Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Navidad
La
Navidad empezaba con el sorteo del Gordo aunque en realidad comenzaba
antes en mi universo infantil, los días previos con los preparativos
en el colegio haciendo adornos y manualidades propias de las fechas.
Siempre estaba impaciente por salir con el horizonte de la navidad,
con ambiente previo que se creaba en las calles con los adultos
comprando lotería, mi abuela adquiriendo ya productos, pero hasta el
sorteo no empezaba la Navidad. Las disfrutaba a tope y ver anuncios de
juguetes en la tele, quedarse mirando los escaparates de las
jugueterías, era liturgia. En casa se desempolvaba el árbol y los
adornos, con una pátina del paso del tiempo. Para mí era todo
especial empezando por las bolas que había que manejar con cuidado
porque podían romperse, la guirnalda de luces que eran pequeñas
bombillitas de diversos colores y que nunca vi en todo su esplendor
porque siempre había alguna fundida y mi padre tenía que hacer
pequeños empalmes tras quitar la fundida. Supongo, ahora, que aquel
árbol y sus adornos llegaron a casa en mis primeras navidades como
bebé, sin embargo era de esas cosas que formaban parte de la
seguridad de mi mundo, esperando en sus cajas a que llegaran las
navidades. El día del sorteo del Gordo era especial, al menos lo
sentía como especial aunque nunca tocó a nadie de mi entorno más
allá de la pedrea o alguna terminación, siempre eran otros los
afortunados, algunos en sitios lejanos y otros en la ciudad mas en
otro barrio, o en la región pero nunca en mi casa. Por supuesto me
tocaba pringar haciendo la compra que mi abuela había encargado, o
en una nota apuntado lo que había que traer, recuerdo las colas en
la carnicería y me resultaba algo latoso estar rodeado de adultos
esperando turno. Luego, ya en casa con la compra hecha, estaba en la
cocina distraido en alguna cosa y mi abuela preparando las bandejas
de turrones, peladillas, mazapanes. Todo era como salía en la tele
salvo las costumbres foráneas donde era Papá Noel quien
protagonizaba la noche de magia y los Reyes Magos nunca aparecían en
las películas o los dibujos animados, lo cual era algo confuso,
cierto que era en otros sitios, pero si algo no salía en la tele o
bien no existía o bien simplemente ignorabas su existencia. Porque
la tele era también protagonista de mis navidades infantiles, los
anuncios sugerentes de juguetes y juegos, películas que nunca había
visto y todo aquello que salía en la tele sólo en navidad. También
los tebeos sacaban ediciones especiales con más páginas y estaba el
trance de escribir la carta a los Reyes Magos, carta que los adultos
resaltaban su importancia y que pensara bien qué pedir, porque mi
generación fue privilegiada en ese aspecto del incipiente consumismo
y una economía que se abría al mundo al igual que el pais tras la
oscura y larga noche de la dictadura y que amanecía buscando la
libertad. Así que podía pedir más de una cosa y así lo hacía
porque al fin y al cabo los Reyes Magos eran magos de verdad sin ser
consciente de que la magia no existe y hay que hacerla realidad,
recuerdo con mucho cariño como los adultos crearon para mí aquel
mundo de magia, cierto que luego igual faltaba alguna cosa, pero
siempre me traían lo que más me gustaba y aumentaba mi fe en los
Reyes Magos. Luego de Nochebuena las cosas iban pasando más rápido,
aún no tenía a mi hermana y mi hermano para hacerles sufrir mis
inocentadas aunque siempre trataba de colgar un monigote de papel en
la espalda de alguien como hacían Zipi y Zape. Nochevieja era velada
televisiva, tratando de aguantar despierto hasta que acabara el
programa especial, del cual sólo me gustaban los números de humor,
disfrutando con los chistes y las parodias, pero la mayoría eran
cosas que no me atraían demasiado acabando dormido y siendo
despertado para acostarme con la televisión ya apagada. Cuando
despertaba al nuevo año, encontraba una bolsa de cotillón que me
dejaron mis padres de su salida a cenar en Nochevieja. Gorro de papel,
matasuegras, una nariz postiza y serpentinas eran el valioso tesoro
que yo admiraba como algo perteneciente a un mundo desconocido.
Llegaba el tramo final, con el ansia de la llegada de la noche
mágica, metiendo la carta en el buzón real que introducía con una
mezcla de ilusión y atracción por el enigma de aquel príncipe de
cartón piedra que recogía en un buzón con forma de arcón las
cartas con las peticiones. Pero el día de abrir los regalos de los
Reyes Magos era también el final de las vacaciones, de volver a la
rutina sin apenas tiempo de disfrutar de mis regalos. Pero la certeza
de que volvería la Navidad y su reconfortante ambiente, que duraban
menos que ahora y tal vez por ello puede que fueran más intensas o
simplemente que los tiempos cambian como cambiaban entonces...
