The Adversiter Chronicle

lunes, 23 de diciembre de 2024

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje a comprar un pantalón

El viajero mira el escaparate sintiendo esa placentera, y a la vez con ligero desasosiego, pequeña fiebre consumista cuando buscamos algo mirando escaparates. En realidad el viajero no ve muchos y siempre son los mismos, aquellos que están en su ruta en el coche de San Fernando, éste lo ve mutar según la temporada, una tienda de ropa de vestir y de cama, a la vieja usanza donde no hay marcas de relumbrón ni de refilón, pero tiene buen género a precios asequibles. Por alguna razón al viajero le reconforta ver el escaparate a lo largo del año, ahora en época de navidades y su consumismo, luego las rebajas para dejar paso a la temporada de primavera y así sucesivamente. Hay cosas apetecibles en el escaparate, aquí unos pantalones, al lado unos polos seguidos de unos jersey de invierno, chaquetas...
El viajero entra en la tienda, con un pequeño mostrador a su siniestra y un amplio local con mostradores a la siniestra con estantes detrás donde se cuadran pantalones de todo tipo. Atiende al viajero un dependiente más cerca de jubilarse que otra cosa y le trae a requerimiento del viajero un surtido de pantalones vaqueros de su talla, advirtiendo el viajero al tendero que si son elásticos sería mucho mejor, dada la experiencia del viajero en otros viajes a comprar pantalones...
El viajero escoge un par, están de oferta que no parece tal para los parámetros adquisitivos del viajero, a los que ha estirado de la cintura para comprobar su elasticidad, aquí el viajero tira de experiencia porque en anterior compra de pantalones, uno le abrocha bien y el otro con algo de esfuerzo y apreturas, no es elástico, y cuando consigue abotonarlo y subir la cremallera todo parece correcto; lo malo es que si se agacha un mínimo, mete las manos en los bolsillos o simplemente el bamboleo al caminar, la cremallera se viene irremediablemente abajo dejando abierta la puerta de las intimidades de bragueta. Esta vez el viajero es prevenido y escoge un par que sólo se diferencian en el tono de color...
Al viajero le indica el dependiente que puede ir al probador, eufemismo para definir lo que es en dimensiones un ataúd para cadáver obeso y tampoco muy ancho. Hay un largo espejo, estrecho al fondo, una percha en la siniestra y un taburete que reducen el espacio operativo del ataúd. De puerta una cortina que al cerrarla del todo queda abierta de un extremo y cuando el viajero se pone a igualar la cortina descubre que si tapa de un lado queda resquicio en el otro. Le invade cierto pudor y es tarde para dar marcha atrás, así que se dispone a descalzarse, tiene que apoyarse en un lateral y descubre a tiempo y con horror que es simplemente una pared de contrachapado cuando al descalzarse casi pierde el equilibrio y se apoya con la mano, tiene la sensación de que le sobresale el culo por la cortina. Si descalzarse fue un pequeño suplicio, al quitarse el pantalón para probar el par nuevo fue un auténtico tormento. Tras lograr sacar las perneras haciendo malabarismos en la estrechez del probador de dimensiones de ataúd, el viajero cuelga, lo intenta, el pantalón pero se cae de la percha siendo lo más escandaloso que la calderilla del bolsillo echó a rodar libremente por el suelo del probador-ataúd del que escaparon rodando al exterior. El viajero se mira perplejo en el espejo, en calcetines y calzoncillos con polar y maldice a las estrellas. Saca casi a gatas la cabeza por la cortina y atina ver las tres monedas fugadas, cada una un poco más alejada, y estira los brazos para cogerlas, observando de reojo que el dependiente y una repartidora han hecho un intervalo es sus negocios para mirar al viajero a gatas salir de la cortina a recoger monedas...
El viajero se prueba los pantalones, lo cierto es que abrochan con poca opresión sobre el ombligo y las cremalleras parecen robustas, capaces de permanecer cerradas que evitarán al viajero salir a la calle y comprobar continuamente que no se le abrió la cremallera. Logra el viajero desvestir los pantalones y vestirse de nuevo, amén de calzarse y atar los cordones, sin causar estragos, maldiciendo el taburete y la jodida percha, qué decir del espejo que ni siquiera refleja del todo la cintura del viajero, hay un espejo más grande en la tienda, pero tener que calzarse y descalzarse para probar el par de pantalones le pareció demasiado fatigoso, ese maldito probador de dimensiones de ataúd le estaba provocando un ligero ánimo de pánico y desea salir al exterior cual Lázaro...
El viajero aprovecha para echar un vistazo al género expuesto, hay un poco de todo, pese a que clientes no hay ninguno salvo una señora pagando que muestra claros síntomas de esa soledad navideña donde se sale de compras por charlar con alguien más que por necesidad, pero la turra de la buena señora colma la paciencia de la dependienta que lleva la caja registradora y acabando la del viajero a cada segundo de espera a que termine la buena señora, que ya pagó y todo, pero se empeña en seguir de cháchara que no interesa ya ni a la dependienta ni el viajero...
Ha salido un poco el sol cuando el viajero sale de la tienda, echa un último vistazo al escaparate y afronta el asfalto con esa alegría consumista de haber hecho una compra, se dice a sí mismo que necesita un utensilio de la ferretería que hay en su camino y se dirige...
Pero ése, ya es otro viaje.

