que nos hablaba Cassou la semana pasada no
era otro que el del museo del Hombre! Vio al doctor Rivet. `Trabajan´
en el museo del Hombre. Ya han difundido la muy hermosa carta abierta
del doctor Rivet al mariscal Pétain, en la que todo lo que le
reprochamos al mariscal se expresa de una manera elegante, mesurada y
firme. Casson nos reparte un centenar de ejemplares de esta carta
para que la distribuyamos inmediatamente. Me ha pedido cita para que
hable con el doctor. El hecho de que mi despacho se encuentre en el
palacio de Chaillot me facilita enormemente la tarea. Un teléfono
interior conecta el museo de Artes y Tradiciones Populares con el
museo del Hombre. ¡La ocasión es nuestra!”
Detenciones...
“París,
marzo de 1941Ya no hay dudas de que han detenido a nuestro amigo Ithier. Le ha escrito a la gerente del hotel, Mme. B., para que le envíe libros. Pillado seguramente en la frontera, con tres ingleses, unos documentos militares y la correspondencia, incluida la mía con Friedman. El caso de Ithier parece pintar muy mal. Estamos seguros de él, no hablará. Mis cartas llevaban el nombre y la dirección de Friedmann. Por consiguiente, él también aparece comprometido; sin embargo, lo que le escribo es inteligible sólo para él. Todos los nombres son falsos, nuestra organización se llama Cercle Alain Fournier, nombre con el que nos pusimos un día de acuerdo, por si los Fritz curiosos llegaban a preguntarse la razón de nuestras reuniones. Somos admiradores de Alain Fournier y queremos honrar la memoria del gran escritor de diversas maneras, especialmente publicando una recopilación de algunas cartas de él. La idea de dar este nombre a nuestra `cofradía´ surgió, naturalmente, del hecho de que nos reuníamos sobre todo en el despacho de los Émile-Paul, editores del Grand `Meaulnes´.”
La
prisión de Cherche-Midi, 17 de abril de 1941...
“El
segundo día me pareció más largo, nada para leer. Ningún trabajo
manual. Calculo que mi celda tiene 1,60 por 2,40 metros. Tumbada en
el camastro, sueño despierta. Estoy con todos mis amigos. Hasta
ahora, creo que no he dicho ninguna palabra que pueda perjudicarlos.
He ahí mi única ambición: no causarles ninguna molestia. Invento
falsas historias y preparo respuestas a las preguntas que puedan
eventualmente hacerme. Todas mis invenciones parecen encadenarse y
son bastante verosímiles. La falta de papel y de bolígrafo me
irrita sobremanera, pero estoy casi segura de que mis `historias´se
sostienen. Por cierto, nunca me quedo más de diez minutos seguidos
tumbada. Cada vez que se acercan las botas a mi puerta, me levanto...
Y surge cien veces la misma pregunta: ¿quién me interrogará?
¿Cuándo tendrá lugar el próximo interrogatorio...? Esta gimnasia
física y moral me pone sin duda los nervios de punta. Oigo todas las
voces del pasillo, las que puedo oir en el patio, ninguna responde al
nombre de Yvonne Oddon. Evidentemente, no está en mi sección:
¿estará realmente en Cherche-Midi? ¿Dónde están Vildé, Lewitsky
y Gosse? ¿Qué tormentos les hacen soportar?”
La
justicia de la ocupación...
El
mismo `juego´de ayer. Interrogatorio sobre la identidad de cada cual
y presentación de los acusados al fiscal por parte del presidente.
Le dice que tiene que juzgar a dieciocho `nacionalistas´ franceses.
La palabra `nacionalista´ me resulta divertida. ¡Jamás pensé que
oiría aplicar ese calificativo! El presidente destaca que, de los
dieciocho, diez de nosotros tenían identidades falsas. Hace de los
hombres un elogio sorprendente, especialmente de Vildé. Atrae la
atención sobre el hecho de que Vildé ha tenido la fuerza moral de
estudiar sánscrito y japonés desde que está en la cárcel.
Volviéndose hacia nosotros, nos comunica sus sentimientos
respetuosos para todos. Sabe, dice, que nos hemos comportado como
buenos franceses y que su duro deber es dirigirse a nosotros en
alemán. Añade que da por supuesto que en un año hemos podido
juzgar por nosotros mismos la estima demostrada por el régimen que
nos ha condenado a prisión... creo que todos nos hemos permitido,
creo, poner en cuestión (mental, desde luego) dicha estima, ya que
hasta ahora no hemos tenido conciencia de haber recibido un trato de
favor.”
Trabajadora
forzosa...
“Krefeld,
junio de 1942
Al
pasar por la calle, dos chiquillos se sorprenden por nuestro aspecto
miserable, y uno le pregunta al otro de dónde vienen estas pobres
mujeres. Hemos oído al mayor de los niños responderle que su madre
le había explicado que éramos refugiadas... a quienes les habían
bombardeado la casa. Por el momento nos habían dado una ropa muy
fea, pero trabajábamos en la fábrica y pronto tendríamos una ropa
bonita y unos magníficos zapatos como todo el mundo... Esos chicos
son raros. Si los adultos nos miran generalmente con bondad, los
niños a menudo nos insultan y tiran piedras; de todos modos, hasta
ahora no se ha dado ningún incidente serio...”
Breves
pinceladas de un diario que abarca las vivencias de la autora hasta
abril de 1945. Un viaje al sistema nazi de trabajos forzados y de las
deportaciones a la vez que un manifiesto de fuerza moral y voluntad
de la autora. Es una visión de la guerra mundial y de la ocupación
alemana, de cómo gente corriente se alza contra el totalitarismo y
se organiza, un sentimiento patriótico que logra dignidad en un
sistema diseñado para arrebatar la misma y resignarse a una vida de
esclavitud. Lejos de imágenes violentas, la violencia se palpa y se
destila, la violencia de los guardianes, la violencia entre
deportados y la violencia final en organizarse para cazar a los nazis
responsables. Libro imprescindible para amantes de la historia de las
guerras mundiales y manifiesto de fortaleza ante la adversidad cuando
la muerte se convierte en algo cotidiano y la única salida aparente
una vez entrabas en el sistema de trabajadores forzosos y las
deportaciones.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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