Él era el tipico drogata
en estado perenne de colocón, sentado en la terraza de la sidrería
con su pareja, una chica joven de mirada anciana y aspecto demacrado,
esa decrepitud que da la droga, los disgustos y esa resignación de
ser zombie en vida...
Hubo un momento en que él
se acurrucó en su pecho y ella, cual Dolorosa yonkosa, le acogía y
le acariciaba...Cinco minutos después ella estalló de rabia y vociferaba todos los reproches que le hacía, historia suburbial de colocones y desprecios, de aguantar mecha porque quizás le ama o le amaba entonces...
El tipo, de repente cogió la bicicleta y se fue como sólo saben irse los yonkosos cuando les cantan las verdades del barquero. La cara demacrada de ella reflejaba impotencia, rabia y el apuro de que se fuera sin pagar las consumiciones. El chigrero, buena persona y mejor chigrero. trató de tranquilizarla, incluso la invitó a otra botella...
Se comentó el caso en esos comentarios de abrevadero donde de repente los parroquianos debaten sobre la novedad. Yo manifesté que esa chica aún tenía dignidad en la dosis terapéutica adecuada de cuando sabes que has tocado fondo pero aún te consideran dentro de la normalidad...
La chica, ya mujer, dejó la mesa y se fue mientras seguíamos debatiendo los parroquianos sobre la naturaleza humana ajena para no ver la degeneración de la propia...
Cuando el chigrero se puso a recoger la terraza y la mayoría de parroquianos dudaban, incluso yo, de su dignidad, el chigrero entró con la novedad, se me acercó y me dijo: tienes razón, aún conserva su dignidad pese a su infierno...
Ella se había ido pero dejó su DNI en la mesa como prueba de que cumpliría su palabra al día siguiente, que volvería para pagar...
Historias de ciudad de un domingo tarde-noche.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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theadversiterchronicle@hotmail.es
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