Con
la llegada de la Navidad llega también la ilusión de que nos toque
un décimo al menos, o una participación aunque sea con recargo, que
nos alegre la vida. Sin embargo, existen personas que juegan a la
lotería y nunca les toca, es el caso de Jacinto Bonilla que afirma
que nunca le tocó la lotería en toda su vida, superando de largo la
mediana edad. Nadie mejor que él para ilustrarnos sobre la desgracia
de que nunca le haya tocado la lotería...
-Imagino
que su mal fario es en sentido figurado porque a todos nos ha tocado
algo en la lotería aunque sea lo puesto...
-¡Ni
lo puesto ni cojones! Nunca jamás me ha tocado nada en la lotería,
ni en sentido figurado. Mire que hay cretinos que dicen y afirman que,
no es que a mí la lotería me tocó con mi mujer y mis hijos por no
hablar de la santa de mi suegra... ¡Pues no, ni en esas me ha tocado
nada porque mi mujer está completamente influenciada por la bruja de
su madre y mis hijos son unos inútiles que no salen de casa ni
aunque los desahucien! Mire, yo lo intento todas las semanas, se lo
aseguro, elijo números con todo tipo de artimañas incluida la
cábala, pongo los billetes de lotería al pie de un altar que tiene
desde una pata de gallo tipo vudú a un buda de metro y medio sin
faltar santos y santas, incluso tengo el dios elefante ese hindú y
todo. Pues ni así, no hay manera. Si juego al mismo número no sale
nunca, si juego distinto cada sorteo no me toca nunca. Sólo me falta
jugar a medias a ver si así la diosa de la fortuna le sonríe a mi
socio en el billete de lotería y me salpica, pues resulta que juego
con Gervasio que somos colegas desde párvulos y el muy cabrito se
muere el día del sorteo y tocó un segundo premio, pues hemos
llegado a creer que se incineró con el billete en el traje, porque
no apareció por ningún lado, su mujer se embarcó en un vuelo a
Brasil a ver si con ciertos chamanes se averiguara algo del paradero
del billete y se la tragó la selva amazónica...
-Jacinto,
me parece usted un alma cándida, debería jugar sin ambiciones y
seguro que toca...
-Ya
he jugado sin ambiciones, sin ilusiones y hasta casi sin ropa cuando
probé un viejo rito zulú para atraer la caza y ni por esas, ya le
digo que lo intenté. Mire, tengo un décimo para el sorteo del Niño,
ya supondrá que no me tocó nada en el sorteo del Gordo y habrá
acertado. El tema es que lo he comprado en participaciones de cinco
euros, bien, pues alineo los décimos con los cuatro puntos
cardinales y a la vez orientados a la constelación de Orión... ¡Ya
sé, ya sé, que suena extravagante! ¡Pero voy a probar todas las
maneras de que me toque la lotería y si hace falta que vengan
alienígenas para ello, mis participaciones están listas para
recibir su visita!
-Jacinto,
está pasando de alma cándida a ser gilipollas...
-¡Lo
ve! ¡Lo ve! ¡Tengo mala suerte hasta cuando soy entrevistado, en
lugar de indagar sobre mis métodos, en lugar de informar de mis
intentos, en lugar de abrirse a nuevos horizontes de atraer la diosa
de la fortuna, me llama gilipollas! ¡Le voy a demostrar que soy
contumaz y hasta bizarro cuando se trata de jugar a la lotería y que
nunca me toque, mire esta montaña de décimos de los últimos cuatro
lustros, se podría empapelar el piso y hasta el descansillo de la
escalera! ¡Hoy mismo mi sobrina me ha traído el décimo para el
sorteo del Niño, que es un sol que lleva veinte años de veinticinco
que tiene trayéndome los décimos todas las semanas y me ahorra ir a
la lotería en el quinto pino, mire que número más hermoso, que
todos lo son como dice ella cuando me ve desanimado a la hora de
darle el dinero para el décimo, un sol de criatura...!
-Sí,
los sobrinos y sobrinas son encantadores y siempre logran que...
¡Será hija de la gran chingada la sobrina de los bemoles! ¡Le trae
los décimos ya jugados, normal que nunca le toque!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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El
comité de expertos, la élite de los asesores presidenciales, tomó
asiento ocupando siete de las doce sillas de la elegante mesa de
reuniones. Las navidades estaban siendo calientes con el precio de
los dulces y turrones navideños disparados. La política de las
empresas productoras de reducir el tamaño y contenido de los envases
ha generado una ola de protestas cuando el turrón de Alicante de
calidad suprema superó el precio de los langostinos, los mazapanes
igualaban el kilo de besugo y hasta las peladillas tradicionales
estaban a niveles de la merluza congelada. El líder necesitaba un
argumento que calmara a los votantes. Había soportado descalabro
tras descalabro electoral y el año entrante se enfrentaba a las
urnas, si esta crisis se lograba superar ya que todos los estratos
sociales estaban protestando en las calles sin el control de las
fuerzas progresistas cuyo mensaje de `Navidades solidarias con los
pueblos hambrientos´ no logró ocultar que lo que no se puede es
comprar un turrón o unos mazapanes. El líder entró seguido de su
ministro portavoz y los miembros del comité callaron las
conversaciones en voz baja para fijar la vista en el líder que abría
su portafolios...