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
Estaba el otro día
mirando la caja tonta sin ver, pasando canales casi por inercia
cuando me topo con el enésimo documental sobre el Egipto faraónico,
una tumba de alguien en aquellos tiempos que fue enterrado como momia
y rodeado de un lujoso ajuar...
Cuando apagué la caja
tonta y quedé a solas con el cielo estrellado, si llueve debo
desconectar todo lo eléctrico en el acantilado, me dio por ponerme a
barruntar, un barruntamiento de esos que surgen en inesperados
momentos a raíz de algo, el tipo momificado en este caso...
Y barruntando barruntando,
me vino a las neuronas preguntarme qué nos llevamos al dejar este
mundo. Las cosas y objetos por valiosos o vulgares que sean está
claro que se quedan aquí donde al parecer son más útiles y en todo
caso se vuelven valiosas con el paso de los siglos. Si partimos de la
base de que existe algo tras la muerte, sin duda debe de ser la
consciencia y sólo hay una cosa que se pueda llevar de este mundo al
morir y ser, es una hipótesis, una forma de consciencia: los
recuerdos...
Claro que abrir una puerta
es encontrarse con otra, surgiendo la pregunta de si nos llevamos
todos los recuerdos o sólo aquellos momentos agradables y los
traumáticos perdiendo el resto. Dicen que los enfermos de alzhéimer
recuperan antes de morir la memoria, así lo indican los parámetros
que miden la actividad cerebral. Lo que está claro es que los
recuerdos es el único equipaje que puede pasar la aduana de lo
desconocido al dejar este mundo y me surge la pregunta de que si nos
llevamos los recuerdos qué utilidad tienen, porque han de tener
alguna utilidad si seguimos con la hipótesis...
Tal vez la balanza no
dirima entre nuestros pecados y nuestras virtudes como dicen las
religiones de todo tipo, tipejos y pelajes; tal vez, sólo tal vez,
se pesen los buenos recuerdos y los malos para ver cuáles pesan más.
Y surge la pregunta de qué, tiene que haberla, consecuencia tiene
que la balanza se incline de un lado u otro...
Al final puede que todo se
reduzca, me refiero a los juicios finales y demás, a cotejar
recuerdos y espero que sea mejor que en este mundo donde unos creen
que no se acuerdan, otros se acuerdan donde unos creen y los
creyentes de la plebe quedamos reducidos a masas debidamente
alienadas, recuerdos comunes que sustituyan el recuerdo individual en
pos de un recuerdo único par no acordarnos de sus delitos...
Luego está el tema de que
de la misma situación no suele haber dos recuerdos iguales si
hubiera un careo de recuerdos. Una persona malvada disfruta del buen
recuerdo de ser malvado pero quien recibe las maldades guarda mal
recuerdo de la misma acción...
Tal vez sea que los
recuerdos se construyen con los mismos materiales con los que se
construyen los sueños, que es otra cosa que igual pasa aduana cuando
dejamos este mundo. Menuda gracia que no dejaran pasar nada por la
aduana y sencillamente nos convertimos en polvo de estrellas sin
recuerdos...
¿...Y cuando se duerme
el sueño eterno,
los recuerdos
a dónde van...?
Miro
un paquete de turrón de Jijona...
Y él
parece mirarme a mí.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Una sección de
Kitapayá en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Videojuegos para una
Navidad
Quienes
seguís la sección ya sabéis que es un clásico de estas fechas
recomendar un puñado de videojuegos además de repasar los jugados
durante el año. El presupuesto de la sección no da para mucho y
menos para mudarse a la PS5 y sigo hablando de videojuegos para PS4.
Lo bueno de una etapa de transición de un sistema a otro es que los
videojuegos de PS4 se pueden conseguir a módicos precios y sí es
verdad que hay que tener la PS5 para disfrutar de nuevos títulos.
También recomendar, como siempre, que es la oportunidad de que
jugones y jugonas de antaño que ahora ya se van jubilando retomen el
saludable hábito del videojuego donde se trabajan reflejos,
coordinación, abstraerse de la dura realidad y, sobre todo,
recuperar la diversión del videojuego amén del favorecer el diálogo
intergeneracional en la familia. Es fácil decir que ahora la
infancia o la adolescencia de la casa están todo el santo día en la
videoconsola, y no debería ser difícil interesarse a qué juega en
la videoconsola y pedir que nos deje echar una partida que se decía
en la prehistoria del videojuego que dicen las generaciones
digitales, así que paso a recomendaros cinco videojuegos en base a
lo bien que me lo pasé, y paso, con ellos....