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domingo, 22 de diciembre de 2024

"Deporte sin porte", por F. O. Roffön

Una sección de F. O. Roffön en exclusiva para The Adversiter Chronicle

La falta de gol pesa como una losa y el Málaga C. F. tres goles nos endosa

Se llegaba a la última jornada del año con el ambiente de derbi ya en la afición aunque quedaba recibir a un Málaga C. F. con vitola de buenos guarismos a domicilio, deseando sumar puntos para ascender puestos en la tabla clasificatoria y, de paso, empatando a puntos con el Real Sporting de llevarse la victoria en El Molinón, los rojiblancos con cierto optimismo por cuanto la mala racha de derrotas se rompió con el empate de la pasada jornada. Sí dos ausencias notables como es el intrépido Dubasin por acumulación de tarjetas y del colombiano Otero aún de enfermería. Se presumía un buen partido y no había que perder comba porque los carbayones también estaban ufanos ante su encuentro con el Córdoba en `El Tartierón´ y ansiaban llegar al parón navideño y al derbi de enero con una victoria que le consolidara en puestos nobles...

La cosa ya empezó a oler un tanto a mal fario con la derrota previa de los carbayones frente al Córdoba y al comienzo del encuentro la grada ya hacía cuentas de ganar al Málaga C. F. Y si alguien no vio el partido y se fija en el marcador bien podría pensar que los jóvenes y no tan jóvenes atletas del once sportinguista fueron apabullados por el equipo visitante, nada más lejos de la realidad porque el partido se resume en que al Real Sporting le falta gol, no es mala racha ni demás milongas de mal fario. El primer tiempo fue disputado por ambos conjuntos con un Real Sporting que trenzaba jugadas y rondaba el área rival, el cual se mostraba ordenado y disciplinado amén de tener a su favor los dioses de los postes y larguero, de fallar éstos ya estaba de última trinchera un felino Herrero que interceptaba balones cuando ya se cantaba gol, dos equipos serios y competitivos donde unos jugaban sin remilgos de local y el adversario de visitante, agazapado y alerta a pillar a contrapié al rival. Y tras el descanso se esperaba más de lo mismo con tranquilidad en la grada por ambas aficiones ya que visto el primer tiempo parecía claro que quien marcara primero podía llevarse el partido. Y cuando aún estaban los culos de la parroquia sportinguista buscando su asiento para disfrutar del segundo tiempo, nada más empezar el Málaga metió un zarpazo letal a la meta de Yáñez por medio de Baturina que dejaba al Molinón, salvo a la afición visitante, con cara de haba y el BAR tragando rápido el pincho porque con el tanto inesperado que ponía el marcador en contra casi nos atragantamos más de uno. Sin embargo el Real Sporting puso cerco al Málaga que tiraba de oficio y disciplina con los astros de su parte viendo como se desbarataban una tras otras las oportunidades de gol rojiblancas. Así hasta el minuto ochenta y dos cuando Campuzano obtuvo recompensa a su bravura tras chutar a gol cuando Herrero intercepto el penalti pero el lanzador remató el rechace del portero igualando el marcador. Comenzaban unos minutos finales donde se mascaba que el Real Sporting podría remontar hasta que en siete minutos Dioni hizo trizas el sueño con dos zarpazos mortales, el segundo ya en tiempo de descuento, que dejaba a su afición saltando de alegría y a los parroquianos del Molinón cariacontecidos, se había jugado bien frente a un buen rival y se tuvieron ocasiones para haber goleado y sin emabargo los goleados fuimos nosotros. Esta vez el VAR estuvo de nuestro lado pero no la fortuna del fútbol que son los goles, no es que no se llegue o no se creen ocasiones, ambas cosas se logran pero esta vez los postes y larguero eran malagueños. Partido disputado de poder a poder y una vez más el rival tuvo más acierto de cara al gol, hay que felicitar al Málaga C. F. y nada que objetar a su victoria ganada en buena lid.