-Mañana
he de dar el mensaje del balance anual y necesito un buen argumento
para acallar las masas. ¿Alguna idea?
-Si
me lo permite, señor presidente, ha de ser un argumento ante todo de
alto valor social, si perdemos los apoyos de las fuerzas de izquierda
puede que no lleguemos a la fecha de las elecciones. El valor social
es fundamental, un barniz que permita a los apoyos parlamentarios de
izquierda dar la cara ante sus votantes.
El presidente tomó notas en su portafolios, en realidad
practicaba a escribir en inglés una carta, la cháchara del comité
solía aburrirle.
-De
acuerdo, más, quiero más ideas señores, quiero más.-
Dijo con semblante serio y mirando uno por uno a los miembros del
comité.
-Hemos
pensado, señor presidente, que debe empezar reconociendo que estamos ante un hecho gravísimo y...
-¡De
eso nada!-Gritó el
líder fulminando con la mirada al miembro del comité que había
hablado- ¡Esa cantinela
hace perder más votos! ¡Necesito algo que no pueda replicar la
oposición!
-¡Se
puede culpar al empresariado de ultraderecha propietario de las
empresas de productos navideños, señor presidente, al empresariado
de ultraderecha!-
gritó exaltado el miembro más joven del comité, destacable por sus
melenas y barbas.
El
líder tachó la frase en inglés y levantó la vista para ver al
miembro del comité, un auténtico cretino que pensaba que Lenin
podía ser revisado con mirada de la Era digital. En realidad era el
precio a pagar para escuchar la voz de sus socios de gobierno en el
comité de asesores.
-Es
una idea loable y casi posible- le
respondió el líder jugando con el bolígrafo y tratando de recordar
si el genitivo sajón no sería un verbo irregular- Pero
no hay tiempo de elaborar una lista de empresarios turroneros y de
dulces navideños simpatizantes declarados de la ultraderecha, mejor
buscamos una alternativa más inmediata, pero una acertada idea de la
que tomo nota, no lo dude.
Se
produjo un pequeño murmullo entre los miembros del comité que el
líder aprovecho para sacar un papel del portafolios y echarle un
vistazo. Era la lista de invitados al cóctel de año nuevo y era
necesario tachar de la misma a la última encarcelada por corrupción
en su cargo de responsable de recursos alternativos para el partido.
Vio que se alzaba una mano y le dio turno, era el portavoz del comité
y quien decía la última palabra, cuando él hablaba es que ya no
había nada más que poder plantear, debatir y someter a su
aprobación...
-Señor
presidente, hemos tratado de encontrar un argumento que relance su
imagen como estadista, que deje sin argumentos a la oposición y que
calme a la ciudadanía. Los precios son los que son y no hay vuelta
atrás para estas navidades. Hay que reconocer la subida de los
precios de los turrones y dulces navideños para calmar a las amas de
casa y el colectivo femenino que en estas fechas gasta y cocina, un
electorado sensible a estas cosas tradicionales. Cuando mañana salga
usted ante las cámaras y los micrófonos, se habrá logrado la paz
social necesaria para unas navidades tranquilas, callado a la
oposición y su imagen de prócer de la patria progresista que le
dará de nuevo su confianza refrendándola en las urnas.
El
presidente esbozó una leve sonrisa moviendo los labios, ese maldito
cabrón que preside el comité de asesores ha sobrevivido a tres
presidencias, el único que siempre conserva su puesto y no se fiaba
ni un pelo de él. Le debía el cuello político cuando uno de sus
ministros subió como la espuma en seguidores de sus redes sociales
y fue el presidente del comité de asesores quien le sugirió un
apagón digital camuflado de avería durante el proceso de primarias
que neutralizó la campaña digital del ministro, manso desde
entonces como una servilleta...
*******
Los
corresponsales de prensa y los cámaras habituales en las ruedas de
prensa sin poder preguntar la prensa, notaron el maquillaje en el
rostro que formaba como zonas distintas en el rostro del líder. Su
asesora estética, experta en maquillaje tanatoestético, le había maquillado
pensando en el ángulo de visión de las cámaras de televisión. El
líder se puso delante del atril y comenzó su intervención...
-Estamos
en unas fechas especialmente sensibles y que nos despiertan dulces
pensamientos de añoranza que la subida de los precios de los
turrones y dulces navideños nos recuerdan con especial contundencia.
