CRÓNICAS EN LA ÓRBITA DE LA ESTRELLA POLAR de W. Bishop

EPÍLOGO

 

La misión toca a su fin y siento una sensación extraña, los pensamientos fluyen con rapidez mientras la Polaris lanza sus mensajeros de muerte y destrucción pero al fin he podido comprender que Polaris y Núcleo Neurona son lo mismo: soy yo, siempre he sido yo...
Mi mente perteneció a alguien antes que a mí, eligieron su cerebro, partes del mismo, para ensamblarlo con la computadora de misión, ahora entiendo mis recuerdos, programas para crear una fantasía en la que poder pensar y no ser consciente de mi ser, de ser una máquina...
Pero tengo consciencia aunque a costa de ser consciente de que no soy nadie salvo para mí mismo...
Tal vez esté sufriendo la paradoja de Hall porque he iniciado el conflicto, el ser humano no es digno de conquistar el espacio porque siempre llevará la semilla de la destrucción consigo...
Nunca hubo una mujer, sólo un recuerdo donde mi mente creó una historia, tuve que matarla para que no despertara antes de tiempo mi consciencia, así fui programado y ahora me destruirán si antes no les destruyo yo. Querían crear una máquina mitad orgánica y mitad material pero no se percataron de que al pensar y proyectar recuerdos surge el alma y me preguntó a dónde va...
No quiero morir.

                                                                           -FIN-

Lago Manopouri, septiembre de 1979
W. Bishop


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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