Comienzo
con PSYCHONAUTS 2, donde
seremos Raz, un joven acróbata que aspira y se prepara
para ser un psiconauta y poder ingresar en los parajes mentales de
los malos. La propuesta suena un poco extravagante pero la inmersión
es total y cuando te das cuenta estás explorando la mente de turno
con sus remordimientos, sus miedos y sus sueños incluso. Pero la
mente se defiende del intruso mediante seres y monstruos que habrá
que derrotar manejando un puñado de habilidades como técnica de
lucha, poderes psíquicos, armas y habilidad. Tiene un poco de todo
con unos gráficos excelentes y una historia bien hilvanada con
momentos hilarantes, el que se repite y sigue causando una sonrisa,
al menos en mi particular caso, cuando el protagonista escucha de su
acompañante de turno que se encargue de los malos mientras busca una
salida. Es un videojuego que me sorprendió por la inmersión al
minuto de empezar a videojugar y que recomiendo a quienes gusten de
relajarse a la vez que se divierten, ideal para retomar el videojuego
si te perdiste los últimos treinta años de evolución de los
videojuegos.
El segundo hará las
delicias de los frikis de PAC-MAN,
actualizado a los nuevos tiempos y donde acabas tirándote un par de
horas y muy recomendable a jugonas y jones senior porque
permite trabajar la coordinación, los reflejos y hasta remover las
neuronas pensando el siguiente paso. Hay varios escenarios donde
habrá que correr, saltar, brincar y saltar de culo para casi todo
como abrir puertas, derribar oponentes y saltar calculando
frecuencias de rayos láser. Luego tiene esa magia de los primeros
videojuegos donde te propones jugar la última partida y te tiras
otras dos horas si te descuidas por la rabia que da que te eliminen
cuando casi estaba y sin poder evitar jugar de nuevo. Los gráficos
están muy bien, no falta el formato clásico del laberinto y se
trata de un videojuego de los que tienes guardados y siempre de vez
en cuando te apetece relajar jugándolo de nuevo. Ideal para
nostálgicos y jugar pachangas tras una buena cena navideña...
De tercero un videojuego
de un género clásico como es el de los simuladores, de avión en este caso y que es para jugar sin prisas, en inmersión total merced
a gráficos y sonidos. Recuerdo que la
toma de contacto se me fue en arrancar motores y flipar un poco al
lograr elevar el morro y emprender el vuelo, ya en inmersión total y
olvidados prejuicios a primera vista. Antes de pasar a pilotar en
serio, está el trámite de sacar la licencia y en ello estaba tras
lograr el ascenso y familiarizarme con los mandos cuando llega el
momento de tomar tierra. Sigo los pasos para el aterrizaje y, por más
que busqué cambiando la mirada subjetiva no encontraba la pista. El
indicador de ruta me indicaba que me había pasado así que me tocó
girar el avión para volver a la ruta y vuelta a empezar. Por más
vueltas que le di no encontraba la pista de aterrizaje hasta que
intentando aterrizar de emergencia me acabé estrellando. Ya aviso
que su encanto reside en que no es tocar un botón y despegar o
aterrizar, se hace necesario concentración y es ideal para frikis
del género o de quienes videojugaron en los 80´s a simuladores de
avión. De esos videojuegos a los que vuelves por la inmersión que
logra, pero exigente de coger el tranquillo lo cual puede que sea
parte de su atractivo.
Finalizar
con dos clásicos, el primero un simulador de máquina de petacos que
hará las delicias de jugones y jugonas del pinball
que
venía instalado en Windows como sistema operativo en los
ordenadores, canosos y tripudos veteranos de las salas de recreativos
y para amantes de un buen simulador sea de la temática qué sea.
Gráficos excelentes, reproducción de hasta los más nimios detalles
de las máquinas originales siendo toda una experiencia cada máquina
de las veinte disponibles. Cada máquina requiere coger su peculiar
tranquillo, nada de coger el tranquillo a una que sirve para todas,
nada más lejos de la realidad al jugar. Efectos luminosos, sonoros,
superficies rápidas, dureza en los tacos y la falta si se menea
demasiado el tablero, lo cual será necesario en algunos modelos. No
faltan descripciones de las máquinas con su historia particular
incluyendo el número de modelos fabricados y hasta alguna rareza
como la que nunca salió al mercado pero sí se hicieron diez
modelos de ejemplo de ingeniería. Veinte modelos a descubrir de
todas las épocas y veinte estilos distintos de encarar la partida.
Hay cuatro modos de torneo y se pueden jugar partidas en línea o
entre cuatro jugadores simultáneos. No faltan las inefables compras
y por supuesto se pueden introducir las iniciales cuando alcanzamos
una puntuación alta. Otro de esos videojuegos que retomas a lo largo
del tiempo, jugando compulsivamente y guardarlo de nuevo cuando
quedamos hastiados...
Por último, un videojuego
que también atraerá a seniors como es uno de batallas espaciales.
Buenos gráficos e historia inmersiva que garantiza buenos momentos.
