Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Asignatura de religión
Leso
estos días que el catolicismo en España es protagonista de
titulares, por un lado el debate de si la asignatura de religión
debe puntuar como el resto de las asignaturas y por el otro el
siempre pendiente tema de qué hacer con El Valle de Los Caídos así
como sacar del mismo los restos del dictador a lo que la familia se
opone y busca amparo en la Iglesia.
Tuve
la suerte o la desgracia de que no me tocara la época del
nacional-catolicismo en la escuela, pertenezco a la generación de la
EGB y por entonces la asignatura de religión, la católica,
apostólica y romana, fuera una asignatura más. No tengo especial
recuerdo de los profesores y profesoras que la impartían durante
aquella época de mi niñez, pero recuerdo la catequesis para la
primera comunión y mis recuerdos se funden en uno donde se mezclan
el aburrimiento, lo absurdo de las respuestas del Catecismo y tener
que memorizar éstas y las preguntas. Ya en bachillerato la
asignatura era un trámite que se solventaba acudiendo a las clases,
comportamiento correcto y simulacros de examen porque sabíamos que
aprobaríamos...
Lo
malo de las religiones es que si no eres creyente su conocimiento
resulta decepcionante y demasiado humanas para ser divinas. La
Iglesia ha ordenado y mandado durante siglos pero ha sido la
democracia quien ha traído prosperidad y desarrollo aunque sin
desterrar las guerras. Por ello considero más importante educar en
valores democráticos que en cerriles fanatismos religiosos, pero es
mi opinión que es un voto...
Del
Valle de Los Caídos recuerdo haber estado de niño y me acuerdo de
un par de rancias fotos que atestiguan que estuve allí. Era parada
obligatoria en los viajes de vacaciones si pasabas por Madrid pero se
ha convertido en lugar de culto al fascismo y como creyente en la
democracia es hora de cerrar la Transición con el desmantelamiento
de un monumento cuyos cimientos se hunden en la sangre derramada en
la Guerra Civil. Hablan de hacerlo museo de la guerra, pero antes hay
que erradicar el culto fascista y posiblemente dinamitar la colosal
cruz que lo preside, se hizo en Alemania con la cruz gamada y necesita hacerse en
España con esa falsa cruz cristiana...
Miro
la silla de ruedas y medito aquellos tiempos donde una neblina gris
de sotana y sacristía sobrevolaba el ambiente donde se desarrollaba
mi niñez y visto ahora en la distancia, los problemas actuales
parecen fácilmente superables si nuestros mayores pudieron y
supieron limpiar de sangre de la guerra nuestras vidas. Es mi
generación quien cerrará el libro de La Transición y ello pasa por
poner a la religión dentro de su ámbito y los restos del dictador
fuera de su monumento a la victoria y derrota de los españoles.
Podemos y debemos hacerlo, sin excusas o argumentos ya caducos. Hace
tiempo que los protagonistas han muerto pero nos empeñamos en
tenerlos vivos cuando el tiempo hace su inexorable paso y el mundo ya
no es aquel mundo donde se buscó el consenso y la paz social pero
ambos valores siguen y han de seguir vigentes porque lo contrario nos
llevaría de nuevo a la guerra y el odio al vecino que justifica el
derramamiento de sangre, ya sea por política o religión...
Algunas
cosas nunca cambian y no somos capaces, o no queremos, de cambiarlas.
Antón
RenduelesThe Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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