Este gobierno pudo haber evitado la subida si hace un año se hubiera
plegado al chantaje de la patronal turronera y hemos preferido dejar
en sus manos la tragedia, porque no hay otra palabra para
describirlo, la tragedia de que no se pueda comprar una triste bolsa
de peladillas sin que nos genere un agujero en nuestras finanzas
domésticas. El gobierno y yo mismamente somos conscientes de que la
ultraderecha ha boicoteado estas navidades con el fin de provocar
tumultos y revueltas. El progresismo progresa por sí mismo y este
gobierno, y yo personalmente, nos comprometimos hace un año a
convertir la tragedia en virtud. Quiero aquí recordar que nuestro
país encabeza el índice europeo de obesidad, en los primeros
puestos de casos de diabetis y a nivel mundial en los primeros
puestos de adicción al dulce. Estas navidades, y como demostración
de que a este gobierno nadie le dice lo que se puede o no comer en
Navidad, nos uniremos todos y todas en acabar con la tendencia al
alza de esas enfermedades causadas por la glotonería que engorda los
cuerpos de todos y todas para llegar a enero vistiendo al menos una
talla menos. El ahorro en costes de Sanidad se derivará a viviendas
sociales y los turrones y dulces navideños excedentes serán
subastados por los ayuntamientos entre los menesterosos que también
tienen derecho a disfrutar de turrones y dulces navideños, cosa que
harán a partir de la primera quincena de marzo del año entrante.
Para quienes tengan rentas bajas según el baremo que se dará a
conocer al término de la rueda de prensa, sin preguntas de la prensa
les recuerdo, el gobierno abrirá una línea de crédito sin interés
para cubrir hasta el 5% de la compra de turrones y dulces navideños.
Y le pediría al líder de la oposición que no aproveche estas
navidades para señalar cosas que no tienen que ver con este asunto
que es el que en realidad preocupa a nuestros compatriotas: lo gordos
que estamos.
FIN
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Trabajada victoria en
el feudo del C. D. Leganés que juega y defiende bien
Se
afrontaba el último partido del año con ilusión contenida y los
deseos de Borja Jiménez de ganar los dos partidos de Liga y perder
el copero frente al Valencia. Y quiero hablar de la Copa del Rey
porque da la sensación de que una parte de la afición y algún
tribulete deportivo local critican por criticar. Ya se daba por
perdido sí o sí el encuentro copero contra el Mirandés, desde
pretemporada con insinuaciones y ya en plena competición copera se
decía que había que centrarse en la Liga y que si patatín y que si
patatán. Resulta que ahora escuece la eliminación contra un equipo
de Primera como el Valencia donde, cosa lógica y normal, el club
recauda un extra cobrando a socios y no socios por ver el partido,
que ya se sabía que el míster daría descanso a los titulares y de
nuevo saltarían al césped suplentes, filiales y meritorios. Como
era de prever ganaron los valencianos y ahora resulta que se estafó
a la afición no saliendo a competir con los titulares o gran parte
de los mismos poniendo el grito en el cielo. Está bien fiscalizar y
señalar las deficiencias, también las virtudes, de la gestión del
club en el máximo accionista, pero jugar a `ayer no y hoy sí´, sólo
crea mal ambiente de forma innecesaria. Es verdad que el banquillo
adolece de suplentes fogueados y de alguno que no cuaja, pero nadie
engañó a nadie respecto a cómo se afrontaba la competición de
Copa del Rey para esta temporada donde la intención era priorizar la
competición liguera y perder contra un Primera cobrando a los
socios y ser eliminados es lo normal, sobre todo porque nadie
apostaba eliminar al Mirandés para que ahora se rasguen las
vestiduras porque la obligación era alinear jugadores titulares. De
todas formas no deja de ser populismo futbolero este criticar haga lo
qué se haga, acorde con estos tiempos, echando la culpa a la planta
noble de Mareo, que por cierto estrenó nuevo mandamás delegado y se
ha hecho ya el primer refuerzo navideño con la llegada de Brian
Oliván...
Buen
ambiente en las gradas del Butarque con nutrida presencia de hinchada
sportinguista en las gradas y sin sorpresas en la alineación salvo
el regreso de Dubasin y un dibujo táctico con el infatigable
Corredera de nuevo adelantado en su posición respecto a lo que venía
siendo habitual hasta la pesada jornada. Comenzó el encuentro con
ambos equipos concentrados sin ese frenesí de inicio local habitual,
algo diluido pese a tener el Leganés el control de los minutos
iniciales teniendo en frente un Real Sporting defendiendo sin balón
con presión alta y tratando de cazar a la contra, presagiando ambos
