Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Autor:
Paul Johnson
Editorial:
Javier Vergara Editor
Traductor:
Aníbal Leal
Edición:
Año 2000
La
propuesta de hoy es un fascinante viaje al mundo tras las guerras
napoleónicas que vio nacer el romanticismo, la implantación de
repúblicas en el continente americano tras el fin del imperio
español, la expansión de una nueva y dinámica nación que eran los
EEUU mientras en Europa Francia trata de ponerse a la altura de Gran
Bretaña que se alzó como potencia mundial y dominaba los mares tras
la derrota de España y Francia en Trafalgar. Quince años desde 1815
a 1830 donde la tecnología del vapor estaba cambiando el mundo, los
primeros tendidos ferroviarios, las industrias que producían mucho
más barato y en la agricultura donde los asalariados boicoteaban la
implantación de maquinaria y a nivel político el surgir de una nueva
clase política burguesa y urbana que se abría paso frente al poder
político de los terratenientes. En las artes y en la ciencia se
exploraron nuevos horizontes, los artistas dejaron de depender de
las monarquías para crear sus obras y la mejora en imprentas y
técnicas de impresión facilitó su difusión a nivel popular. Un
mundo que dejaba atrás el viejo régimen y donde los monarcas
trataban de acoplarse a los nuevos tiempos sin renunciar a sus
privilegios y poder a la vez que surgía la prensa y la opinión pública. Un mosaico de casi mil páginas que se devoran
descubriendo una época fascinante...
Paul
Johnson nació en Gran Bretaña en 1928 ( falleció el 12 de enero de
2023). Prestigioso periodista, fue durante seis años jefe de
redacción de The New
Stateman. Como autor se
encuentra en la línea de esos historiadores de los dos últimos
siglos para quienes escribir acerca de la historia no tiene sentido
si no se incluyen revelaciones y juicios sobre el mundo que nos
rodea. Entre sus libros de mayor éxito se encuentran: Tiempos
modernos, Historia del cristianismo, Intelectuales, Historia de los
judíos y Al diablo con Picasso, todos ellos de gran éxito.
Datos
sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en
Internet podréis encontrar más información sobre el autor. A
continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante
lectura:
EEUU
y Gran Bretaña forjan su `relación especial´...
"Las
dos potencias cooperaron para eliminar a Rusia, como antes habían
excluido a España y Francia. Los rusos, que carecían de una flota
en la región para enfrentarse a la Armada real, retiraron sus
reivindicaciones y en abril de 1824 firmaron con Estados Unidos un
tratado que establecía los 54 grados 40 minutos como el límite
meridional de sus asentamientos. Siguió un tratado análogo de
Rusia con Gran Bretaña en febrero de 1825. Fue oportuno que los
países de habla inglesa actuaran contra Rusia en ese momento, para
contener su avance en el continente norteamericano. De hecho, toda la
Costa del Pacífico (excepto Alaska) más allá de los 12 grados de
latitud quedó en manos de los anglosajones sin que existiera la
posibilidad de una intervención extranjera. Sin embargo, en la mente
de algunos estadistas norteamericanos, por ejemplo Adams, `Estados
Unidos y América del Norte son sinónimos´, y Gran Bretaña nada
tenía que hacer allí; estas actitudes, como veremos, son la base de
la formulación de la Doctrina Monroe. Pero Gran Bretaña jamás
reconocería ese sentido de la doctrina. Como George Canning (sucedió
a Castlereagh en el cargo de secretario de Relaciones Exteriores)
dijo al amistoso Richard Rush, que ahora era embajador norteamericano
en Londres: `Si se nos desalojara de las costas de Estados Unidos,
poco nos importaría que la expulsión fuese el resultado de ucase
(decreto) ruso que nos excluye de la tierra´. De hecho, la mayoría
de los norteamericanos admitía tácitamente que los británicos no
estaban incluidos en la misma categoría que las restantes potencias
europeas. Pero Adams no aceptaba fácilmente ese concepto. El pacto
de límites anglo norteamericanos de octubre de 1818 debía ser
renovado por diez años más, y todavía el 14 de febrero de 1827
Adams, que era presidente, escribía en su diario: `Yo dejaría el
límite noroeste in statu quo en lugar de aceptar lo que proponen los
británicos o concederles algo. Las perspectivas de nuestras
relaciones con Gran Bretaña son sombrías. La lógica de la Relación
Especial era demasiado sólida. Se procedió a renovar la convención.
De hecho, los dos países gobernaron conjuntamente el enorme
territorio de Oregón, sin muchas dificultades, hasta 1848."