Y tras dos semanas de competición en dosis intravenosas llega el descanso navideño, triste para la afición porque añora la competición y oportunidad para los equipos de recargar pilas, hacer cuentas, corregir errores y pulir talentos. Se llega al parón navideño con los carbayones en el sexto puesto con 35 puntos, cinco menos tiene el Real Sporting que baja hasta el noveno puesto de la tabla clasificatoria. Puede verse la botella medio llena, a sólo veinte puntos de lograr la permanencia en teoría, u bien medio vacía porque tras una primera vuelta en puestos nobles se llega al parón navideño descendiendo puestos. Lo importante es que se sume hasta lograr la permanencia y lo que venga ya se verá. Hay que conjurar la racha de goles que se fallan y un buen bálsamo sería doblegar a los carbayones en su feudo marcando más que ellos. Así que felices fiestas y ver qué nos depara 2025 a nivel futbolero...
F. O. R.

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sábado, 21 de diciembre de 2024

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

Víspera del sorteo de lotería inherente a las navidades y me sigue ilusionando ver la ilusión de la gente en que toque al menos un pellizquito...
El Sorteo del Gordo es algo que reconforta entre tanta ponzoña diaria, como otras cosas que están ahí cada año y hacen pensar que mientras sigan es que la cosa va bien. Al menos va mejor que donde la lotería sustituye los bombos por cargadores y las bolas por munición, que suele tocar más que con bombos y bolas, cierto que nadie celebra cuando le toca esa lotería, hecho papilla cadavérica o un pellizquito en forma de muñones y pedrea en silla de ruedas...
Si somos capaces de unirnos en algo tan tonto como un sorteo de lotería, lo digo porque nadie reclama su parte del Estado, incluyendo a quienes no lo reconocen pero viven de él; digo que podíamos unirnos en la misma comunión para todo aunque no tengo mucha esperanza...
En mi caso particular no tengo fe ninguna en la lotería, si tuviera caudales para empezar a comprar en cada sitio donde me llevara mi guay buga por motivos de mi guay trabajo que me proporciona ingresos guay, la jodida vida sería guay comprando lotería y cuando llegue mañana tener tantos décimos de tantos números de tantos sitios es fijo que algo toca...
Tengo una participación de mi fiel peluquero, una modesta participación de 0,20 aurelios y me doy por satisfecho. Confieso que algo de angustia en días previos como hoy que veo a todo el mundo con sus décimos, hablando de sus décimos y algún rumboso compartiendo décimos. Ese desasosiego escuchando el sorteo y temblando ante la posibilidad de que toque en algún número del barrio y que debo ser el único que no compró los décimos. Entonces, de manera implacable cada año, esa sensación de alivio, de descanso y de paz cual evacuación intestinal con ganas contenidas cuando pasa el sorteo y un año más no ha tocado a nadie cerca, mirando la participación de mi peluquero satisfecho porque me he ahorrado un pastón en décimos no premiados. Luego llega el sosiego de ver que sí, ha tocado cerca pero poco, ha tocado mucho pero lejos y ningún familiar de mi entorno salió a por tabaco cuando cantaron el Gordo sin que nadie le haya visto desde entonces y postales con remite anónimo desde Malibú...
A fin de cuentas, la vida no deja de ser un juego de azar y azaroso, hay otras loterías y otros premios que no tienen forma de décimo ni son en vil metálico...
Y a nadie le gusta estar gordo aunque sea en tiempo de Navidad.

