Suplemento cinematográfico cutre de The
Adversiter Chronicle
3:10
to Yuma (2007)
¡Atentos
desheredados de la butaca de patio y entresuelo! ¡Albricias
huérfanos de cine de estreno y pufo en el video club del barrio!
¡Una película digna de visionarse! ¡Y de vaqueros!
El
caso es que si estáis tan colgados y empufados que no catamos
taquilla de cine desde el nefasto 2008 como el equipo de visionado de
The Adversiter Chronicle, estamos de enhorabuena: una buena película
moderna de vaqueros digna de tal categoría.
Alguno
nos dirá que coño, la peli ya es veterana ya que data de 2007 y en
España nos creíamos aún los reyes del mambo consumista a crédito
y gustábamos aún del cine de estreno... Así que seguramente nos
tacharan de carcas...
El
primer acierto de la película es un director competente, coherente y
honesto con lo que tiene entre manos que no es otra cosa que una
película de acción, subvariante de escolta de prófugo con sus
coleguis al acecho para rescatarle, pero ambientada en la época
posterior a la Guerra Civil estadounidense y la posterior expansión
del ferrocarril. Los actores están sencillamente bien, ignoramos si
ganaron algún premio, hace tiempo que evitamos el kiosko por
diferencias de criterio e indiferencia de crédito y por tanto las
revistas de cine llegan con retraso y a veces restos de boquerones,
calamares, sardinillas, bonito y otros manjares del asalariado por
cuenta ajena, empleado en subcontrata y hasta funcionario cañí sin
olvidarnos de tele operadoras...
Russell
Crowe... ¿Recuerdan aquella pequeña delicia de un pleno Denzel
Washington en la prehistoria de la revolución digital donde un
desconocido actor australiano interpretaba el despiadado programa de
computadora, ein?
Está
soberbio lejos de esa soberbia de repetir el personaje de Máximo:
honesto, dirigente de semejantes y sin variar su interpretación.
Pero aquí hace lo mismo, pero lo mismito, y sin embargo actúa. La
guinda es el sombrero que lleva, genial el que tuvo la ocurrencia,
que lejos de esos sombreros exageradamente vaqueros que llevan los
malos, él lleva un sombreo que instintivamente hace que tus neuronas
de memoria profunda rescaten la imagen
de Billy El Niño que
siempre vemos en algún momento de la infancia y la adolescencia. Por
una vez no se le ve con el pecho-lobo romano de Gladiator
y es lo que demuestra por qué el Crowe es una estrella de Hollywood
y nos enamora: los detalles se adaptan a su personaje aunque siempre
haga la misma interpretación mas advertimos que durante diez
minutos, disminuyendo progresivamente, nos cuesta y rechina verle
haciendo el canelo con un sombrero de gilipollas para al final caer
rendidos a su interpretación, encandilados con su personaje y
haciéndole cada vez más rico. Pero se merece el sueldo porque nos
deleita y atrapa la cámara como sólo un actor y una estrella como
él sabe hacer.
Luego
está Christian Bale con esa relación que mantenemos con él de
amor-odio sin saber por qué hasta que caes en la cuenta que su papel
de niño que se hace grandote en aquella del campo de prisioneros
japonés, la reponen tan a menudo que empacha y acabas deseando que
el oficial japonés le ejecute de una puta vez por ladilla
rompecojones a bastonazos de bambú a partir de que la ves por
tercera vez aunque la visiones cada cinco lustros...
Pero es otra estrella que está soberbio, contenido en
uno de sus personajes atormentados interiormente por causas externas.
Domina las muecas faciales, aunque cuando sonríe es nuestro Bale y
no el toca huevos que merecía que el oficial japones le...
Además es un rostro al que los postizos y aditivos tipo
barba, bigote, cicatrices, le encajan bien.
Y un tipo que nos encanta. Le habíamos visto de malo
psicopático en aquella del Bruce Willis en que una banda de
delincuentes juveniles eran acorralados secuestrando sin saberlo a la
prole de un contable de la mafia. Esta interpretación, del mismo
papel a nivel de estudio psiquiátrico y tratamiento intensivo de
contención y Haloperidol dol dol, que la que hizo en la película
del Bruce Willis hace que confirmemos heredero de un trono sin dueño, el de villano,
desde Scorpio o Tiburón. Es un actor por descubrir
para los productores que esperamos no lo encasillen en este tipo de
papeles y le seguiremos todo lo cerca que nos permita el presupuesto.
Y por último el primero en surcar para toda la
Eternidad en la memoria del aficionado al cine y donde eternamente
querríamos advertirle que van a cazarle a lomos de su burra unos
paletos en furgoneta: el por alguna extraña razón siempre en
nuestras oraciones de Peter Fonda.
El segundo acierto es adaptar una película de acción a
un escenario como es el lejano oeste sin caer en tópicos, que está
repleta, pero escenificado con esa magia del séptimo arte de
trasladarnos porque nuestra mente acepta ese escenario: forajidos
pendencieros, empresarios explotadores, granjeros destripaterrones,
indios al acecho, diligencias, oficina del sheriff... Lo tiene todo,
lo mismo de siempre, pero es el siempre que reconforta al calor de la
hoguera en una noche oscura y entorno hostil...
No
cae por fortuna en esa versión acaramelada tipo Jóvenes
jinetes, Silverado
y mierdas semejantes pero tampoco comete el error de repetir Sin
perdón. Han cogido el dinamismo
del lenguaje moderno visual pero, salvo la camarera del salón,
aunque tal vez porque pocas veces hay camareras en la barra en las
pelis del vaqueros, no chirría como chirriaba y edulcoraba hasta
límites insoportables de ñoñez y patrioterismo en que caían las
dos citadas anteriormente sin ir más lejos.
Y
esa magia de Hollywood, esa propagación de espectáculo global del
orbe conocido que no se disfrutaba desde los espectáculos de circo
de los romanos pero que a la vez ilustra a la población
estadounidense para concienciar de que las Guerras Bushianas no
devolvieron tarados a la vida civil y que los francotiradores son
buenos patriotas, sufridos ciudadanos soldados y que cuando hay que
confiar en ellos se pueden confiar y sus familiares orgullosos de su
sacrificio...
En resumen un excelente producto de entretenimiento cinematográfico con un
regreso a rodar sin escenarios trucados y las trucas no se aprecian
durante el metraje, que es el trabajo de una buena truca, y que es
una ingeniosa variante de películas tantas veces vista pero con
actores interpretando, buen pulso del director y una buena
historia...
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
theadversiterchronicle@hotmail.es
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