Unas
memorias de Antón Rendueles
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
De comics, tebeos y
súper héroes
Fuimos
una infancia afortunada, al menos los pudientes urbanitas y donde
progenitores de la llamada clase obrera daban a sus retoños
comodidades y consumismo de clase media, la diferencia estaba en el
salario y tener pluriempleo. En mi caso disfruté de bienestar y de
poder comprar todas las semanas un tebeo que mi padre también leía
cuando iba al baño...
Estaban
los tebeos, mayormente de la aquella mítica Editorial
Bruguera donde agudos humoristas gráficos y dibujantes de tebeos nos
inculcaban a base de risas y cosas entre líneas, lo cual explica que
los adultos también disfrutaran de las historietas, como aquel
Carpanta que hacía reir y a la vez, sin saberlo, nos hablaba del
hambre, extrañado hasta que supe el motivo de qué en el mundo de
Carpanta y Zipi y Zape hubiera gendarmes y no policías. Mortadelo y
Filemón eran las estrellas con su evolución a la par que la nación
y sus habitantes, las chapuzas del Pepe Gotera y Otilio, el igualico que el difunto de su aguelico del Agamenón, La familia Cebolleta, Las Hermanas Gilda, Anacleto
el agente secreto y la familia Trapisonda que formaban un grupito
que era la monda, me hicieron reír y abstraerme gratos momentos. Era
de los frikis, que se llama ahora a estas cosas, que releía y releía
los tebeos...
Los
comics eran otra cosa y siempre recuerdo cómo me las arreglaba para
conseguir echar un vistazo a 1984 y sus historias de un futuro
tormentoso, era otro rollo, otras historias tan ficticias como los
tebeos pero también era augurios de futuros. Recuerdo una historia,
era la primera vez que gracias a un vecino un par de años mayor,
puede que tres, me dejó un día. La historia iba de un tipo en una
casa de campo, no recuerdo el argumento pero sí el final donde se
veía un trozo de la Tierra convertida en asteroide con la casa y su
habitante en la superficie, un trozo de un mundo...
Ahora
hay súper héroes en todas partes y dispositivos que permiten
reproducir películas y series. En aquellos tiempos el soporte era
papel y los tebeos de súper héroes exigían ser amante de historias
que continuaban en el siguiente número y seguir las peripecias de
Supermán, Batman y Spìderman. Circulaban bajo pupitre en el colegio
y se devoraban en la intimidad de la merienda, sin embargo nunca me
aficioné a ser friki, me gustaba Superman y me encantaba Spiderman
mas no tenía costumbre de gastar el dinero en ellos que reservaba
para los tebeos y la llegada de Súper López calmó mi euforia por
los súper héroes, al menos pagar por verlos y dejaba su adquisición
a cambalaches de patio de recreo, algún regalo en fecha señalada y
préstamo en la biblioteca pública...
Algún
día habría que reconocer los méritos de Ibáñez, Escobar, Vázquez
y resto de dibujantes que entretenían a infancia y adultos, que se
lanzaban pullas en las historietas haciéndonos partícipes del buen
rollo entre colegas, que nos mostraban una sociedad donde lo absurdo
era posible por ser reflejo de la realidad y todos crecimos con
aquellos personajes e historietas. Ahora hay películas y series de
algunos de ellos y de otros se han intentado hacer versiones
cinematográficas de más o menos fortuna, en mi caso reconozco que
están muy bien hechas y sin embargo cada vez que la televisión
escupe alguna imagen de las mismas, siento nostalgia con alegre
serenidad recordando los buenos momentos que me hicieron pasar en
soporte gráfico de papel...
Gracias
a todos ellos, creadores, artistas, genios en lograr la risa y ácidos
en su justa medida para burlar la censura, les hecho de menos en
estos tiempos de adulto porque tendrían mucho que decirnos camuflado
en el absurdo mundo del comic, tebeos en aquellos tiempos.
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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