Con
la colaboración de Mars El
Grouchu en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
GH16: Raquel y Suso
expulsados, Vera logra mojar en México y las tribulaciones de Aritz
Resulta
evidente que un neobellotero pop como Suso es atractivo a las féminas
cuando uno se está poniendo el pijama y la parienta te escupe que
comparado con Suso estás hecho una mierda y que las lorzas son anti
estéticas para despertar la líbido femenina...
Y es
que pese a su expulsión ésta ha sido la edición del triunfo
belloteril del macho alfa que se ama a sí mismo, para el que todas
las mujeres son unas falsas y brasas tras caer rendidas a sus
encantos que jamás estarán a la altura del objeto de devoción de
su sensible corazoncito: la madre que le pario.
La
apasionante semana comenzó con la expulsión de la repescada Raquel,
desconcertante mujer por cuanto es difícil discernir cuánto hay de
tonta en su tontería con Suso o de hábil estratega que quiere
aprovechar su trocito del pastel televisivo. Lo cierto es que es una
mujer de bandera que parece abanderar una niñata al ponerse a la
altura de una niña, como dicen ahora, de dieciocho años como Sofía
que aprovechó la ausencia de la pérfida treintañera para acosar a
Suso y finalmente echarse en brazos de ese otro neobellotero pop que
es el amorfo de Ricky.
La
terna de nominaciones presentaba tres pesos pesados a votar por el
público: la pesada de Marina que tiene ese algo tétrico de hembra
alfa amazona y que basa su concurso en escuchar las turras de los
demás, chismorrear pizquitas que luego el boca a boca y riñas
posteriores logran camuflar su culpabilidad y hacer el canelo con un
muñeco de plástico. Su tatuaje es más concursante que ella como
persona.
Fue
también semana de intercambio con la edición mejicana donde vino
una fémina y el Vera se fue allá donde sin la ensombrecedora
presencia de otros machos alfa se lanzo al cuello de lo primero que
pudo y el tipo regresó una semana después intentando no despojarse
de su personalidad allá pero todos y todas se siguen riendo de él,
así lo piensa, y aquí vuelve a ser el enano entre gallos que no se
come un rosco y además dando la turra con su novia mejicana a quien
pilla por delante. Es de risa.
Lo
más destacado de la prueba sobre ultra modernos patinetes fue que
Marta se escoñó con uno de los marcos de madera del atrezzo de la
coreografía y es un placer verlo a cámara lenta...¿Saaabe?
Afortunadamente
no pasó nada grave y el marco pudo seguir usándose mientras Marta
lloraba y berraba en confesionarios y abrazos como si le hubiera
caído un piano mientras sollozaba señalando el chichón. Sigue tan
insoportable como siempre y engarrándose con todos y casi todas.
Luego
tuvimos el show de Aritz, elegido por los dioses para ser finalista,
de personalidad atractiva y generosa amén de liberal en cuanto a
arrumacos y carantoñas con el sexo no hetero, de capitán de barco
que sabe que tiene una tripulación de chiflados y él debe coger la
responsabilidad de transmitir algo de cordura...
Se ha
desquiciado completamente.
Aritz
será el gran perdedor de esta edición así como Quique quedó para
la posteridad como tonto de los cojones que por ir a misa perdió su
silla de finalista. La causa final del desquicio es que el bueno de
Han, que tiene los encantos de una concubina imperial china, le tocó
el pene estando dormido y tanto rechazo y odio súbito da que pensar:
¿será que se excitó y salió su lado hetero negando la atracción
hacia lo no hetero?
La
respuesta posiblemente sólo la tiene él, pero tras la tempestad
siempre llega la calma y tras un comportamiento que si Han fuera
mujer sería tildado de maltratador y expulsado del concurso, se
arrepiente y pide perdón y vuelve a esa extraña manera de
comportarse mimando y carantoñando a un Han que es un observador
sagaz pero que se debate entre su atracción hacia Aritz o pensar
racionalmente que éste no le merece y tiene las ideas confusas,
ideas que el, en ocasiones, repelente de Han tiene muy claras.
Marina
fue la primera salvada por los votos dejando a Suso y Sofia como
aspirantes a la expulsión y se pasaron la media hora esperando el
veredicto entre susadas y lloros de Sofía que finalmente recibió el
apoyo del público que decidieron con sus votos echar a Suso, un
concursante que ha dado, y todo parece indicar que tiene intención
de seguir hasta que pueda, el juego y la salsa de esta edición y
ejemplar máximo del hedonismo estético de una generación que sigue
destilando machismo y el encanto del macho alfa neobellotero pop.
Pero
Suso como personaje deja mucho que desear como persona y yo me lo
imagino dentro de quince años convertido en pastor evangélico
renegando de su paso por la casa y de sus gansadas de niñato patán
y mal enseñado en la igualdad de sexos. O tal vez triunfe en la tele
y se convierta en uno de esos colaboradores de tertulia, lo que no
acabará será enamorado de una mujer porque sencillamente no se fía
de ellas. Para enamorarse necesita de la verificación tribal y casi
talibán de que la candidata se sumerja en su hábitat, que pase la
aprobación de su madre y suponemos que también a poder ser, sea
virgen. Porque Suso representa ese machismo siciliano de que si yo te
seducido, otro vendrá que también te seducirá...
Suso
es de esos tipos que no se follan a sí mismos porque no puede.
Pero
el espectáculo ha sido maravilloso para el televidente, peleas,
sollozos, gritos de dolor ¿saaabe? Y un Suso al que se echará de
menos en la casa y que puestos a elegir uno preferiría que se fuera
el pánfilo concursante de Carlos. Tal vez el problema de la
generación de Suso es que ya no hay problemas para echar un polvo
pero tal vez sean infelices el día de mañana por no encontrar el
amor, porque están acostumbrados a tener sexo sin amor y no quieren
ver que puede haber amor sin sexo, resultando que jamás encontrará
Suso una mujer que pase por sus condiciones tribales salvo una que
esté sometida a las mismas desde que nació.
Suso
tiene 22 años pero podría tener 70, tal es el machismo que
destila...The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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