Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
De cómo ir a ver un
partido y terminar en la sede de tres
Definitivamente
la última cosa que debe hacer un ser humano es confiar en un hincha
del Oviedo, y no lo digo gratuitamente o llevado por el sentimiento
de todo sportinguista de mandarlos a tomar por el culo, que viene a
ser lo mismo que ver un partido en el Tartierón dicho sea de paso...
Todo
empezó en el abrevadero habitual en horas nocturnas el pasado
viernes cuando uno de los parroquianos, y compañero de trifulcas de
los naipes, comentó la gran segunda vuelta del Lealtad de
Villaviciosa y apuntó que era una jornada histórica para el Oviedo
que se iba a jugar contra el Cádiz el subir a segunda e hizo cierto
comentario con retranca sobre el Sporting de Gijón. No niego que me
vendo temporalmente si ello garantiza beber de gorra y puesto que es
del Oviedo no tengo remordimientos en engatusarle para que pague las
consumiciones y llegue a casa tan mierdas que tenga bronca con su
mujer, así que acepté su invitación de ir el domingo a la Villa,
ver a los carbayones morder el polvo y celebrar otra victoria
rojiblanca...
La
cosa empezó a joderse por la mañana cuando el notas quiso ir a misa
de doce. A mi me la suda si es un beato meapilas, así que me quedé
a dar una vuelta por los alrededores. Lo cierto es que me dio la
impresión de que en Villaviciosa tiran en su mayoría hacia el
Oviedo porque en los cinco chigres que paré estaba toda la peña
hablando de las jodidas elecciones y del partido de promoción a
segunda de los eternos segundones. Pero entre culín y culín
amorticé la botella de sidra ya que terminé consumiendo unas
cuantas a cuenta de un tipo con una acreditación del PP...
Finalmente
el tipo me invitó a darme una vuelta con él por los colegios
electorales ya que era el encargado de llevar las bolsas de
avituallamiento a los interventores, dándose la feliz circunstancia
de que sobraban bolsas, y le sobraban ya un par de culines al notas.
Y me ofreció una para almorzar mientras le esperaba en su casa donde
iba a ver la Fórmula 1...
Almorcé
a la sombra de una panera atrapado entre un meapilas en misa y un
fanático de la fórmula 1 sorprendiéndome el volumen de las
vituallas y lo pésimas para saciar la necesidad de ingesta para
tener volumen. Sólo pude aprovechar el bocata de carne ya que la
tortilla era algo incomible y los pastelitos chocolateados tenían
ese saborcillo peculiar de lo rancio por haber pasado la fecha de
caducidad...
Una
vez despedido al formuloso con la promesa de pasar por la sede a
despedirme y la oscura intención de pillar algo que echar al gaznate
porque pensé que si daban esas bolsas de vituallas sus celebraciones
debían ser la hostia en lo que respecta a efectivo de bebidas
espirituosas para celebrar. Todo iba bien viendo el partido del
Oviedo hasta que les metieron un gol...
¡Que
lamentos! ¡Que cagamentos! ¡Que alegría oculta de verles morder
polvo en el Tartierón!
Dejé
al notas llorando y me escaqueé del chigre para buscar uno que
conocí tiempo ha. Tengo mala memoria por tener buen alcoholismo en
dosis terapéuticas y me fui por las calles de la Villa. Acerté con
la calle porque tampoco hay tantas y entré en lo que parecía el
garito aunque algo reformado. Aquello era una mezcla de jaima
escocesa, comuna hippie y pafeto alternativo de los 80´s, como
volver de Vietnam y ver en el aeropuerto a jóvenes con chapas de
amor y democracia para el pueblo vietnamita...
Me
cayeron bien porque se veía que tenían más luces y no le hicieron
ascos al partido del Sporting, además tenían birras frías y pude
averiguar que eran los de PODEMOS. Como un sextante en una
chatarrería evité criticar a sus líderes y coreamos viva el Ché y
viva la Pepa. Pasados los primeros minutos de sorpresa de todos
mirándome por soltar tales consignas y con alguno a punto ya de
soltar la pota, canté el Asturias patria querida,
trasegué toda la cerveza que pude y me salí de allí antes de que
me descubrieran el grupito de fans del Oviedo ya que me miraban con
sospecha cuando me subí al sofá y propuse un brindis por la
victoria que era de todos ante el Tenerife...
Trataba
de buscar la jodida estación de autobuses y un sitio donde descargar
orines sin molestar ni ser molestado, cuando encontré una especie de
gallinero en el parque y tras soltar lastre dirigía mis pasos a la
estación cuando vi un grupito tomando copas en la calle frente a un
local.
Sólo entré por mirar qué coño era y era algo parecido a un
funeral pero sin muerto presente. La oferta era variada y pude
agenciarme un par de cubatas mientras mostraba mi pena para no
desentonar. Al final era la sede de FORO que muy agotados debían de
estar cuando celebraban sacar una concejalía como si se les hubiera
muerto el gato. Se ve que no andan muy bien de cascos pero eran un
grupo agradable y agradablemente me comí su comida, me bebí su
bebida y me echaron cuando metía mano a las chicas...
Así
que hacerme caso y si uno del Oviedo os invita a ver el partido,
mandarle directamente a tomar por el culo porque de partido nada y de
partidos quedé hasta los cojones, si no saben perder que no jueguen
y si no saben ganar poco van a ascender.
Felicidades
a los jóvenes, y no tan jóvenes, atletas del Sporting que al final
es lo que importa: ganar aunque sea de penalti injusto y en el último
minuto, que jode cuando te derrotan pero satisface cuando ganas.
¿O
no?F.O.R.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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