equipos con y sin balón que estábamos ante un partido táctico
donde los sistemas defensivos de ambos conjuntos serían los
protagonistas, al menos mientras no se moviera el marcador y se
llegaba al cuarto de hora de partido con un Real Sporting que quería
tomar el mando del balón y llegaba al área rival jugando con
profundidad mientras el rival dejaba, en apariencia, la iniciativa al
rival pero con presión defensiva. En el minuto diecinueve tendrían
los rojiblancos oportunidad de abrir el marcador y ocho minutos
después sería Yáñez quien evitara el tanto del Leganés, llegando
a la media hora con juego de poder a poder sobre el césped, ambos
equipos con profundidad en su juego atacante poniendo a prueba el
sistema defensivo del rival y creando ambos también ocasiones de
peligro en el área contraria. Pero el Leganés quería irse al
descanso con el marcador a favor achuchando a los jóvenes y no tan
jóvenes atletas del once sportinguista que, no obstante, tuvieron
una clara ocasión de gol en las botas de Otero que el Colombiano
marró en el toque final, el dominio al filo del tiempo reglamentario
del Leganés era casi total y en el minuto cuarenta y uno de nuevo el
bravo Yáñez salva los muebles con una parada que puso en el BAR los
cataplines en la garganta de más de uno llegando al descanso con
tablas tanto en el marcador como en el juego. Espaldas en alto para
el segundo tiempo donde salió el conjunto local decidido a ser más
incisivo pero topando enfrente un Real Sporting serio en defensa con
el mono de faena puesto que lograba secar y drenar las ofensivas del
Leganés. Nacho Martín vería tarjeta amarilla al cumplirse el
cuarto de hora del segundo tiempo y siguió la dinámica de inicio
con presión atacante de los locales y serio dispositivo defensivo de
los visitantes. Pero en el minuto sesenta y tres, el virtuoso
Gelabert caza un balón al contrario en campo rojiblanco comenzando
una galopada con el balón que nadie fue capaz de parar y que marró
al final porque llegaba desfondado, serio aviso para un Leganés que
se veía más cerca de marcar un gol que de recibirlo, todo ello con
el ánimo incansable y vocinglero de la afición sportinguista en las
gradas. Curbelo vería tarjeta amarilla a la media hora de juego del
segundo tiempo, tiempo en que ambos conjuntos bregaban por ser más
incisivos. Borja Jiménez movió el banquillo casi llegado el minuto
ochenta de partido dando entrada a Dani Queipo y Gaspar Campos por el
colombiano Otero y Corredera respectivamente, cuatro minutos después
sería Gelabert el sustituido por Manu Rodríguez. Se estaba
llegando al tiempo reglamentario con la sensación de que habría
reparto de puntos dada la igualdad sobre el césped cuando el genio
de Dubasin recibe un pase a la espalda de los centrales y chuta a
portería batiendo a Juan Soriano para delirio de la hinchada
sportinguista y auténtico jarro de agua helada para la afición del
Leganés. Mas el Leganés no iba a dejar que se llegara al pitido
final sin intentar lograr el empate, de tal guisa que en tiempo de
añadido sería Curbelo quien evitara el gol local justo en la misma
línea de gol y tuvo el encuentro un final emocionante. Partidazo
táctico de ambos equipos que fue un choque de trenes por la igualdad
en méritos para llevarse el partido y únicamente el acierto a gol
fue lo que determinó el desenlace, ambos equipos tuvieron ocasiones
y ambos equipos fueron intachables a la hora de defender sin balón.
Un empate hubiera sido justo y fue Dubasín con su genio en las botas
el más acertado a la hora de rematar al fondo de la red y Yáñez
salvando los muebles cuando hizo falta. Un buen partido y un buen
rival que hace más meritoria la victoria.
Llegamos
al parón navideño a sólo 20 puntos de alcanzar los 50, en una
confortable séptima posición y los puestos de promoción a tiro por
no hablar del subidón de la victoria en Butarque permitiendo
disfrutar de las fiestas y preparar al regreso de las mismas el
encuentro en El Molinón frente a un Málaga que duerme 10º en la
tabla clasificatoria y 4 puntitos menos que los pupilos de Borja
Jiménez que recibió el cariño y el agradecimiento de la afición
del Butarque. Así que a ponerse tibios en comilonas y cuchipandas
navideñas, yo pese a las fechas estaré en el BAR al pie del cañón
por si surge alguna novedad deportiva digna de mención...
F.
O. R.
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Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Navidad
La
Navidad empezaba con el sorteo del Gordo aunque en realidad comenzaba
antes en mi universo infantil, los días previos con los preparativos
en el colegio haciendo adornos y manualidades propias de las fechas.
