The Adversiter Chronicle

martes, 8 de abril de 2014

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

EL ÚLTIMO DESAFÍO (2013)

Variados motivos para visionar esta película: interviene como malo maluco el actor Eduardo Noriega y de protagonistas el siempre fiable de Forest Whitaker y ver cómo se conserva el bueno de Schwarzenegger...
Lo cierto es que Hollywood suele visitar los escenarios fronterizos, esos alejados de las grandes urbes, de grandes rectas sin fin por parajes desérticos y fronteras delimitadas por barrancos y riachuelos sin que falten las tribulaciones de los representantes de la Ley ante lo agreste de la vida en villorrios fronterizos aunque en esta ocasión, sin renunciar a la esencia fronteriza, se bebe de diversos géneros como el de trastazos y persecuciones automovilísticas, huida de super peligroso narcotraficante y la soledad del sheriff para hacer cumplir las leyes rodeado de malandrines con armas.
La acción se reparte entre la desquiciada huida del narco, los esfuerzos del FBI para atar cabos y llegar a tiempo a la frontera profunda, aunque aquí la tardanza en llegar chirría un poco, y los esfuerzos del honrado representante de la Ley y sus ayudantes.

Se agradecen las escenas sin truca digital de hostias y vuelcos de coches, todo terrenos y autobuses escolares. Hay algunas fantasmadas como el rescate del narco por sus compinches en que todos disparan al vehículo levantado con grúa imantada y a la compinche que dispara encaramada a ella, corren a los edificios circundantes pero nadie se ocupa del operador de grúa, que si hubieran ido a por él hubieran interrumpido el rescate aunque el director sabe mantener el pulso dinámico de la acción sin que el espectador piense demasiado en las incongruencias, que las hay.

Dirigida por Kim Jee-Woon, la película resulta bastante predecible por cuanto ya hemos visto esas escenas y situaciones en otras películas y por desgracia da tiempo a pensar en ello mientras transcurre el metraje, aunque seguimos pegados a la butaca porque es una pena dejar de ver una película a la mitad, los actores nos son familiares y sabemos que esperar de ellos y, porque se quiera o no, hay un par de generaciones que disfrutaron del bueno de Schwarzenegger, ese musculado culturista que supo siempre elegir bien sus papeles y que salió ileso de los intentos de hacer comedia, acción o ambas tres.

Vemos a la estrella con el paso de la edad, sin que trate de camuflarlo excesivamente y sabe reírse de sí mismo en las escenas de acción donde tarda en recuperarse de las caídas y utilizar la maña de la lucha libre en las escenas de mamporros sin que chirríe demasiado su decrépito estado estético.

Forest hace su papel, que tampoco da lugar para mucho lucimiento, pero llena la pantalla pese a que sus muchachos del FBI llegan siempre tarde, siempre se les escurre el malo pese a la superioridad de medios armamentísticos y no se fía de que el sheriff de un villorrio de catetos de pueblo perdido en medio del desierto sea capaz de detectar y abortar el osado plan de fuga del narco.

En cuanto a Eduardo Noriega, cumple su papel de narco pero se limita a muecas y gestos hasta la pelea final en que si a cualquiera de los mortales nos coge el Schwarzenegger y nos arrea el hostiazo a la espalda contra el perfil de acero del puente, nos hubiera partido el espinazo y dejado parapléjicos.

En realidad la película es un buen cómic cinematográfico que cumple todas las reglas y se cumplen bien, pese a los momentos chirriantes, aunque a mitad de metraje el sheriff y su equipo parezcan el Equipo A.

La diferencia con otras del mismo estilo radica fundamentalmente en mezclar escenas cliché de otros géneros familiares al espectador veterano y el lenguaje visual de los vídeo juegos, en esas salpicaduras de sangre que son realistas, cierto, pero parece que siempre disparan a donde más sangre produce: cabezas, cuellos y abdomen con balas de gran calibre. No falta la metáfora recurrente últimamente de contraponer a veteranos jodidos de las Guerras Bushianas frente a mercenarios que han olvidado por un sueldo el patriotismo y el honor. Salpicaduras de escenas del carácter fronterizo de los habitantes y guiños al espectador riéndose de sí mismo el protagonista. Aquí la gente muere aunque la escapada en el auto reconvertido del narco exige no pensar demasiado en lo que se está viendo y abandonarse a la magia del cine aceptando la propuesta por parte del espectador...

Un peligroso narco se evade cuando es trasladado a prisión y escapa a toda velocidad, nunca mejor dicho, devorando millas para llegar a un pueblo fronterizo donde un destacamento de mercenarios le construye un puente que salve el barranco que hace de frontera con México y salve al narco de ser encarcelado en los EEUU.

Mientras el narco se evade, sus mercenarios toman una granja y preparan el puente pero
son detectados por los ayudantes del sheriff matando a uno de ellos. El sheriff deberá decidir si dejar el caso en manos del FBI que nunca termina de llegar o enfrentarse con sus medios a los mercenarios y abortar la escapada del peligroso narcotraficante...

Contara para ello con sus ayudantes, una chica sin experiencia en tiroteos y un regordete hispano que sabe como escabullirse de disparos, lanzamientos de cohetes y demás parafernalia mortal. También una antigua estrella deportiva de instituto veterano de Iraq y Afganistán que se redime de sus tribulaciones de fracasado visitante de la celda de la oficina del sheriff dando el callo como combatiente ganando de nuevo la auto estima y el amor de su ex novia, que no es otra que la ayudante del sheriff que cuando llegan los tiros se transforma en una letal francotiradora.

Lo cierto es que hay que verla como homenaje crepuscular de Schwarzenegger y la dirección de Kim Jee-Woon hay que verla como homenaje a un montón de títulos pero nos deja un sabor de boca que dejará nostálgicos a quienes pasaban por taquilla para ver a la estrella de acción y las nuevas generaciones que ya no están acostumbradas a cine con oficio y notarán falta de trucas digitales, sexo violentado y las jodidas escenitas de mamporros al estilo oriental, lo cual se agradece porque sería la guinda para dejar de verla a las primeras de cambio.

Y es que las estrellas envejecen y los espectadores también, pero aún podemos distinguir gato por liebre pese a que como producto de entretenimiento no hay nada que objetarle y el Schwarzenegger, pese a su decrepitud visible y notable, sabe adaptarse a la vejez.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV

http://theadversiterchronicle.org/

 
 
 
 
 
 
                                                             

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