La cinemática ofrece diálogos opcionales en las preguntas y
respuestas, cosa que encanta a los frikis de estas temáticas más o
menos interactivas pero que pueden espantar a quienes busquen revivir
aquellas batallas espaciales. Aquí es un universo que requiere
pilotar, explorar, comerciar y combatir. El tema del combate no es
limitarse a dispara y dar en el blanco, habrá que maniobrar para
atacar de forma lateral cual navíos en Trafalgar y la gente jugona
veterana de la prehistoria del videojuego recordarán series
televisivas de la época como Galáctica y a generaciones
digitales que gusten de la dinámica del juego, añadir pijaditas a
la nave y emoción en misiones secundarias, disfrutarán como
posesos.
Espero que alguno de los
videojuegos propuestos sea de vuestro agrado y desearos una buena
despedida y entrada del año videojugando, una opción de
entretenimiento que ya forma parte de la vida como la radio, el cine
o la televisión sobrando remilgos de que ya no tengo edad, no
entiendo y tener ese miedo inevitable ante algo nuevo. De momento
seguiremos en PS4, sin menoscabo de dejar calcetín a Papá Noel,
licores y dulces a los Reyes Magos y hasta adelantar la fecha del
cumpleaños a ver si cae una PS5, porque como siempre os digo: ¡Quien
no se consuela es porque no videojuega!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt
Lake City, Utah Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org
Suplemento
viajero cutre de The Adversiter Chronicle
Viaje a poner el árbol
de Navidad
El
viajero aparta un par de cajas y encuentra la que busca en un rincón,
ha llegado diciembre y toca colocar el árbol de Navidad que ya lleva
en poder del viajero casi un lustro y dos años en la caja, pero
estas navidades siente el viajero cierta morriña de navidades
pasadas, quizás demasiados ausentes ya resultando más confortable
el recuerdo que el presente...
Saca
el árbol el viajero de la caja y observa con preocupación que al
árbol de Navidad le falta la mitad de su tronco con sus
correspondientes ramas. Tras cierta zozobra mental, logar recordar el
viajero que la última vez que se guardó le fue imposible
introducirlo entero en su caja y optó por meter la mitad y la otra
mitad guardarla aparte, en un arcón debajo del sillón escamoteado a
la vista de los demás. Tras recuperar la otra mitad, monta el
viajero el tronco del árbol para proceder a desplegar las ramas que
a su vez se divide cada una en cinco ramitas y cada ramita con cinco
ramitas aún más ramitas. El viajero calcula el tiempo de desplegar
en todo su esplendor arbóreo el árbol de Navidad y le viene a la
mente la ocurrencia de que ya que el árbol estará cerca de la
pared, sólo queda a la vista un frontal que evita desplegar las
ramas que quedan enfrente a la pared y fuera de la vista del
observador, una gran ocurrencia piensa el viajero para sus adentros
que le motiva a seguir el proceso del montaje del árbol de Navidad,
con nuevos bríos desplegando las ramas en ramitas y las remitas en
otras ramitas. Se detiene en el despliegue arbóreo cuando considera
que ya está en todo su esplendor y el viajero observa con pánico
que el suelo alrededor del árbol está lleno de cortos filamentos
verdes que se han desprendido del árbol de Navidad durante el
despliegue arbóreo, lo que eran graciosas hojitas de las ramas y
ramitas forman en el suelo un tapiz digno del pelaje de un perro
verde que va perdiendo el mismo. Tiene el viajero que ir a buscar la
escoba y el recogedor para barrer la frondosidad arbórea
desprendida, aprovechando de paso para coger resuello...
El
viajero abre la caja de las bolas y adornos con formas variadas y de
distintos colores, quiere formar un conjunto colorido y a la vez
llamativo, una espiral de bolas de un color que cambia a mitad de la
espiral. Quiere el viajero hacer manojos de cuatro bolas que colgará
juntas, pero encuentra dificultades numéricas en el sentido de que
no hay suficientes bolas para hacer los manojos de cuatro bolas
necesarios, tampoco le importa mucho porque es un coñazo hacer los
manojos y resuelve que lo mejor es el formato clásico de colgar los
adornos individualmente. Hay bolas azules, rojas y plateadas;
estrellas azules y plateadas de dos tamaños, pirulos de colores y
una gran estrella para coronar el árbol...
El
viajero contempla satisfecho la primera fase de la tarea y se pasa su
buen cuarto de hora corrigiendo detalles estéticos como que no haya
muchas bolas apelotonadas, que los colores se intercalen, el delicado
equilibrio entre adornos y bolas de navidad teniendo en cuenta que estas varían de tamaño. Toca poner las luces, piensa el viajero
mientras pasa de nuevo la escoba porque el árbol de Navidad sigue
perdiendo pelambrera. Las encuentra en el cajón de los trastos, son
un filo hilo salpicado de led que el viajero enrolló sobre el
cajetín de las pilas la última vez que las utilizó. Tiene dos,
porque dispone de un belén compacto donde los protagonistas del
mismo son fijos salvo el ángel que cuelga sobre sus cabezas, todo
ello quedando muy resultón una vez le rodean las luces. Comienza por
el árbol de Navidad, el hilo se desenrolla fácilmente y lo hace
subir y bajar entre las bolas y los adornos navideños, luego
rodeando en espiral descendente y serpenteando de nuevo para subir.