Siempre estaba impaciente por salir con el horizonte de la navidad,
con ambiente previo que se creaba en las calles con los adultos
comprando lotería, mi abuela adquiriendo ya productos, pero hasta el
sorteo no empezaba la Navidad. Las disfrutaba a tope y ver anuncios de
juguetes en la tele, quedarse mirando los escaparates de las
jugueterías, era liturgia. En casa se desempolvaba el árbol y los
adornos, con una pátina del paso del tiempo. Para mí era todo
especial empezando por las bolas que había que manejar con cuidado
porque podían romperse, la guirnalda de luces que eran pequeñas
bombillitas de diversos colores y que nunca vi en todo su esplendor
porque siempre había alguna fundida y mi padre tenía que hacer
pequeños empalmes tras quitar la fundida. Supongo, ahora, que aquel
árbol y sus adornos llegaron a casa en mis primeras navidades como
bebé, sin embargo era de esas cosas que formaban parte de la
seguridad de mi mundo, esperando en sus cajas a que llegaran las
navidades. El día del sorteo del Gordo era especial, al menos lo
sentía como especial aunque nunca tocó a nadie de mi entorno más
allá de la pedrea o alguna terminación, siempre eran otros los
afortunados, algunos en sitios lejanos y otros en la ciudad mas en
otro barrio, o en la región pero nunca en mi casa. Por supuesto me
tocaba pringar haciendo la compra que mi abuela había encargado, o
en una nota apuntado lo que había que traer, recuerdo las colas en
la carnicería y me resultaba algo latoso estar rodeado de adultos
esperando turno. Luego, ya en casa con la compra hecha, estaba en la
cocina distraido en alguna cosa y mi abuela preparando las bandejas
de turrones, peladillas, mazapanes. Todo era como salía en la tele
salvo las costumbres foráneas donde era Papá Noel quien
protagonizaba la noche de magia y los Reyes Magos nunca aparecían en
las películas o los dibujos animados, lo cual era algo confuso,
cierto que era en otros sitios, pero si algo no salía en la tele o
bien no existía o bien simplemente ignorabas su existencia. Porque
la tele era también protagonista de mis navidades infantiles, los
anuncios sugerentes de juguetes y juegos, películas que nunca había
visto y todo aquello que salía en la tele sólo en navidad. También
los tebeos sacaban ediciones especiales con más páginas y estaba el
trance de escribir la carta a los Reyes Magos, carta que los adultos
resaltaban su importancia y que pensara bien qué pedir, porque mi
generación fue privilegiada en ese aspecto del incipiente consumismo
y una economía que se abría al mundo al igual que el pais tras la
oscura y larga noche de la dictadura y que amanecía buscando la
libertad. Así que podía pedir más de una cosa y así lo hacía
porque al fin y al cabo los Reyes Magos eran magos de verdad sin ser
consciente de que la magia no existe y hay que hacerla realidad,
recuerdo con mucho cariño como los adultos crearon para mí aquel
mundo de magia, cierto que luego igual faltaba alguna cosa, pero
siempre me traían lo que más me gustaba y aumentaba mi fe en los
Reyes Magos. Luego de Nochebuena las cosas iban pasando más rápido,
aún no tenía a mi hermana y mi hermano para hacerles sufrir mis
inocentadas aunque siempre trataba de colgar un monigote de papel en
la espalda de alguien como hacían Zipi y Zape. Nochevieja era velada
televisiva, tratando de aguantar despierto hasta que acabara el
programa especial, del cual sólo me gustaban los números de humor,
disfrutando con los chistes y las parodias, pero la mayoría eran
cosas que no me atraían demasiado acabando dormido y siendo
despertado para acostarme con la televisión ya apagada. Cuando
despertaba al nuevo año, encontraba una bolsa de cotillón que me
dejaron mis padres de su salida a cenar en Nochevieja. Gorro de papel,
matasuegras, una nariz postiza y serpentinas eran el valioso tesoro
que yo admiraba como algo perteneciente a un mundo desconocido.
Llegaba el tramo final, con el ansia de la llegada de la noche
mágica, metiendo la carta en el buzón real que introducía con una
mezcla de ilusión y atracción por el enigma de aquel príncipe de
cartón piedra que recogía en un buzón con forma de arcón las
cartas con las peticiones. Pero el día de abrir los regalos de los
Reyes Magos era también el final de las vacaciones, de volver a la
rutina sin apenas tiempo de disfrutar de mis regalos. Pero la certeza
de que volvería la Navidad y su reconfortante ambiente, que duraban
menos que ahora y tal vez por ello puede que fueran más intensas o
simplemente que los tiempos cambian como cambiaban entonces...
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Estaba el otro día
mirando la caja tonta sin ver, pasando canales casi por inercia
cuando me topo con el enésimo documental sobre el Egipto faraónico,
una tumba de alguien en aquellos tiempos que fue enterrado como momia
y rodeado de un lujoso ajuar...
Cuando apagué la caja
tonta y quedé a solas con el cielo estrellado, si llueve debo
desconectar todo lo eléctrico en el acantilado, me dio por ponerme a
barruntar, un barruntamiento de esos que surgen en inesperados
momentos a raíz de algo, el tipo momificado en este caso...
Y barruntando barruntando,
me vino a las neuronas preguntarme qué nos llevamos al dejar este
mundo. Las cosas y objetos por valiosos o vulgares que sean está
claro que se quedan aquí donde al parecer son más útiles y en todo
caso se vuelven valiosas con el paso de los siglos. Si partimos de la
base de que existe algo tras la muerte, sin duda debe de ser la
consciencia y sólo hay una cosa que se pueda llevar de este mundo al
morir y ser, es una hipótesis, una forma de consciencia: los
recuerdos...
Claro que abrir una puerta
es encontrarse con otra, surgiendo la pregunta de si nos llevamos
todos los recuerdos o sólo aquellos momentos agradables y los
traumáticos perdiendo el resto. Dicen que los enfermos de alzhéimer
recuperan antes de morir la memoria, así lo indican los parámetros
que miden la actividad cerebral. Lo que está claro es que los
recuerdos es el único equipaje que puede pasar la aduana de lo
desconocido al dejar este mundo y me surge la pregunta de que si nos
llevamos los recuerdos qué utilidad tienen, porque han de tener
alguna utilidad si seguimos con la hipótesis...