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viernes, 20 de diciembre de 2024

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre

Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

GH 2024: Juan rompe las apuestas y gana con las botas puestas tras una semana anodina y una final con sordina

Ha finalizado, por fin, una edición de GH con concursantes anónimos de la plebe que fue esperada con ansia y esperanza por amantes del formato ya saturados de sucedáneos con famosos, famosetes y famosillos con sus pendencias de afuera que tenían altavoz en la convivencia con estridencias, entretenido al principio y saturado al final. Se esperaba una edición recuperando la fiesta de juventud sin importar la edad que era GH, y hablamos en pasado porque la cosa fue rara desde el inicio, concursantes que se conocían del exterior con rollito pasado como Violeta y Luis, el tono de Jorge Javier de inquisidor del reino que tuvo su clímax en la expulsión por la audiencia de Mayte, condenada al ostracismo mientras que un expulsado por motivos de comportamiento de macho alfa patriarcal y nada progresista del Adrián que estuvo en la gala de la final y hasta se le permitió soltar discurso tras su draconiana expulsión, algo inédito en expulsadas y expulsados antaño por motivos disciplinarios. Qué decir de que ha ganado un concursante expulsado dos veces por la audiencia y repescado por Adrián a cambio de que si ganaba uno de los dos verían reducido el premio, que haya ganado Juan es la prueba irrefutable de una edición rara de bemoles por alterar lo que era GH con gente de la plebe sazonando la misma de lo peorcito de las ediciones con famosos, famosetes y famosillos, alteraciones que deconcertaban a los propios concursantes avezados y duchos del formato desde que tenían chupete en la boca...

La última semana de convivencia en la casa con los cuatro finalistas fue completamente anodina con Óscar ora consolando a Violeta, ora tocando los bemoles a Juan con la sonrisa autocomplaciente de Ruvens cual titiritero con su marioneta, la chicha estuvo en debates y galas con los familiares y estirando de relleno, tal era la falta de contenidos, las tramas de Nerea, Luis y las madres que los parieron, en sentido literal. La primera expulsión de finalistas recayó en Violeta que sólo ansiaba salir para encontrarse con su amorcito, el cantamañanas televisivo del Edi. Violeta cagó su concurso cuando quedó obnubilada por Edi, idiotizada con las turras y siendo el avatar de Edi cuando se enconaba con Daniela o Maica, la verdad es que no se entendía mucho su presencia en la final porque la pobre llevaba sin vivir su concurso hace casi dos meses para desespero de su santa madre. Y el caso es que Violeta nos hace empatizar, su dulce rostro que enamora a la cámara, su hechura de mujer y sin embargo con esa sensualidad en el tránsito de joven a adulta, siempre que se la mire de cintura para arriba...
Muy mona pero hizo el mono por culpa de Edi.