Comprueba el viajero que funcione el mando tras colocarle las pilas y
todo funciona a la perfección, no puede el viajero reprimir el
impulso de bajar las persianas para quedar a oscuras y contemplar su
creación luminosa que le deja satisfecho tras probar la media docena
de combinaciones que permite el mando de las luces navideñas...
El
viajero observa con un poco de pánico que el segundo hilo no está
enrollado a la caja de las pilas o puede que lo estuviera y se ha
salido, pero sea lo qué sea el resultado es un ovillo que el viajero
trata de desenrollar para comprobar que es tarea imposible, se
desenrolla algo de inicio pero llega un punto en que la tarea es
trabajo inútil. Mira el viajero el belén compacto y el juego de
luces hecho un ovillo y se le ocurre que el tramo de hilo
desenrollado le da para rodear el belén compacto haciéndolo pasar
entre los protagonistas y si coloca el ovillo de luces detrás, justo
encima del Niño Dios, creará un efecto lumínico sorprendente
resaltando al protagonista de la Navidad y se pone a ello
concentrado, primero pasando el hilo desde el ángel y a lo largo de
la estructura del pesebre y descendiendo para extenderse entre la
Virgen y San José, rodeando la cuna y finalmente llegando al ovillo
que el viajero coloca estratégicamente matando dos pájaros de un
tiro: iluminar el belén y sacar provecho de la desgracia de no poder
desenrollar el hilo de luces...
El
viajero mira satisfecho desde la puerta del salón, luego pasa al
sofá, después a la ventana y, tras hacer unas correcciones moviendo
aquí y allá alguna cosa, queda plenamente satisfecho de su árbol
de Navidad con el belén a sus pies y la estrella coronando el árbol
que también se ilumina. Piensa en grabar un vídeo y felicitar así
a sus amistades, pero lo descarta al instante no tanto por carecer de
amistades a quien felicitar como a su inutilidad para las artes
cinematográficas. Tan contento está el viajero y es tal su
satisfacción, que decide premiarse a sí mismo con un cafelito
recién hecho, de manera que sale al pasillo y se dirige a la...
Pero
ése, ya es otro viaje.
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Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
HIJOS DE LOS HOMBRES
(2006)
(Children of Men)
Nunca
le hacemos ascos a una película del género apocalíptico si tiene
hechuras solventes y no una producción cutre y a primera vista esta
película de 2006 ofrecía buenos alicientes de primeras. Así que no
dudamos en aparcar los trastos de faena hasta la hora de fichar y
bien provistos de birras fías y pistachos subimos al despacho del
gerente a disfrutar de un título dirigido por el mexicano Alfonso
Cuarón y que también firma el guion, entre otros firmantes, basado
en una novela de P. D. James con un argumento bastante molón como es
un mundo diezmado de población humana porque los hombres pierden la
capacidad de procrear y todas las mujeres del mundo se han quedado
estériles con lo cual la humanidad tiene fecha de caducidad
provocando revueltas en todo el planeta donde reina el caos en la
mayoría de los sitios y en los sitios que hay cierto orden, éste se
basa en gobiernos totalitarios que se enfrentan a resistencias más
o menos organizadas. El rollo es que se muere el ser humano más
joven del planeta con 18 años, los mismos desde el último embarazo,
lo cual provoca revueltas, todo ello aderezado de políticas de caza
y deportación a los inmigrantes ilegales en un universo mezcla de
1984 de Orwell actualizado...
En un
reparto algo coral, el protagonismo lo tiene Clive Owen que nos ha
sorprendido con su papel de funcionario aburrido y resignado a una
vida anodina en un mundo asqueroso y hostil que ha sepultado su
idealismo de juventud donde fue activista, pero ya no cree mucho en
nada por no decir que sencillamente no cree en nada porque no hay
futuro, resignación compartida por todos los que como él, están
atrapados sin salida. Luego está Michael Caine que interpreta un
viejo hippy con la mujer en estado catatónico que alivia la espera
del fin a base de fumar la marihuana que cultiva y que disfruta dando
solemnes turras pseudo filosóficas y coloquetas cuando tiene visitas
y se quedan a comer o dormir. Luego tenemos en el plantel femenino a
Julianne More como una activista total que pide ayuda a su antigua
pareja, Clive Owen, para que le consiga por medio de su primo, un
gerifalte del gobierno, un pase para una inmigrante para evitar ser
deportada. La chica es interpretada por Clare Hope-Ashitei que
resulta que está embarazada y a la que la resistencia trata de
evacuar a un sitio a salvo gestionado por la resistencia. Total, que
al final tanto el gobierno como la resistencia quieren utilizar al
bebé y prescindir de la madre, atrapado en medio está el
protagonista que deberá poner a salvo al bebé y a su madre llegando
a una cita en el mar con un barco pesquero para ser evacuada.
