"Días de vinilo y cassetes", suplemento musical cutre

Con la colaboración de El Bis en exclusiva para The Adversiter Chronicle

BSO TELEVISIVAS: SANDOKÁN (1976)

Aunque hoy parezca increible hubo un tiempo ha en que la familia se sentaba ante el televisor a ver series, hoy en cambio hay las mismas multitudes pero en unidades autónomas, y casi autómatas, desde su propio e intransferible cachivache digital.

Estamos en la segunda mitad de la década de los 70´s y surge una serie de televisión que se convierte en un filón para la industria discográfica donde la BSO conoció versiones en diferentes idiomas al rebufo del fenómeno televisivo que era un personaje de paisajes exóticos en pleno imperio británico y una ola de fervoroso erotismo que recorría el alma de una nación que saboeraba el elixir de la democracia tras una dictadura...

En aquella España de patillas y mariconeras, de salones de peluquería de señoras donde se hablaba de intimidades de alcoba, de pornografía desmadrada en los escaparates de los kioskos y de apertura en todos los ámbitos de la sociedad, Sandokán fue para la infancia un nuevo héroe al que se jugaba en los recreos y se adaptaba la letra de la canción a chirigotas infantiles que se propagaban como la pólvora y para las mujeres adultas y no tanto, pero atrapadas en matrimonios monótonamente machistas y en las jóvenes casadas conscientes de su sexualidad libre de ataduras morales nacional catolicistas, Sandokán fue ese deseo inconfesable de alcoba cuando el macho alfa exigía su tributo de fornicio.

Como fenómeno convirtió al actor Kabir Bedi en ídolo de masas pero también como eterno sanbenito del que nunca se ha librado. Colecciones de cromos, posters en revistas juveniles y una música pegadiza hicieron muy rentable un producto que no era más que una coproducción televisiva europea que vista hoy peca de ñoña y de cutrez de producción que ha sido relegada al olvido cuando los vientos fosforitos de los 80´s entronizaron al sintetizador y los 70´s se convirtieron en un pasado lejano de pelos afro, cuellos de camisa desproporcionados y pantalones pata de elefante para bailar música disco...

Advierto que si nunca la escuchasteis suena estridente, extrañamente ajena a nuestros tímpanos musicales y aparte de taquicardias y flatulencias, tras terminar de escucharla se instala en el hipotálamo para toda la vida.

Y si dudáis que algo así fuera un fenómeno erótico festivo, ir a un parque donde haya una señora anciana dando de comer a las cagonas palomas y enseñarle una foto del Sandokán a la vez que le acercais al oído que le quede operativo los auriculares para que escuche la banda sonora, puede que veais un rubor en su cara, una sonrisa de gustirrinín satisfactorio mientras se muerde el labio inferior y utiliza la cachaba como consuelo ante vuestra atónita mirada.

No digais que no fuísteis advertidos.

 

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
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