Tal vez la balanza no
dirima entre nuestros pecados y nuestras virtudes como dicen las
religiones de todo tipo, tipejos y pelajes; tal vez, sólo tal vez,
se pesen los buenos recuerdos y los malos para ver cuáles pesan más.
Y surge la pregunta de qué, tiene que haberla, consecuencia tiene
que la balanza se incline de un lado u otro...
Al final puede que todo se
reduzca, me refiero a los juicios finales y demás, a cotejar
recuerdos y espero que sea mejor que en este mundo donde unos creen
que no se acuerdan, otros se acuerdan donde unos creen y los
creyentes de la plebe quedamos reducidos a masas debidamente
alienadas, recuerdos comunes que sustituyan el recuerdo individual en
pos de un recuerdo único par no acordarnos de sus delitos...
Luego está el tema de que
de la misma situación no suele haber dos recuerdos iguales si
hubiera un careo de recuerdos. Una persona malvada disfruta del buen
recuerdo de ser malvado pero quien recibe las maldades guarda mal
recuerdo de la misma acción...
Tal vez sea que los
recuerdos se construyen con los mismos materiales con los que se
construyen los sueños, que es otra cosa que igual pasa aduana cuando
dejamos este mundo. Menuda gracia que no dejaran pasar nada por la
aduana y sencillamente nos convertimos en polvo de estrellas sin
recuerdos...
¿...Y cuando se duerme
el sueño eterno,
los recuerdos
a dónde van...?
Miro
un paquete de turrón de Jijona...
Y él
parece mirarme a mí.
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Una sección de
Kitapayá en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Videojuegos para una
Navidad
Quienes
seguís la sección ya sabéis que es un clásico de estas fechas
recomendar un puñado de videojuegos además de repasar los jugados
durante el año. El presupuesto de la sección no da para mucho y
menos para mudarse a la PS5 y sigo hablando de videojuegos para PS4.
Lo bueno de una etapa de transición de un sistema a otro es que los
videojuegos de PS4 se pueden conseguir a módicos precios y sí es
verdad que hay que tener la PS5 para disfrutar de nuevos títulos.
También recomendar, como siempre, que es la oportunidad de que
jugones y jugonas de antaño que ahora ya se van jubilando retomen el
saludable hábito del videojuego donde se trabajan reflejos,
coordinación, abstraerse de la dura realidad y, sobre todo,
recuperar la diversión del videojuego amén del favorecer el diálogo
intergeneracional en la familia. Es fácil decir que ahora la
infancia o la adolescencia de la casa están todo el santo día en la
videoconsola, y no debería ser difícil interesarse a qué juega en
la videoconsola y pedir que nos deje echar una partida que se decía
en la prehistoria del videojuego que dicen las generaciones
digitales, así que paso a recomendaros cinco videojuegos en base a
lo bien que me lo pasé, y paso, con ellos....
Comienzo
con PSYCHONAUTS 2, donde
seremos Raz, un joven acróbata que aspira y se prepara
para ser un psiconauta y poder ingresar en los parajes mentales de
los malos. La propuesta suena un poco extravagante pero la inmersión
es total y cuando te das cuenta estás explorando la mente de turno
con sus remordimientos, sus miedos y sus sueños incluso. Pero la
mente se defiende del intruso mediante seres y monstruos que habrá
que derrotar manejando un puñado de habilidades como técnica de
lucha, poderes psíquicos, armas y habilidad. Tiene un poco de todo
con unos gráficos excelentes y una historia bien hilvanada con
momentos hilarantes, el que se repite y sigue causando una sonrisa,
al menos en mi particular caso, cuando el protagonista escucha de su
acompañante de turno que se encargue de los malos mientras busca una
salida. Es un videojuego que me sorprendió por la inmersión al
minuto de empezar a videojugar y que recomiendo a quienes gusten de
relajarse a la vez que se divierten, ideal para retomar el videojuego
si te perdiste los últimos treinta años de evolución de los
videojuegos.
El segundo hará las
delicias de los frikis de PAC-MAN,
actualizado a los nuevos tiempos y donde acabas tirándote un par de
horas y muy recomendable a jugonas y jones senior porque
permite trabajar la coordinación, los reflejos y hasta remover las
neuronas pensando el siguiente paso. Hay varios escenarios donde
habrá que correr, saltar, brincar y saltar de culo para casi todo
como abrir puertas, derribar oponentes y saltar calculando
frecuencias de rayos láser. Luego tiene esa magia de los primeros
videojuegos donde te propones jugar la última partida y te tiras
otras dos horas si te descuidas por la rabia que da que te eliminen
cuando casi estaba y sin poder evitar jugar de nuevo. Los gráficos
están muy bien, no falta el formato clásico del laberinto y se
trata de un videojuego de los que tienes guardados y siempre de vez
en cuando te apetece relajar jugándolo de nuevo. Ideal para
nostálgicos y jugar pachangas tras una buena cena navideña...