La
crítica fue bastante benevolente y alabó sus cualidades
argumentales y el distópico mundo planteado. En nuestra opinión
tras sesudo debate es que hay dos cosas buenas, la primera que el
personaje de Julianne More se muere pronto y nos libra de su
presencia, la segunda el personaje de tipo normal del Clive Owen
alejado del típico personaje pasivo que se desata como una máquina
de repartir mamporros y matar a tiro limpio, todo lo contrario y su
único acto de héroe es algo que haríamos todos si un energúmeno
armado se cuelga de la ventanilla del coche, pues abrimos la puerta y
que se escoñe soltando la puerta cuando abrimos la misma. El mundo
planteado, bueno, se esboza a grandes pero detallistas trazos, la
historia en imágenes ya la hemos visto en distintos títulos,
cogiendo algo de aquí y algo de allí de títulos ya veteranos y
desconocidos para las generaciones digitales quedando resultona pero
se va diluyendo en esbozos
de conspiraciones, imágenes del trato
totalitario y flojea a partir de que la chica tiene contracciones y síntomas
de empezar a parir. Película flojita en realidad que, no obstante,
no ha envejecido en veinte años y se puede ver sin esperar grandes
cosas salvo pasar un rato entretenido y tener una excusa para no dar
golpe hasta la hora de fichar para salir...
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Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
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Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Victoria en El Molinón
frente a un Granada C. F. con menos pegada
Emoción
contenida los días previos al encuentro frente al Granada C. F. y
que prometía ver un buen partido ya que ambos conjuntos necesitaban
puntuar y los tres puntos a poder ser. Y emoción porque nos toca el
Valencia en la siguiente ronda de la Copa del Rey, el míster
rojiblanco animaba el cotarro declarando que firmaba puntuar los dos
últimos partidos del año y caer eliminados en Copa, acicate
psicológico que, además de ser realista, azuza a quienes eliminaron
al Mirandés y el club valenciano pasa por horas bajas y se puede
aprovechar la circunstancia y el jugar a un solo partido en El
Molinón, que lo normal es que palmemos aunque nada nos impide soñar
en pasar otra ronda y de fogueo para suplentes de inicio en los
partidos...
Algo
más de 19.000 espectadores se congregaron en El Molinón y dentro de
los actos de homenaje y reconocimiento a veteranos del club se
entregó una camiseta conmemorativa a un jugador que forma parte de
la mitología del club y pilar en la defensa de la época gloriosa
del club como es Redondo, que recibió el aplauso de la afición. Novedad con Dubasin
en el banquillo ya recuperado de la lesión y un dibujo táctico con
Corredera más adelantado de su posición habitual. El Real Sporting
probó fortuna en la típica salida en tromba nada más pitar el
árbitro el inicio del encuentro y, así, tuvo una clara oportunidad
de gol Gaspar Campos. Sin embargo el Granada dejó claras sus
intenciones de aspirar a llevarse los tres puntos y ya con el juego
rojiblanco más ralentizado tras la salida en tromba de inicio y
Guille Rosas salvó los muebles con Yáñez ya batido evitando que se
adelantara el equipo visitante, llegando a la media hora con juego
alegre por ambos equipos cuando tenían la posesión del balón y
ambos serios en sus sistemas defensivos cortando ataques en
profundidad sin menoscabo de crear ocasiones puntuales pillando a
contrapié la defensa rival. Fruto de la intensidad defensiva sería
la tarjeta amarilla a Diego Sánchez en el minuto veintitrés o el
gol de Faye que enmudeció las gradas mas tanto el VAR como el BAR
dieron anulado el gol por fuera de juego y serio aviso a los jóvenes
y no tan jóvenes atletas del once sportinguista de que había que
mantener la tensión porque el Granada no renunciaba al ataque lejos
de conformarse con sólo mantener su portería a cero. El contundente
Pablo Vázquez vería tarjeta amarilla cuando pasaban dos minutos de
la media hora entrando el partido en una fase de juego bronco,
interrumpido por faltas y pese a ello sería Diego Sánchez quien
remata de cabeza enviando el balón al fondo de la red, esa era la
dirección del balón hasta que intervino el larguero desviando el
mismo. Antes de irse al descanso, en el minuto cuarenta y cuatro,
vería tarjeta amarilla Borja Jiménez. Una primera parte intensa, un
auténtico choque de trenes de dos conjuntos serios en tareas
defensivas y jugando sus bazas a la hora de tener el balón y que
auguraba una segunda parte igual de emocionante. Arrancó el Real
Sporting la segunda parte con la clara intención de ser incisivo
mediante la posesión del balón y profundidad en su juego, pese a
que a los tres minutos el VAR tuvo que revisar una entrada de Bernal
en el área rojiblanca sin más consecuencias que otra ronda alegre y
cantarina en el BAR con bandeja de pinchos recién salidos de la
cocina. Se llegaba al cuarto de hora con juego incisivo del Real
Sporting y un Granada creando peligro cuando tenía la posesión,
dando los rojiblancos sensación de ser más incisivos que el rival.