Imperialismo
ruso...
"Por
lo tanto, el hambre de tierra fue la fuerza dinámica del
imperialismo ruso. Explica la
intensidad y la tenacidad con la cual se colonizaron sus conquistas, y se las convirtió en hechos permanentes. Y como los campesinos, por acuerdo universal el `corazón y el alma´ de Rusia estaban detrás del movimiento de colonización y la Iglesia la santificaba, los rusos de todos los niveles e inclinaciones eran imperialistas. Incluso en el ámbito de los intelectuales -un agregado importante a la sociedad rusa en los años que siguieron a 1815, como veremos después- es difícil encontrar oposición, por lo menos hasta la última década del siglo. Tolstoi apoyó a los imperialistas; más aún, en su juventud fue uno de ellos. Alejandro Herzen comparó la conquista rusa de Asia Central con la ofensiva del `destino manifiesto´ de Estados Unidos en dirección al Pacífico; era un signo de la juventud y la vitalidad rusas. De hecho, la firme unanimidad de la opinión rusa fue lo que posibilitó el despojo y en muchos casos la destrucción de antiguas razas: los ostiacos y los cheremises, los udmurtes, los chusvashes y los tártaros; los calmucos; los karapalkakos y los turcomanos; la pequeña horda, la mediana y la grande; los uzbekos; los jungares y muchos otros. Donde los pueblos sobrevivieron, como súbditos del Zar, sus jóvenes a menudo fueron militarizados y convertidos en agentes de la ofensiva hacia el este y el sur. Así, la caballería cosaca se convirtió en un brazo poderoso del ejército ruso y aprendió a someter a otros, como antes ellos mismos habían sido aplastados. Fuera de las áreas montañosas, el 90 por ciento del ejército ruso de conquista estaba formado por hombres a caballo."
intensidad y la tenacidad con la cual se colonizaron sus conquistas, y se las convirtió en hechos permanentes. Y como los campesinos, por acuerdo universal el `corazón y el alma´ de Rusia estaban detrás del movimiento de colonización y la Iglesia la santificaba, los rusos de todos los niveles e inclinaciones eran imperialistas. Incluso en el ámbito de los intelectuales -un agregado importante a la sociedad rusa en los años que siguieron a 1815, como veremos después- es difícil encontrar oposición, por lo menos hasta la última década del siglo. Tolstoi apoyó a los imperialistas; más aún, en su juventud fue uno de ellos. Alejandro Herzen comparó la conquista rusa de Asia Central con la ofensiva del `destino manifiesto´ de Estados Unidos en dirección al Pacífico; era un signo de la juventud y la vitalidad rusas. De hecho, la firme unanimidad de la opinión rusa fue lo que posibilitó el despojo y en muchos casos la destrucción de antiguas razas: los ostiacos y los cheremises, los udmurtes, los chusvashes y los tártaros; los calmucos; los karapalkakos y los turcomanos; la pequeña horda, la mediana y la grande; los uzbekos; los jungares y muchos otros. Donde los pueblos sobrevivieron, como súbditos del Zar, sus jóvenes a menudo fueron militarizados y convertidos en agentes de la ofensiva hacia el este y el sur. Así, la caballería cosaca se convirtió en un brazo poderoso del ejército ruso y aprendió a someter a otros, como antes ellos mismos habían sido aplastados. Fuera de las áreas montañosas, el 90 por ciento del ejército ruso de conquista estaba formado por hombres a caballo."
Fernando
VII y el fin del Imperio español...
"El
esfuerzo bélico se vio frustrado aún más por el método
extraordinario con que se gobernaba España, sobre todo bajo
Fernando. Entre los años que van de 1808 a 1826 hubo 51 ministros de
finanzas. La duración media de un primer ministro era de 4,6 meses.