De tercero un videojuego
de un género clásico como es el de los simuladores, de avión en este caso y que es para jugar sin prisas, en inmersión total merced
a gráficos y sonidos. Recuerdo que la
toma de contacto se me fue en arrancar motores y flipar un poco al
lograr elevar el morro y emprender el vuelo, ya en inmersión total y
olvidados prejuicios a primera vista. Antes de pasar a pilotar en
serio, está el trámite de sacar la licencia y en ello estaba tras
lograr el ascenso y familiarizarme con los mandos cuando llega el
momento de tomar tierra. Sigo los pasos para el aterrizaje y, por más
que busqué cambiando la mirada subjetiva no encontraba la pista. El
indicador de ruta me indicaba que me había pasado así que me tocó
girar el avión para volver a la ruta y vuelta a empezar. Por más
vueltas que le di no encontraba la pista de aterrizaje hasta que
intentando aterrizar de emergencia me acabé estrellando. Ya aviso
que su encanto reside en que no es tocar un botón y despegar o
aterrizar, se hace necesario concentración y es ideal para frikis
del género o de quienes videojugaron en los 80´s a simuladores de
avión. De esos videojuegos a los que vuelves por la inmersión que
logra, pero exigente de coger el tranquillo lo cual puede que sea
parte de su atractivo.
Finalizar
con dos clásicos, el primero un simulador de máquina de petacos que
hará las delicias de jugones y jugonas del pinball
que
venía instalado en Windows como sistema operativo en los
ordenadores, canosos y tripudos veteranos de las salas de recreativos
y para amantes de un buen simulador sea de la temática qué sea.
Gráficos excelentes, reproducción de hasta los más nimios detalles
de las máquinas originales siendo toda una experiencia cada máquina
de las veinte disponibles. Cada máquina requiere coger su peculiar
tranquillo, nada de coger el tranquillo a una que sirve para todas,
nada más lejos de la realidad al jugar. Efectos luminosos, sonoros,
superficies rápidas, dureza en los tacos y la falta si se menea
demasiado el tablero, lo cual será necesario en algunos modelos. No
faltan descripciones de las máquinas con su historia particular
incluyendo el número de modelos fabricados y hasta alguna rareza
como la que nunca salió al mercado pero sí se hicieron diez
modelos de ejemplo de ingeniería. Veinte modelos a descubrir de
todas las épocas y veinte estilos distintos de encarar la partida.
Hay cuatro modos de torneo y se pueden jugar partidas en línea o
entre cuatro jugadores simultáneos. No faltan las inefables compras
y por supuesto se pueden introducir las iniciales cuando alcanzamos
una puntuación alta. Otro de esos videojuegos que retomas a lo largo
del tiempo, jugando compulsivamente y guardarlo de nuevo cuando
quedamos hastiados...
Por último, un videojuego
que también atraerá a seniors como es uno de batallas espaciales.
Buenos gráficos e historia inmersiva que garantiza buenos momentos.
La cinemática ofrece diálogos opcionales en las preguntas y
respuestas, cosa que encanta a los frikis de estas temáticas más o
menos interactivas pero que pueden espantar a quienes busquen revivir
aquellas batallas espaciales. Aquí es un universo que requiere
pilotar, explorar, comerciar y combatir. El tema del combate no es
limitarse a dispara y dar en el blanco, habrá que maniobrar para
atacar de forma lateral cual navíos en Trafalgar y la gente jugona
veterana de la prehistoria del videojuego recordarán series
televisivas de la época como Galáctica y a generaciones
digitales que gusten de la dinámica del juego, añadir pijaditas a
la nave y emoción en misiones secundarias, disfrutarán como
posesos.
Espero que alguno de los
videojuegos propuestos sea de vuestro agrado y desearos una buena
despedida y entrada del año videojugando, una opción de
entretenimiento que ya forma parte de la vida como la radio, el cine
o la televisión sobrando remilgos de que ya no tengo edad, no
entiendo y tener ese miedo inevitable ante algo nuevo. De momento
seguiremos en PS4, sin menoscabo de dejar calcetín a Papá Noel,
licores y dulces a los Reyes Magos y hasta adelantar la fecha del
cumpleaños a ver si cae una PS5, porque como siempre os digo: ¡Quien
no se consuela es porque no videojuega!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt
Lake City, Utah Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org
Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a poner el árbol
de Navidad
El
viajero aparta un par de cajas y encuentra la que busca en un rincón,
ha llegado diciembre y toca colocar el árbol de Navidad que ya lleva
en poder del viajero casi un lustro y dos años en la caja, pero
estas navidades siente el viajero cierta morriña de navidades
pasadas, quizás demasiados ausentes ya resultando más confortable
el recuerdo que el presente...