Tuvo el Granada una clara oportunidad de adelantarse en el marcador
tras una bella jugada creativa, en el minuto setenta y tres Borja
Jiménez mueve el banquillo dando entrada al recuperado Dubasin y el
recuperado en su juego de Dani Queipo por Gaspar Campos y Bernal
respectivamente. Y en el minuto setenta y cinco el árbitro pitaba de
forma fulminante penalti por falta sobre Dani Queipo por empujón de
Lama, en el BAR se vio claramente penalti porque era un emparedado
entre dos rivales más que un empujón y aquí se hizo el silencio de
súbito en el BAR mientras el árbitro revisaba el VAR porque un
parroquiano lanzó una bola de papel entre la lluvia de cáscaras de
cacahuete y corchos de botella en protesta por las dudas del VAR,
bola de papel que escondía en su interior un resto de pincho de
tortilla que terminó estrellado en el marco del televisor lo cual
hizo al chigrero cagarse en todos los santos y apagó el televisor
hasta que el culpable apareciera, el cual fue expulsado del BAR sin
más contemplaciones y volvió el chigrero a encender el televisor
justo cuando el árbitro daba marcha atrás a la pena máxima. Siguió
el partido, intenso y emocionante a medida que pasaban los minutos
sin moverse el marcador. Dani Queipo se reivindicó de nuevo ante su
afición, y agradecía la confianza del míster, realizando otro
partido sereno, concentrado y competitivo, gozando de una clara
ocasión de gol desbaratada en el último segundo por un defensa
rival con el portero ya batido. Crecía la emoción y también
comenzaba la resignación al empate porque tanto Real Sporting como
el Granada seguían con las espadas en alto y concentrados en defensa
hasta que a dos minutos del tiempo reglamentario surge la raza de un
jugador como Gelabert que coge el balón, corre, dribla, regatea y
finalmente suelta un chut que bate a Luca Zidane sin misericordia
para delirio de un Molinón que daba rienda suelta a toda la emoción
contenida en el apasionante duelo que se libraba en el césped. El
árbitro añadió nueve minutos al encuentro y los pupilos
de Borja Jiménez tuvieron que ponerse el traje de faena porque el
Granada se encorajinó en busca del tanto del empate con El Molinón
convertido en una caldera en apoyo del Real Sporting y silbando al
rival cuando tenía la pelota. Fruto del ímpetu visitante tuvo el
bravo Yáñez que desviar una pelota que iba directa al fondo de la
portería en el minuto noventa y dos; Guille Rosas desbarata otra
clara ocasión de un Granada que no dejaba de achuchar en busca del
empate. En el noventa y seis sale Gelabert del césped entre el
reconocimiento de la afición sustituido por Manu Rodriguez. En el
último minuto tuvo ocasión el Granada de igualar el marcador merced
a la falta de contundencia de los jugadores rojiblancos para sacar el
balón fuera del área y se llegaba al pitido final para alegría de
afición y jugadores locales mientras el Granada se marchaba
cariacontecidos sus jugadores por tan injusta derrota donde un empate
hubiera sido lo justo y le faltó pegada o más bien la fortuna que
en esta ocasión sonrió a los locales. Emocionante partido entre dos
equipos serios y creyendo en sus posibilidades, una igualdad en
méritos que tuvo su reflejo en el marcador hasta los minutos finales
donde Gelabert fue el peso que decantó la balanza para el triunfo sportinguista. Felicitar al Granada y su afición porque ha sido de
los mejores equipos, si no el mejor, de lo visto en El Molinón hasta
ahora en la temporada y que sin duda estará en el tramo final
luchando sin tregua.
Victoria
balsámica y de reválida que aleja los puestos bajos de la tabla
clasificatoria y dormimos en un confortable 7º puesto en la tabla
clasificatoria con 27 puntos, siete más que el próximo rival, un
Leganés que necesita ganar ante su gente y ascender puestos que le
alejen de los vértigos del abismo del descenso. Una victoria, y
además a domicilio, acabaría de reconfortar los ánimos y sumar
otros tres puntitos que nos acerquen un poco más a los míticos 50
puntos; un empate sería bien aceptado y la derrota dolería aunque
sin llegar a tragedia con el parón navideño para calmar los ánimos.
