CUANDO EN EL AUTOBÚS
OCUPAN NUESTRO REPOSABRAZOS
Hoy
abordaré una compostura del postureo que se sufre al menos un par de
veces en la vida. Se da en el transporte en autobús cuando hay filas
de dos asientos y los reposabrazos interiores están uno junto al
otro. Problema inexistente en teoría que resulta una gran
complicación en la práctica. Antes, debo decir que si hacemos
memoria resulta que ya desde la más tierna infancia nos enfrentamos
a que nos ocupen nuestro reposabrazos con lo cual, ya adultos,
estamos inconscientemente preparados para la compostura del postureo
a tratar hoy. No es lo mismo que nos toque de vecino de asiento una
persona delgada cuyos brazos suelen adaptarse al tamaño del
reposabrazos pero si son numerosas las personas delgadas que tienen
mucha jeta y ocupan sin preguntar nuestro espacio vital del
reposabrazos interior del asiento. Otra cosa es una persona gruesa y
entrada en lorzas cuyo volumen de brazo hace inevitable que ocupe
espacio ajeno, si es una fémina la mejor compostura del postureo es
de amabilidad con galanteo, tal vez no nos enamoremos de nuestra
rolliza vecina pero sí que puede ser una agradable compañía de
viaje. Si se trata de un hombre, cuyos brazos tienen más volumen, la
compostura del postureo requiere de diplomacia, pequeños toques de
codo con codo a ver si se da por aludido sin acabar la cosa a
empellones. Una buena compostura del postureo es ser puntual para
subir al autobús, llegar primero y ocupar el reposabrazos ajeno a la
vez que fingimos estar en el más profundo de los sueños, nadie
despierta a alguien porque dormido ocupa el reposabrazos que no le
corresponde. Es una compostura del postureo que sirve para cada tipo
de lugar donde haya sillas juntas, butacas de garitos de mala nota y
baja estofa, estadios deportivos y hasta vehículos particulares,
salvo con suegras que la cortesía obliga a conceder bula para sus
brazos. La compostura del postureo de liarse a codazos todo el
trayecto puede acabar mal o pillarnos el nervio tonto del codo que
nos deja tonto el mismo. La mejor compostura del postureo es estudiar
al pasaje y sentarse al lado de una persona manca, fijándonos que
extremidad le falta para que coincida con el reposabrazos interior de nuestro
interés.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
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