The Adversiter Chronicle

lunes, 28 de septiembre de 2015

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

SIN IDENTIDAD (2011)
Unknown

Hay películas que te motiva verla cuando ves que la programan, empiezas a verla y ya no hay motivación pero sigues viéndola y finalmente es algo ya visto otras veces pero te deja un buen sabor de boca porque aunque la película sea una mierda te has pasado durante su visionado unos alegres momentos que olvidas igual que olvidas la película con la anotación al margen de no revisarla porque hay cosas mejores que hacer...

 
Es lo que nos ha pasado al equipo de cata cinematográfica de The Adversiter Chronicle. Como siempre la irresistible presencia de ese actor británico que hace de norteamericano que se mete en líos o se le complica la existencia en la vieja y decrépita Europa, aunque por una vez no hay postales de París porque la acción es en Berlín...

El bueno del Lian Neeson.

Y fue Berlín quien nos motivó una vez desmotivados desde el inicio para ver una película que nos hizo rememorar, hubo lágrimas incluso del segureta, aquellas entrañables películas de la Guerra Fría donde la Puerta de Brandenburgo era la frontera entre el Mundo Libre y el Telón de Acero con espías y contra espías donde Berlín no era una ciudad sino una trinchera. Por lo demás la película cuenta con todos los defectos ñoños de este tipo de producciones con persecuciones de coches, por cierto que, como bien apuntó el de la limpieza, los coches buenos eran Mercedes y los malos malucos de la Volkswagen lo cual tiene cierta retranca y única virtud de la peli si se ve desde un punto de vista premonitorio anticipándose años al escándalo del engaño al consumidor de la marca alemana.

Pasada la novedad de las postales berlinesas y algo saturados ya del enésimo intento europeo de rodar una persecución en calles europeas tan espectaculares como las rodadas en las calles USA, nos quedó de motivación el reparto plagado de rostros familiares y acogedores al espectador, esos secundarios de oficio que envejecen a golpe de película y que muchas veces salvan no sólo a la estrella del reparto sino el producto cinematográfico en sí, suponiendo un respiro ante la flojedad del mismo para el sufriente espectador que pasa por taquilla.
Destacamos a dos, el primero Bruno Ganz; un actor grabado a fuego en la retina del espectador por su interpretación de Hitler en El hundimiento y que encarna en esta ocasión a un venerable abuelo Cebolleta que esconde una mente analítica de la Stasi cuando existía la RDA. Sobrio pero generoso de matices, adaptando una vez más su achacosa fisonomía facial a la ironía del espía clásico, ese que sabe reconocer a un colega del otro lado del Telón de Acero
y que se suicida con el tradicional cianuro antes de ser sometido a interrogatorio...

Su antagonista interpretado por Frank Langella, uno de esos secundarios que son sinónimo de un trabajo digno, de los que aprovechan su poco minutaje en pantalla para hacer una interpretación redonda, de rápido olvido porque sigue la acción pero que sin su presencia de fondo quedaría desenfocada la historia...


Las féminas no despertaron nuestra pasión de machos alfa ya que sus papeles están subordinados al protagonismo del protagonista y sus personajes les exigen repertorio de muecas faciales y la única escena X es cuando se ve a January Jones en la ducha pero se ve tan poco que no ves teta sino un virginal y casto, amén de decente, comienzo de un seno.

La trama es la vista mil veces de pérdida de identidad en una ciudad desconocida donde todo el mundo familiar parece haberse desvanecido y su identidad arrebatada cuando no, es aquí el caso, usurpada. La acción es lineal y aunque se nota que el director trata de manejar el pulso narrativo peca de una producción algo parca y las escenitas de persecución en coche resultan repetitivas. Un intento más de hacer cine a la americana donde se queda a medio camino pese a la nacionalidad británica del film pero que es en realidad europea, un producto que podría haber sido una producción de lujo para la televisión pero que llevada al cine defrauda sin decepcionar pero por ser historia ya vista otras veces siendo el reparto quien salva la honra de este sucedáneo.

Para fans del Neeson, horas muertas sin nada qué hacer y poco más de una película casi teatral y que hay que ver como un homenaje encubierto a la ciudad de Berlín y su papel en la Guerra Fría que posiblemente pase inadvertido a las generaciones digitales de espectadores.



The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/





 
 
                                                             

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