Y llegó el jueves con la gala final que tuvo como principal atractivo y atracción de feria de tercera, el descubrimento por parte de GH para paliar la sequía de la España profunda y convertir secarrales en fértiles campos de cultivo, de pastos y bien regados por agua de lluvia: los municipios interesados sólo deben contratar a Vanessa y a Jorge porque mano de santo, oiga, auténtica mano de santo, ni la danza apache a Manitou o los aviones chinos soltando ioduro de plata en las nubes, Jorge y Vanessa ponen a la sequía tiesa. ¿Pero quien tuvo la ocurrencia de poner a estos dos de banda sonora a grito pelado y puesta en escena de prime time televisivo en la URSS del camarada Chernienko?; digno colofón birrioso y cutre a una edición ídem. Luego la presencia en plató de Adrián, que siempre se condenaba al ostracismo a quien era expulsado por motivos disciplinarios y que huele a evitar demanda por su parte al programa por daños y tal. Jorge Javier actuando tarde mal y nunca atento a lo que había que hacer y una gala final de lo más simple que se ha visto...

Ruvens dio la sorpresa cuando ya se mascaba que la final finalísima sería entre él y Óscar, pues se quedó con la miel en los labios y se rompió más de una apuesta con su expulsión y quedar tercero. De Ruvens ya hemos dicho en anteriores crónicas que es muy inteligente, deconcertado en ocasiones por los giros en el programa nunca vistos por alguien que se ha tragado todas las ediciones y que tiene una personalidad cuando menos peculiar. Al principio crucificó a Óscar a terminos casi de sanción, pero es un estratega y vio que era una táctica errónea. Le manipuló y disfrutaba observando las trifulcas, haciendo el ganso hedonista en las conexiones con las galas y debates, ínfulas de director de cine, manicuras de estrella locutora radiofónica y concursante genuino de GH con gente de la plebe que vivió su concurso a sus maneras, que fue expulsado, repescado y se plantó en la final. Aunque no quiso aparentarlo, estaba en shock porque en su fondo interior se veía disputando la final con su perrillo faldero...
Hala, coge el móvil y rueda algo; si es cuesta abajo y a trompicones, mejor que mejor, salao.

Y llegó la hora de la verdad, en plató gritos de ánimo a Óscar que disfrutaba como ha hecho todo el concurso, hay que reconocerlo, en otro concursante genuino que perdió las opciones de los votos de la audiencia al no percatarse de que se hizo el pelele de Ruvens, que él no lo ve así, a lo mejor si tiene la santa paciencia de ver como espectador la edición se cae de la burra como se cayó del pedestal quedando segundo. Óscar es un caballero y es un espíritu alegre, dicharachero, que quiere ser un truhan pero es un señor y un caballero. Nadie ha entendido que estaba en su casa y hablaba de todos con todos y casi todas. Lo malo es que por obra y gracia de Ruvens pues se encabronó sin muchos motivos y casi ninguna razón con el resto a medida que iban pasando las semanas, lo de esta última semana con Juan era completamente desquiciante y sin venir mucho a cuento. En condiciones normales se hubiera medido en la finalísima en duelo mortal con Maica, la gran ausente de la final...
Fue un buen concursante y un mal pelele.

