The Adversiter Chronicle

martes, 24 de julio de 2018

"Memorias de La Transición", por Antón Rendueles


Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Asignatura de religión

Leso estos días que el catolicismo en España es protagonista de titulares, por un lado el debate de si la asignatura de religión debe puntuar como el resto de las asignaturas y por el otro el siempre pendiente tema de qué hacer con El Valle de Los Caídos así como sacar del mismo los restos del dictador a lo que la familia se opone y busca amparo en la Iglesia.

Tuve la suerte o la desgracia de que no me tocara la época del nacional-catolicismo en la escuela, pertenezco a la generación de la EGB y por entonces la asignatura de religión, la católica, apostólica y romana, fuera una asignatura más. No tengo especial recuerdo de los profesores y profesoras que la impartían durante aquella época de mi niñez, pero recuerdo la catequesis para la primera comunión y mis recuerdos se funden en uno donde se mezclan el aburrimiento, lo absurdo de las respuestas del Catecismo y tener que memorizar éstas y las preguntas. Ya en bachillerato la asignatura era un trámite que se solventaba acudiendo a las clases, comportamiento correcto y simulacros de examen porque sabíamos que aprobaríamos...

Lo malo de las religiones es que si no eres creyente su conocimiento resulta decepcionante y demasiado humanas para ser divinas. La Iglesia ha ordenado y mandado durante siglos pero ha sido la democracia quien ha traído prosperidad y desarrollo aunque sin desterrar las guerras. Por ello considero más importante educar en valores democráticos que en cerriles fanatismos religiosos, pero es mi opinión que es un voto...

Del Valle de Los Caídos recuerdo haber estado de niño y me acuerdo de un par de rancias fotos que atestiguan que estuve allí. Era parada obligatoria en los viajes de vacaciones si pasabas por Madrid pero se ha convertido en lugar de culto al fascismo y como creyente en la democracia es hora de cerrar la Transición con el desmantelamiento de un monumento cuyos cimientos se hunden en la sangre derramada en la Guerra Civil. Hablan de hacerlo museo de la guerra, pero antes hay que erradicar el culto fascista y posiblemente dinamitar la colosal cruz que lo preside, se hizo en Alemania con la cruz gamada y necesita hacerse en España con esa falsa cruz cristiana...

Miro la silla de ruedas y medito aquellos tiempos donde una neblina gris de sotana y sacristía sobrevolaba el ambiente donde se desarrollaba mi niñez y visto ahora en la distancia, los problemas actuales parecen fácilmente superables si nuestros mayores pudieron y supieron limpiar de sangre de la guerra nuestras vidas. Es mi generación quien cerrará el libro de La Transición y ello pasa por poner a la religión dentro de su ámbito y los restos del dictador fuera de su monumento a la victoria y derrota de los españoles. Podemos y debemos hacerlo, sin excusas o argumentos ya caducos. Hace tiempo que los protagonistas han muerto pero nos empeñamos en tenerlos vivos cuando el tiempo hace su inexorable paso y el mundo ya no es aquel mundo donde se buscó el consenso y la paz social pero ambos valores siguen y han de seguir vigentes porque lo contrario nos llevaría de nuevo a la guerra y el odio al vecino que justifica el derramamiento de sangre, ya sea por política o religión...

Algunas cosas nunca cambian y no somos capaces, o no queremos, de cambiarlas.
Antón Rendueles

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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