Saca
el árbol el viajero de la caja y observa con preocupación que al
árbol de Navidad le falta la mitad de su tronco con sus
correspondientes ramas. Tras cierta zozobra mental, logar recordar el
viajero que la última vez que se guardó le fue imposible
introducirlo entero en su caja y optó por meter la mitad y la otra
mitad guardarla aparte, en un arcón debajo del sillón escamoteado a
la vista de los demás. Tras recuperar la otra mitad, monta el
viajero el tronco del árbol para proceder a desplegar las ramas que
a su vez se divide cada una en cinco ramitas y cada ramita con cinco
ramitas aún más ramitas. El viajero calcula el tiempo de desplegar
en todo su esplendor arbóreo el árbol de Navidad y le viene a la
mente la ocurrencia de que ya que el árbol estará cerca de la
pared, sólo queda a la vista un frontal que evita desplegar las
ramas que quedan enfrente a la pared y fuera de la vista del
observador, una gran ocurrencia piensa el viajero para sus adentros
que le motiva a seguir el proceso del montaje del árbol de Navidad,
con nuevos bríos desplegando las ramas en ramitas y las remitas en
otras ramitas. Se detiene en el despliegue arbóreo cuando considera
que ya está en todo su esplendor y el viajero observa con pánico
que el suelo alrededor del árbol está lleno de cortos filamentos
verdes que se han desprendido del árbol de Navidad durante el
despliegue arbóreo, lo que eran graciosas hojitas de las ramas y
ramitas forman en el suelo un tapiz digno del pelaje de un perro
verde que va perdiendo el mismo. Tiene el viajero que ir a buscar la
escoba y el recogedor para barrer la frondosidad arbórea
desprendida, aprovechando de paso para coger resuello...
El
viajero abre la caja de las bolas y adornos con formas variadas y de
distintos colores, quiere formar un conjunto colorido y a la vez
llamativo, una espiral de bolas de un color que cambia a mitad de la
espiral. Quiere el viajero hacer manojos de cuatro bolas que colgará
juntas, pero encuentra dificultades numéricas en el sentido de que
no hay suficientes bolas para hacer los manojos de cuatro bolas
necesarios, tampoco le importa mucho porque es un coñazo hacer los
manojos y resuelve que lo mejor es el formato clásico de colgar los
adornos individualmente. Hay bolas azules, rojas y plateadas;
estrellas azules y plateadas de dos tamaños, pirulos de colores y
una gran estrella para coronar el árbol...
El
viajero contempla satisfecho la primera fase de la tarea y se pasa su
buen cuarto de hora corrigiendo detalles estéticos como que no haya
muchas bolas apelotonadas, que los colores se intercalen, el delicado
equilibrio entre adornos y bolas de navidad teniendo en cuenta que estas varían de tamaño. Toca poner las luces, piensa el viajero
mientras pasa de nuevo la escoba porque el árbol de Navidad sigue
perdiendo pelambrera. Las encuentra en el cajón de los trastos, son
un filo hilo salpicado de led que el viajero enrolló sobre el
cajetín de las pilas la última vez que las utilizó. Tiene dos,
porque dispone de un belén compacto donde los protagonistas del
mismo son fijos salvo el ángel que cuelga sobre sus cabezas, todo
ello quedando muy resultón una vez le rodean las luces. Comienza por
el árbol de Navidad, el hilo se desenrolla fácilmente y lo hace
subir y bajar entre las bolas y los adornos navideños, luego
rodeando en espiral descendente y serpenteando de nuevo para subir.
Comprueba el viajero que funcione el mando tras colocarle las pilas y
todo funciona a la perfección, no puede el viajero reprimir el
impulso de bajar las persianas para quedar a oscuras y contemplar su
creación luminosa que le deja satisfecho tras probar la media docena
de combinaciones que permite el mando de las luces navideñas...
El
viajero observa con un poco de pánico que el segundo hilo no está
enrollado a la caja de las pilas o puede que lo estuviera y se ha
salido, pero sea lo qué sea el resultado es un ovillo que el viajero
trata de desenrollar para comprobar que es tarea imposible, se
desenrolla algo de inicio pero llega un punto en que la tarea es
trabajo inútil. Mira el viajero el belén compacto y el juego de
luces hecho un ovillo y se le ocurre que el tramo de hilo
desenrollado le da para rodear el belén compacto haciéndolo pasar
entre los protagonistas y si coloca el ovillo de luces detrás, justo
encima del Niño Dios, creará un efecto lumínico sorprendente
resaltando al protagonista de la Navidad y se pone a ello
concentrado, primero pasando el hilo desde el ángel y a lo largo de
la estructura del pesebre y descendiendo para extenderse entre la
Virgen y San José, rodeando la cuna y finalmente llegando al ovillo
que el viajero coloca estratégicamente matando dos pájaros de un
tiro: iluminar el belén y sacar provecho de la desgracia de no poder
desenrollar el hilo de luces...
El
viajero mira satisfecho desde la puerta del salón, luego pasa al
sofá, después a la ventana y, tras hacer unas correcciones moviendo
aquí y allá alguna cosa, queda plenamente satisfecho de su árbol
de Navidad con el belén a sus pies y la estrella coronando el árbol
que también se ilumina. Piensa en grabar un vídeo y felicitar así
a sus amistades, pero lo descarta al instante no tanto por carecer de
amistades a quien felicitar como a su inutilidad para las artes
cinematográficas. Tan contento está el viajero y es tal su
satisfacción, que decide premiarse a sí mismo con un cafelito
recién hecho, de manera que sale al pasillo y se dirige a la...
Pero
ése, ya es otro viaje.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org