Juan se alzó con el triunfo final rompiendo casi todas las quinielas y siendo el gran tapado de la edición. Mueble estoico durante gran parte de la edición, un adulto entre tardo-adolescentes disfrutando en parque de atracciones, casi enigmático su rostro imperturbable, que tuvo de Sancho Panza al patán del Adrián y la charla siempre amigable de Jorge, maná suficiente para soportar la convivencia de corral que le rodeaba. Fue el primer sorprendido de que fuera expulsado por segunda vez por la audiencia y a los diez minutos estaba de nuevo concursando, le ha costado tijeretazo del premio en metálico, siendo para casi todos y casi todas una incógnita su victoria sobre dos pesos pesados de la edición como Óscar y Ruvens. Las tres última semanas es verdad que ya andaba algo desquiciado y a la vez sorprendido de que iba librando de la terna de expulsiones por la audiencia. El equipo de cata televisiva estamos convencidos de que ni él mismo se creía con opciones y el intríngulis de su victoria estriba en que se llevó el voto de quienes no querían ni gustaban de Óscar y Ruvens con sus movidas en la recta final del concurso. Por otra parte la mayoría vio a Óscar en su parte de víctima y otra parte como pelele, lo cual hizo que el voto de castigo dando la victoria a Juan rompiera todas las cábalas. ¿Si en vez de Juan fuera otro u otra el tercero en discordia? Pues hubiera sido más lógico que Violeta entrara en el trío del podio, pero para joder a Ruvens qué mejor que dar la victoria al rival que más ha temido y nunca seducido en la casa como ha sido Juan, siendo además culpable de las fobias últimas hacia Óscar que hubiera sido el justo ganador por puntos. Pues ganó el Juan que, como dijo alguien con dulce voz melodiosa de trino en primavera sobre un junco chino, nadie se acordará de quién era...
¡Y menos mal que no se le salió un zapato en sus bailes porque se carga el cámara fijo!

Y se echa el telón de una edición muy ansiada que desde luego ha sido única, dudamos que la próxima sea tan cutre, con un elenco un poco más variopinto que den vidilla y no en bucle día tras día. De Jorge Javier no decimos nada porque es lo de siempre, una sombra del presentador que era y con vaivenes donde tan pronto sonreía y reía cuchufletas con Mayte y cuando sale la recibe en plató como si hubiera matado a su burro en el jardín. Casi estuvo más animado el rollo de los familiares en plató, lo de las madres de Luis y Nerea merece hacer una serie de comedia bufa, y no entendemos lo del Adrián y tampoco dan explicaciones...
Edición decepcionante, sin más.

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jueves, 19 de diciembre de 2024

"Deporte sin porte", por F. O. Roffön

Una sección de F. O. Roffön en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Se saca un valioso punto en Anduva frente a un C. D. Mirandés de aupa

El fútbol también son rachas, la alegre y positiva donde se encadenan victorias salpicadas de algún empate y está la mala racha, ese bajón en rendimiento que se da en todos los equipos. Si los grandones berran en cuanto ven la mala racha, para los equipinos suelen ser fatales truncando ilusiones clasificatorias y decepcionantes resultados donde no parece salir nada. Y se rendía visita al feudo de un C. D. Mirandés que se presentaba en racha de resultados, bien clasificado y con buenas referencias en las crónicas. Enfrente un Real Sporting que parecía entrar en una mala racha si no lograba el triunfo en Anduva. Las aficiones tienen un tercer ojo para percibir las malas rachas, derrotas cuando se pudo haber hecho algo más, juego sensiblemente peor para lo visto hasta ahora y esa sensación de que una derrota nos hundiría en la tabla clasificatoria tras dormir gran parte de la temporada en puestos nobles...

