The Adversiter Chronicle

miércoles, 9 de agosto de 2017

"El sermón de la pradera", por el padre I. N. Mundicia


Una sección del padre I. N. Mundicia en exclusiva para The Adversiter Chronicle

¡No hay que enseñar el culo en la playa y menos las socorristas!

Otra vez, queridos feligreses, se ha instalado en nuestra sociedad el indecoro, la provocación pecaminosa y la incitación al pecado y la lujuria; todo ello con el beneplácito y la complicidad de las autoridades munícipes, autonómicas,estatales y comunitarias. Todo ello además en espacios públicos y a la vista de la infancia que acude a los arenales para solaz veraniego que deben observar y ver los culos de las socorristas como si no fuera bastante ver a bañistas casi en cueros cuando no a medio cueros enseñando lo que debería ser casto seno convertido en espectáculo de pechos feneminos al aíre...

Alguna vez os he comentado que Jesús era hijo putativo de carpintero en la era de los romanos, lujuriosos y lascivos a más no poder. Jesús, agraciado físicamente, con ingresos gracias a su oficio de carpintero que le permitirían seguramente tomarse sus vacaciones habituales cada año antes de lanzarse a predicar para ser finalmente crucificado. Jamás se le ocurrió, los romanos hubieran dejado constancia, que menudos eran los romanos para dejar constancia de las cosas y hechos acontecidos, irse a los arenales y lugares vacacionales de la época enseñando paquete o vestimentas que resaltaran sus atributos masculinos de hombre bien dotado para las artes del fornicio. Ni Él ni sus discípulos y seguidoras, y mirar bien que las seguidoras eran casquivanas siguiendo su natural instinto femenino, baste recordar a Eva y como engatusó al pobre Adán...

¡Quiénes somos nosotros y las autoridades para permitir enseñar lo que Jesús recatadamente siempre mantuvo oculto!
¡Acaso la Virgen salvo para amamantar a su hijo fue por ahí en bikini calentando las mentes de centuriones, funcionarios y soldadesca romana para conseguir favores!
¡Somos tan soberbios como para arrogarnos el derecho de enseñar nuestro cuerpo como nos plazca!
¡Es que las autoridades quieren convertir nuestra sociedad en una Sodoma y Gomorra playera en verano con las socorristas incitando a la lascivia y la lujuria con la excusa de salvar vidas!
¡Quién salva las almas una vez han sucumbido a la visión de nalgas recias y duras, turgentes y apetitosas!

No seáis cabestros, querido rebaño, no seáis cabestros. Es normal que haya accidentes en las playas si tenemos la mente obnubilada por la visión tentadora del culo de las socorristas por no hablar del alma que es quien pagará las consecuencias de nuestra incontinencia visual a cargo de los caudales públicos. Para salvar vidas en el agua no hace falta andar desnudos por la arena por mucha autoridad socorrista que se tenga. Dejaros de incitar al diablo con vuestros pensamientos y quedaros en casa que con un barreño y algo de arena de obra podemos transformar el baño en Torremolinos y alejarnos de la tentación institucionalizada que tanto daño espiritual nos hace a todos. Los socorristas han de ser masculinos y no tentadoras féminas con ropajes debidamente aprobados por Francisco y las autoridades eclesiásticas competentes como hacen los mahometanos, que se les puede tildar de terroristas y herejes, pero al menos sus mujeres son recatadas. Vale más perder una vida ahogada que salvarla de morir en el agua y su alma perdida ante la visión de pechos y culos por muy socorristas que sean.
AMEN


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/


 
 
 
                                                     

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