The Adversiter Chronicle

miércoles, 16 de agosto de 2017

"Manual del Buen Comer", por el profesor T. A. Rambaina


Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

GALLETAS CON CAFÉ

Tratamos hoy en MBC de un clásico de los menús de supervivencia en caso de crisis recesiva o recesión crítica, como la que nos toca vivir, que no es otro que las galletas con café y leche. Marcas variadas, de distintas características tanto al tueste como a las propiedades llegando algunas superficies a vender auténticos laxantes galleteros bajo la denominación de digestivas y que deberían constar de prospecto anunciando la cagalera consiguiente...

-¿Sigue vigente la vitola de clásico para este plato a base de galletas y café con leche, ein?

-Apunta usted, muy atinadamente, lo de plato porque si bien es desayuno universal aquí nos referimos como plato de menú, ya sea comida, cena o merienda cena. Por otra parte, y hay que agradecerlo y reconocer el mérito, la industria galletera ha contribuido a popularizar su ingesta gracias a las galletitas que nos dan de acompañamiento en las cafeterías, bares, garitos y tugurios fuera de horarios de desayuno y son multitud los ejecutivos, agentes comerciales y población activa en estado de inactividad que no sólo calman el hambre a base de cafelitos y galletitas que en no pocos casos se acopian y se llevan al domicilio como complemento a la dieta... Sigue vigente y ahora más que nunca gracias, como digo, a la miniaturización de las galletas y servirlas de acompañamiento sin costo para el cliente.

-¿Podría darse veracidad a la teoría conspiranoica de que esas galletitas llevan componentes adictivos que nos hacen comprarla luego en el supermercado?

-Por supuesto, Skizo´s, por supuesto. Toda repostería industrial digna de llamarse así ha de llevar entre sus ingredientes sustancias adictivas pero como he dicho en alguna ocasión anterior llevamos tanto tiempo consumiendo mierda que ya nos sabe a gloria y podríamos sufrir síndrome de abstinencia sin nuestras dosis diarias de grasas polisaturadas, azúcares y bebidas calóricas. Por otra parte en nuestra sociedad sumergida de lleno en el consumismo andar con estos remilgos de si lleva tal o lleva cual sólo son refalfies de consumidor mal acostumbrado... ¡Refalfies y sólo refalfies!

Por supuesto profesor! ¡En Occidente, y aledaños occidentalizados, la comida industrial no sólo no mata sino que engorda, tanto las lorzas de los consumidores como el bolsillo de los fabricantes...!

-El hecho es que esas galletitas inducen al consumo de sus hermanas mayores y no deja de ser una estratagema del manual del consumismo: el producto ha de garantizar la fidelidad del usuario. Así que es una polémica absurda polemizar sobre sustancias o alteraciones genéticas. Sea como sea, y respondo a su pregunta inicial, el plato de galletas con café es ya un clásico de la dieta diurna y nocturna cuando no ambas tres si incluimos el desayuno.

-¿Qué características ha de tener una galleta para tomarla con el café?

-Por supuesto depende del comensal o comensales. Si el consumo se circunscribe al consumidor o su parentela no hay mayor problema, el cual surge cuando hay vitas gorronas y encima exigiendo. Pero hay tres características generales, la primera que la galleta nos guste, fundamental porque puede que nos guste la galleta sola sin mojar y aquí la segunda característica no sería de norma obligada: la consistencia al mojar. Mojar la galleta es todo un arte porque además de depender de si el comensal la moja a medias, en su totalidad salvo donde se coge con los dedos o triturarla en el café, depende del tipo de leche y de la galleta. Las hay que se parten, las hay que hay que remojarlas un minuto y finalmente al machacar en la taza o vaso con el café puede acabar convirtiéndose en un lodo grumoso y espeso. Pero fundamentales que se cumplan el que nos guste y la consistencia al mojar.

-¿Y la tercera?

-Que no estén revenidas y chuchurrías por no cerrarlas adecuadamente. Son muchas las galletas que acaban en el contenedor de la basura o en el estómago de las mascotas porque tras saciar el hambre no cerramos adecuadamente el paquete o caja. Lo mejor es comérselas de un tirón porque el cartucho de plástico no es reutilizable y acabamos poniendo una pinza pero con medio perimetro abierto que hace que la galleta se chuchurrie y aunque se pueden consumir perfectamente, unas galletas blandas, revenidas y chuchurrías no son apetecibles. A veces ni la mascota es capaz de tragarlas si es de paladar sibarita.

-¿Algún apunte final, querido profesor?

-Que se puede comer o cenar perfectamente unas galletas con café sin menoscabo de desayunarlas y aunque resulte monótono de continuo nos puede servir para guardar las apariencias de bien alimentados y consumidores de puertas para afuera ya que combinado con el café con leche es un alimento nutritivo, saludable y que sacia. Cierto que es un plato caro para lo que estamos acostumbrados en la sección y en el peor de los casos pueden mojarse en agua, cerveza o cualquier otro líquido a mano que no sea leche, basta cerrar los ojos y pensar en otro plato para poder tragarlo sin las molestas e incordiantes arcadas, inevitables por otra parte.

-¡Sin olvidar que si se meten en pan nos queda un bocadillo cojonudo, profesor, cojonudo...!
 
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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