Representación sportinguista en las gradas, bastante desangeladas, para un partido que tuvo tres partes. La primera duró los primeros veinte minutos con juego en el centro del campo intentando los locales atacar con ímpetu y precisión mientras que el Real Sporting se afanaba en defenderse y lanzar balones largos a Caicedo, novedad en la titularidad junto al recuperado Curbelo tras una larga e insidiosa lesión. Pasado el minuto veinte el partido sufrió un parón con susto tras un choque entre el recuperado Curbelo y el mirandés Izeta. La cosa fue tal que la retransmisión televisiva activó el protocolo y no pinchaba imágenes de los jugadores, ya con la ambulancia presente en el césped y obligando a ambos entrenadores a realizar un cambio obligado. El BAR estaba en ronda de pinchos y bebercio y casi se nos atraganta el pincho cuando el VAR chivó al árbitro una posible mano y posible penalti. Hubo consulta del árbitro en la pantalla VAR y el BAR pegado a la pantalla cuando decidió pena máxima y sería Lachuer en el veintisiete quien lanzaría el penalti que el bravo Yáñez no acertó a parar engañado por el rival sobre la dirección del chut. Aquí comenzó otra parte del partido con el Mirandés que veía que se reanudaba el juego tras el parón con el marcador a favor. Se llegó al descanso sin grandes apuros para los locales mientras los jóvenes y no tan jóvenes atletas del once rojiblanco trataban de recuperar el ritmo creando ocasiones más o menos claras. Pero en el segundo tiempo se vio un partido distinto por ambos equipos, el Mirandés se puso el traje de faena para defender su ventaja en el marcador sin renunciar al contragolpe mientras que el Real Sporting aceleró una marcha poniendo cerco al área rival, pero con una garrafal falta de acierto en ocasiones y el cancerbero local atajando otras. La entrada de Campuzano por Caicedo aportó más flexibilidad al conjunto sportinguista, el bueno de Caicedo debe pulir algunas cosas, pero el partido parecía condenado a no moverse el marcador cuando en el ochenta y dos el desconcertante Robert Pier se redimió del ramalazo que le había dado minutos antes con tarjeta amarilla y dando manotazos incluso a quien iba a animarle, pero con el gol se le perdona. Ningún equipo quiso jugar el tiempo restante al empate y hubo emoción en los minutos finales. La falta de acierto nos condena siempre por errores defensivos, los cuales marcando se enjuagan sin problema y que resultan desesperantes cuando se fallan de forma continuada, fallo entre comillas porque los contrarios también juegan, pero hubo ocasiones, tres en el primer cuarto de hora, que llevan esa ley de Murphy que dice que fallando eso se pierde el encuentro. Esta vez hubo fortuna y se arranca un valioso punto tras enfrentarse a un C. D. Mirandés competitivo y que sabe lo que quiere y como ejecutarlo, es cierto que tuvo el VAR como condicionante a favor, pero supo jugar con ventaja, con el balón y sin el balón. Empate justo u injusto, depende del BAR con el que se mire el VAR, pero se le aceptó como árbitro de compañía para ayudar al árbitro interpretar si hubo o no mano, falta y demás vicisitudes durante el lance del juego. Es tontería discutir porque es el árbitro quien tiene la potestad de interpretar la jugada con el VAR y poco importa lo que brame el BAR. Hay que afinar puntería para compensar las pifias en defensa que suelen acabar en gol del contrario y el secreto del fútbol es marcar más que el contrario.

Se desciende al noveno puesto en la clasificación con treinta puntos, quedan sólo veinte para asegurar la permanencia a priori, y recibimos a un Málaga en la zona media de la tabla a sólo tres puntos de distancia en el onceavo puesto de la tabla clasificatoria. Los carbayones hicieron los deberes en Zaragoza y cosecharon los tres puntos en juego que les aúpan al cuarto puesto con treinta y cinco puntitos que les hacen dormir en puestos nobles y seguramente envalentonarse con sueños de grandeza. Ya se huele ambiente a derbi asturiano y ambos conjuntos querrán una victoria frente a Málaga y Córdoba respectivamente que no lo pondrán fácil. De momento se evita entrar en mala racha a nivel psicológico y una victoria el próximo sábado sería balsámica para irse de buen rollito a disfrutar de las fechas navideñas.
F. O. R.

