Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
MAGDALENAS VALENCIANAS
Hoy
hablamos de un clásico de la repostería industrial y de la
gastronomía hispana como son las populares magdalenas valencianas,
tierra junto con otras regiones de España, asolada por la DANA. Es
también un alimento que complementa el cafelito del descanso en
miles de currantes de todo tipo de empleos y oficios, les encanta a
la infancia y es hasta un alimento que invita al optimismo, tal vez
porque su sola visión hace salivar las papilas gustativas que nos
predispone a su ingesta casi de modo compulsivo, una irresistible
tentación cuando hay hambre. Analizamos una marca blanca de
reconocida cadena de supermercados de la mano de nuestro asesor
científico para que nos ilustre sobre tan popular postre, ya sean
caseras o de repostería industrial...
-Una
magdalena valenciana no deja de ser una magdalena que no es otra cosa
que un bollo pequeño hecho con los mismos materiales que el bizcocho
de confitería, pero con más harina y menos huevo. En el caso de la
magdalena valenciana presenta ciertas peculiaridades que las hacen
únicas y reconocibles. En su formato industrial se presenta en
pareja, lo cual siempre da la grata sensación de que con un cafelito
nos dejaría saciados, que permite compartir entre enamorados de poco
peculio y entre gentes con justo poder adquisitivo. En su formato
envasado nos da para racionar y desviar gastos a subscripciones de
Internet varias del presupuesto destinado a la alimentación. Su
forma, completamente distinta de la magdalena clásica, ya predispone
a esa alegría innata de comer algo distinto, su lomo adornado de
dulce capa de azúcar apenas perceptible a la vista pero sí al
paladar hace que nuestra imaginación vuele a comerse un mini
bizcocho imperial mientras se consume, de coloridos matices al
paladar que remojado en café con leche o cacao se multiplica
provocando una ingesta placentera, primer paso a una evacuación
intestinal posterior igual de plácida.
-En
el caso de la magdalena valenciana de repostería industrial no falta
la harina de trigo, azúcar, aceites vegetales, ya sea de girasol o
soja en proporción variable; clara de huevo, huevo, y sorbitol como
humectante; gasificantes tipo carbonatos de sodio y ácido tartárico;
jarabe de glucosa, fructosa y aromas. Hay que sumar que puede
contener trazas de frutos de cáscara y derivados, mostaza, leche,
soja y semillas de sésamo. Para mentes inquietas hay que decir que
no lleva nada que la repostería industrial no utilice en otros
alimentos y si se es muy tiquismiquis lo mejor es no mirar la
composición haciendo honor al dicho de que no hay mayor felicidad
que la ignorancia. Todo ello proporciona un buen valor energético,
grasas saturadas, sal y la siempre reconfortante fibra sin que falten
proteínas. En resumen, un par de buenas magdalenas valencianas son el
complemento perfecto a cafelito mañanero, cenas de bajo presupuesto
o desayuno de alcoba reconstituyente tras noche de luna de miel con
frenesí... Oiga, se comen de una en una y se quita el papel antes...
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