El Ministerio de Indias fue abolido y recreado en repetidas
ocasiones. Con los dos tipos de gobierno se manifestó una
ineficiencia grotesca en la conducción de la guerra. Los liberales
traspasaban las decisiones al Parlamento: `Cada propuesta debía ser
examinada y juzgada por comités distintos y a menudo superpuestos´;
los comités no manifestaban urgencia alguna, y cuando elevaban su
informe, la situación había cambiado, generalmente para peor. Por
su parte, Fernando gobernaba mediante una serie de organismos
consultivos, y constantemente creaba otros nuevos. Todos estos grupos
originaban lo que José Vázquez Figueroa, ministro de Marina,
denominaba `una masa de documentos contradictorios´(diciembre de
1816). Todo el sistema administrativo tenía instancias dobles y
triples, y en cada nivel había una multiplicidad de capas. El
Consejo de Indias, el Consejo de Estado, el Consejo de Guerra, el
Consejo del Tesoro y el Consejo del Almirantazgo intervenían en
todas las decisiones. A medida que se extendió la rebelión, se
incorporaron organismos ad hoc, como la Junta General (1814) y la
Junta de Pacificación (1815). Todos los que participaban en el
asunto creían imperioso elaborar un detallado documento acerca de
la causa de la revuelta. Cuando el control sobre la guerra fue
depositado en una sola persona, un experimento realizado en
1816-1817, todos los restantes se unían contra ella. No existía el
sistema del gabinete. En teoría, Fernando era un autócrata, pero en
la práctica esto sólo significaba que tenía su propia camarilla
formada por sus amigos de copas, entre ellos estaba su ex
guardaespaldas, a quien convirtió en duque de Alagón y otorgó
enormes propiedades en Florida, poco antes de que Jackson se
apoderase de ese territorio, y un maestro de baile, Antonio de
Ugarte, que fue puesto a cargo de la expedición al Plata. La
expedición se desintegró en una serie de episodios caracterizados
por el fraude, el amotinamiento y el sabotaje."
Surge
el Cuarto Poder y la opinión pública...
"Las
Jornadas de Julio (1830), como se las denominó, fueron la primera
vez que los medios de difusión derrocaron a un gobierno. Los
directores de periódico suministraron la dirección, los
trabajadores del gremio gráfico los soldados de base. Como dijo un
bromista, la rebelión fue `una alianza del blouson y la levita. Un
testigo norteamericano, Calbe Cushing, afirmó que fue una revolución
promovida por la juventud burguesa: `[los estudiantes] avanzaron en
masa, y lo hicieron sobre todo los jóvenes de la Escuela Politécnica
[...] que conquistaron instantáneamente la confianza del pueblo´.
La famosa síntesis del asunto por Delacroix, `La libertad
encabezando al pueblo en las barricadas´, muestra a los
Polytecniciens avanzando detrás de la semidesnuda Marianne. Pero los
informes de la policía y otras fuentes indican que la mayoría de
los jóvenes de las barricadas eran artesanos, fundamentalmente
gráficos. Los cajistas y los impresores, muchos empleados en el
Palais Riyal y sus alrededores, eran el único grupo profesional que
aparecía regularmente en los informes de la policía. La verdad es
que la segunda ordenanza, que de hecho llevaba la clausura de la
prensa parisiense, convenció a los obreros gráficos de que tenían
que salir a la calle a luchar por sus empleos o morir de hambre. Los
directores encabezados por Thiers, que trataban de mantener en
funcionamiento las máquinas, les ofrecieron liderazgo y los obreros
gráficos respondieron. El 25 de julio Thiers convocó una protesta
colectiva firmada por 44 periodistas de 11 periódicos. El 26 de
julio una enorme multitud se presentó frente al edificio del
Ministerio de Relaciones Exteriores; la encabezaban 5.000 obreros
gráficos con sus hijos. Esa noche Thiers distribuyó de 6 a 7.000
ejemplares de su protesta, y a pesar de la ordenanza logr´ño que
durante la noche se imprimieran 2.321 ejemplares del `National´. El
`Globe´ produjo 359 ejemplares y el `Temps´, 5.151. la protesta
llamaba a negar el pago de impuestos y reclamaba el cierre de los
talleres y las empresas. La lucha propiamente dicha comenzó cuando
los impresores del `National´ rehusaron aceptar la entrada de la
policía y ésta derribó las puertas. El gobierno ordenó el
arresto de varios periodistas, pero entonces ya era demasiado tarde:
los periodistas se habían ocultado cuidadosamente en los suburbios."
Libro
que se devora pese a sus casi mil páginas gracias a un estilo
narrativo ágil que te hace querer seguir leyendo sobre una época
que guarda cierta similitud con el presente, con las redes sociales
como nuevo medio de difusión, nuevas tecnologías que se implantan
en la sociedad y con las democracias cercadas por regímenes
autoritarios con ambiciones territoriales y hasta una nueva potencia
como China que sirve de faro a naciones emergentes. Ideal para
amantes de la Historia como lectura de mesita de noche y para
lectores que quieran comprender algunas de las claves del pasado que
conforman nuestro presente. Cuando te das cuenta estás metido en la
lectura saboreando cada página. Ideal para regalar a la suegra, que
no pasará del prólogo.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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