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

"Memorias de La Transición", por Antón Rendueles

Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Juegos de patio de colegio

Aunque el balón era omnipresente en el patio de recreo, había juegos que eran periódicos y se ponían de moda unas semanas. Al menos el recuerdo que tengo es que sucedió en todos los cursos de EGB, en mayor o menor medida. Estaban las canicas, auténtica fiebre contagiosa que hacía que nos afanáramos en conseguir canicas coloridas, algunas más grandes y la élite de las canicas de acero como las de las máquinas de petacos. Aunque luego las partidas se disfrutaban, era la caza de ejemplares y conseguir llevar alguna canica que destacara era donde estaba la esencia. Pasada la fiebre de las canicas, estaban las chapas protagonistas de carreras en circuitos dibujados con tiza en el suelo. Lo de las chapas era un auténtico arte y había frikis que llegaban con la chapa toda maqueada, customizada que dicen ahora, donde sujeto con plastilina había una foto o algo en el reverso de la chapa. Los más sibaritas hasta le ponían un cristal que era la envidia del resto de jugadores. También entrábamos en fiebre del juego de las cartas de coches, unos pequeños naipes con fotos de coches de Fórmula 1 con sus características técnicas de potencia, peso, velocidad máxima y demás. Se jugaba escondiendo la carta y citando una característica, como el peso por ejemplo, y el otro jugador debía mirar la misma en su carta, el ganador que en el caso del peso era el que menos pesara, se quedaba con la carta del contrario. Tenía su tranquillo, por ejemplo el poco peso ganaba a Ferrari que era imbatible en velocidad y potencia. Y estaba la estrella de los juegos de patio de colegio periódicos que era la peonza. Aquí si que la fiebre era compulsiva y contagiosa. Se jugaba en el patio del colegio, en la parada del autobús, practicabas en casa y cuando regañaban porque podía fastidiarse el suelo de la cocina se pasaba a la calle. Había competiciones de duración del giro de la peonza y recuerdo que solíamos caparlas del pitorro superior y lanzábamos la peonza intentando que cayera de punta sobre la peonza rival justo donde estaba el pitorro porque corría la leyenda de patio de colegio de que si se acertaba se lograría partir por la mitad la peonza rival. Yo nunca fui testigo de tal cosa, pero era como El Dorado del patio de colegio lograr romper la peonza rival y siempre había alguien que afirmaba que era verdad. Inocentes juegos que formaban parte del universo escolar y que nos mantenían entretenidos una temporada, buscando canicas coloridas o excepcionales, pidiendo bolas de rodamientos a mi padre para conseguir tener una de acero. Las chapas me daban mucha pereza porque no me fascinaba maquearlas con foto de alguien y un cristal. La peonza sí que me gustaba y pasé gratos momentos cogiendo técnica. Sería imperdonable que me olvidara del rey de los juegos de patio de colegio que era el yoyó. En el yoyó sí que había categorías. Estaban los torpes como yo, siempre pensaba que no podía haber alguien más torpe, y estaban luego los virtuosos. La fiebre comenzaba buscando un yoyó, uno simple para empezar y cuando se cogía maña se pasaba a otros más sofisticados. Nunca pasé del nvel básico de bajar y subir el yoyó, tampoco me fascinaba ser un virtuoso porque era consciente de mi torpeza para llegar a ser tal, pero disfrutaba observando algún compañero de patio haciendo acrobacias con un yoyó que hasta tenía luz. Era todo un universo aquellas fiebres temporales donde jugábamos compulsivamente en el recreo mientras el mundo giraba con sus vueltas y revueltas.
Antón Rendueles

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martes, 17 de diciembre de 2024

KARTAS UKRANIAS

 

THERE IS NO CHRISTMAS IN WAR

Can you hear the carol

that sounds between the trenches?
There is mud and humidity
without bright lights
of Christmas, they are lights
dim and hidden

Can you see the tree

among the ashes decorated?
There are no more trees
broken by the projectiles
burned to the roots
there are no presents, only death

Can you hear the children

playing happily at Christmas?
The children are training
while their parents
fight and die
disappear

There is no Christmas in war

death does not wait
but the invader despairs
because Christmas in Ukraine
is a war for freedom
for humanity
for you

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