Hay que citar una nueva derrota de los carbayones en Sevilla por un
contundente 4-0 que ha provocado la defenestración del míster
siendo la segunda destitución en la temporada del entrenador, lo
tienen chungo aunque no imposible, ejemplo de que es ilusionante
ascender pero si se hace a base de chequera en fichajes, una vez
ascendidos la chequera debe seguir siendo solvente y es mejor el
método Orlegi de crecer sin prisa, con pausas y fichando-renovando
en busca de confeccionar un equipo para el ascenso y una base una vez
ascendidos para dejar de ser un equipo ascensor que es lo que somos a
día de hoy, el resto son baballaes...
F.
O. R.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
HORIZONTE(Cuatro)
El
enrarecido ambiente polarizado en la política ha calado a todos los
estamentos de la sociedad, para bien y para mal, incluyendo los
medios de comunicación sometidos a los dictados editoriales del
accionariado y que resulta inevitable. Pero entre la propaganda
oficialista de la televisión pública y la partidista de las cadenas
privadas, éstas permiten que florezcan atisbos de periodismo de raza
y del periodismo como cuarto poder en la democracia al servicio de la
opinión pública. Es verdad que hay programas y profesionales que
abordan la actualidad de corrupción y machismo tratando de ser
ecuánimes aunque sin renunciar nunca a defender su postura, que
acaban siendo gallineros polarizados que terminan por alienar al
personal. Y de toda la amalgama de programas que abordan la corrupta
y machista actualidad de los actuales gobernantes y sus apoyos
parlamentarios surge un programa que nació en realidad como apéndice
de Cuarto Milenio en 2020 con
motivo de la pandemia, siguió ya como programa independiente
abordando temas de actualidad y tuvo un nuevo empujón al tratar la
tragedia del volcán de La Palma y la más reciente catástrofe de la
DANA con un periodismo de raza, casi de era analógica utilizando los
medios digitales. Y ha sido este año con la explosión de escándalos
que salpican al Gobierno y al partido gobernante cuando el programa
ha logrado su plenitud total como programa donde informarse sin
adulteraciones ideológicas y sí al albur de la actualidad y los
hechos probados así como informaciones comprobadas...
Y
es que Iker Jiménez y Carmen Porter logran crear un ambiente de
charla, donde los colaboradores no se ponen a discutir con argumentos
inamovibles y dogmas intocables, porque todos tienen sus preferencias
políticas aunque no contaminan los análisis. Es fácil en tiempos
de oficialismo y populismo etiquetar un programa de actualidad y sus
integrantes, pero Iker y compañía son fiscales por el espectador,
plantean las preguntas que se pregunta la audiencia más allá de
ideologías. Hoy toca los que están en la poltrona porque es la
actualidad que nos ocupa como antes las tragedias naturales o la
pandemia. La lista de colaboradores es extensa y sería injusto
destacar algunos sin mencionar al resto así que sólo decir que son
excelentes. No es el único programa serio a la hora de abordar de
forma aséptica la actualidad política, pero en horario nocturno sin
duda no tiene rival a la hora de mostrar tomando distancia, de
analizar escrupulosamente la actualidad y, sobre todo, debatir
dejando hablar sin discutir por las discrepancias y cumpliendo esa
norma del periodismo que es informar a la opinión pública a la luz
de los hechos sin tratar de deslumbrar.
Reconocido
por el mundo audiovisual con distintos galardones, audiencia fiel,
esporádica y que suma nuevos espectadores en cada emisión, tal vez
sea de justicia poética que un programa que nació de lo paranormal
y lo oculto tenga magia como programa independiente de actualidad.
Iker Jiménez y Carmen Porter han destilado las mejores esencias
televisivas de La Clave y
las mejores esencias del periodismo de investigación de la fenecida
revista Interviú. De
la primera el ambiente de tertulia, sin complementos salvo los justos
de reportaje y sí planos de los contertulios ayudados de papeles y
de la segunda no achantarse a la hora de escudriñar donde el poder
no desea que se escudriñe. Tal vez por ello sea un éxito que atrae a
generaciones analógicas y digitales ya que unos encuentran algo que
se echaba de menos y los otros aprenden a descubrir mirando por sus
propios ojos y sus propias entendederas. Sin duda, Horizonte
pasará a los anales y el recuerdo como el programa de José Luis
Balbín y al igual que la revista quedará grabado a fuego la manera
de abordar el tumultuoso presente, también en circunstancias
parecidas porque ambos, programa y revista, nacen en la transición
española cuando la opinión pública necesitaba más que nunca estar
informada. La pena es que RTVE no tiene el espíritu de servicio
público y sí de vehículo de propaganda, lejos de articular y
mostrar lo propio como tal como hacen las televisiones autonómicas y
menos mal que las cadenas privadas aún dejan resquicios para la
información veraz. Pero hoy por hoy, si se quiere ver un programa de
actualidad independiente de la polarización campante, hay que ver a
Iker Jiménez y sus secuaces donde, además, te pasas unas risas
que en estos tiempos son bálsamo de Fierabrás para soportar la
propaganda a diestra y siniestra.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org